Prensa Latina fue la almohada de Omar Torrijos

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Prensa Latina es una agencia informativa con una historia vinculada a Panamá.

Por Osvaldo Rodríguez Martínez

Panamá, jun (Prensa Latina) – Las remembranzas del surgimiento y consolidación de la corresponsalía panameña de Prensa Latina, en los inicios de los años setenta, fue la excusa para escuchar las anécdotas de momentos vividos por algunos de aquellos protagonistas.

“Prensa Latina (PL) fue la almohada de Omar Torrijos”, sentenció el chileno Rolando Gabrielli, al esbozar el vínculo cómplice entre el general istmeño que lideró la devolución del canal interoceánico y el núcleo de bisoños periodistas quienes entonces contaban al mundo una visión objetiva del proceso político-social del país.

El encuentro ocurrió en “este pedazo de Cuba” en el corazón de la capital istmeña, como alguien llamó a la sede de la Embajada, para celebrar el sexagésimo aniversario de la agencia de noticias decana en Latinoamérica y el Caribe, con una tertulia que encabezó la embajadora Lidia González.

A tal extremo se estrechó la relación ‒según Gabrielli‒, que cuando Torrijos se ausentó varios días por su viaje a Cuba, la información periodística sobre Panamá que prefería consumir era la generada por PL, cuyos corresponsales lograron adentrarse en el intríngulis de las negociaciones canaleras y analizarlas profundamente.

El pionero del grupo, David Carrasco (panameño), recientemente escribió su testimonio en el artículo En el corazón de Panamá transmite Prensa Latina, y durante el intercambio retomó la anécdota de los mensajes amenazadores, escritos a mano con faltas ortográficas, que encontraban a veces sobre los teletipos.

“Cómo era posible que aquellas personas que no sabían ni escribir nos pudieran vencer!”, decían entonces sin miedo, mientras el jefe del colectivo, el cubano Pedro Lobaina, respondió a la intimidación con la convocatoria a los sábados culturales que cargados de alegría, pronto calaron en otros colegas del gremio panameño.

Fue la reciente entrevista de Prensa Latina con Julio Bermúdez (panameño) y sus revelaciones sobre la historia de las etapas iniciales de la oficina periodística, lo que motivó convocar al grupo; el propio Julio agradeció que el primer trabajo remunerado para el sustento a su familia fue la agencia, a la cual “le debo todo”.

La apertura de la corresponsalía nunca fue del agrado de “los gringos” ‒cuenta‒, quienes colocaron sistemas de escucha en la oficina, uno de los cuales encontré por casualidad cuando desarmaba un viejo mueble de madera y nos percatamos de que estaba activo.

“Omar (Sepúlveda), ¿qué es esto?, pregunté a mi compañero mientras sostenía el artefacto en forma de tubo, a lo que él me respondió: ‒eso es un trasmisor, nos están escuchando”.

La tecnología facilitó la sorpresa de tener por videoconferencia a Sepúlveda, desde su natal Chile, alguien varias veces mencionado durante el encuentro, porque junto a Lobaina era el “experto” entre aquellos muchachos salidos de la escuela secundaria, quienes hacían sus pininos en el periodismo.

Otro de los novatos fue Diomedes Bermúdez (panameño), el cual confesó al auditorio: “no tengo plata, pero sí muchos amigos y vivencias que se los debo a Prensa Latina”, y como ejemplo mencionó la solidaridad de sus antiguos colegas cuando falleciera su esposa, en mensajes que atesora en su cofre de recuerdos.

Para Carlos González (panameño), volver a la casona de la Embajada le ayudó a recordar que en compañía de Sepúlveda colaboraron en limpiar y acondicionar esa sede para su reapertura en 1974, con el restablecimiento de relaciones entre Panamá y Cuba, rotas desde 1961 por orden de Estados Unidos a los países latinoamericanos.

Como colofón, el profesor Marco Gandásegui (panameño) ‒una de las actuales Firmas Selectas de PL‒, retomó la figura de Torrijos sobre la cual esbozó un análisis del papel en la historia de su país, cuyo liderazgo permitió aglutinar a las masas populares, las mismas que ‒opinó‒ actualmente buscan a un líder que las guíe.

La embajadora cubana, Lidia González, el consejero de prensa, Leonardo Rodríguez, y Conchita Bofill y Nubia Piqueras, directora de Relaciones Internacionales de Prensa Latina y corresponsal jefa de la agencia en Panamá, respectivamente, trasmitieron su emoción por el regalo de escuchar la historia contada por sus protagonistas y se admiraron de aquella actitud con los riesgos incluidos.

En Panamá se libró una de las tantas batallas de la Operación Verdad que dio origen a Prensa Latina, la cual inicialmente enfrentó la campaña de descrédito contra la naciente Revolución Cubana, y en los setenta también acompañó la lucha por la soberanía del Istmo y la eliminación de lo que Torrijos llamó “la quinta frontera”.

Reencontrarse con su pasado y saberse aún defensores de las mismas causas, creó en los asistentes a la tertulia el nuevo compromiso de legar la épica historia que desafió a los usurpadores de la Zona del Canal. El libro que aglutine tales vivencias quedó pendiente.

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