Panameños leen, pero en los anaqueles muchos libros sirven de adorno

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Libros en los anaqueles.
  • La lectura está estrechamente vinculada a la formación cultural de los pueblos, pero surgen dudas sobre si las nuevas generaciones proporcionalmente leen menos.

  • El debate está justificado ante el uso masivo de dispositivos móviles y los elementos digitales que sustituyen a libros impresos y contribuyen al cierre de antiguas librerías.

Por Deina Arrocha
Estudiante de Periodismo
Deynagisvel@gmail.com

¿Se está leyendo en Panamá?, es la interrogante que surge al pensar en la lectura No hay una única respuesta a esa pregunta, pero como dice la escritora y docente panameña Ileana Golcher, basta recorrer las estanterías en ferias del libro para medir el auge que tiene el hábito de leer en este país.

En Panamá han sido realizadas 20 Ferias Internacionales del Libro. Ese escenario concentra a gran cantidad de personas que asisten para adquirir libros, conocer a escritores y participar en talleres y seminarios sobre temas científicos y literarios.

Para Golcher, en Panamá se consumen libros, porque existe un grupo de lectores. Sin embargo, también es cierto que debido a los avances tecnológicos se está consumiendo más contenido digital y empieza a rezagarse la venta de libros impresos.

La escritora panameña advierte que hay varios factores que contribuyen al bajo consumo, compra y venta de los libros en su formato tradicional. Explica que “si no cuentan con un título atractivo y, sobre todo, una presentación agradable, es muy difícil que se logre captar la atención del público”.

Tendencias en cifras

Un lector en la Feria Internacional del Libro de Panamá 2017. (Foto: Instagram).

En un artículo publicado hace tres años en un medio local, la también escritora Priscilla Delgado dio algunas luces sobre las actuales tendencias verificadas en la Feria Internacional de Libro de Panamá, en la que estuvo al frente.

“En Panamá, se determinó qué se lee y para sorpresa no fueron los libros de autoayuda los que nos ganaron la batalla. Fue la prensa escrita quien ganó, con un 29,2 por ciento, seguida de revistas, con un 23,4 por ciento, luego la historia, con un 21,4 por ciento, y la novela, con un 15,8 por ciento”, comenta Delgado

En 2014, los libros de autoayuda representaron un 7,6 por ciento y los de ciencia ficción un 2,6 por ciento. Otra variable observada fue la lectura de libros extranjeros, con un 56,8 por ciento, contra un 43,2 por ciento de autores panameños. De hecho, son las mujeres las que leen más (61 por ciento).

Griselda López, catedrática de la Universidad de Panamá, con 46 años de experiencia en la enseñanza en la Facultad de Comunicación Social, sostiene que “en nuestro país no se está leyendo en comparación a otros países”.

La docente estima que “el panameño está acostumbrado a leer textos cortos, rápidos, a diferencia de lo que acontecía en el siglo pasado, cuando no había aparecido Internet y el mercado digital. “Sí leen libros (los panameños)”, pero en el grupo de lectores la mayoría consume libros superficiales y de ficción, aclara.

Introducción a la lectura infantil. (Foto: Biblioteca Nacional de Panamá).

López visitó la feria del libro en Marruecos, para presentar su último libro: “Las Capas del Tiempo”. Allí observó el alto nivel de lectura, en comparación con Panamá. La escritora comenta que “había niños marroquíes de cinco años de edad buscando libros”, mientras que la Organización de Naciones Unidas (ONU), admite que en Panamá hay pocos libros de texto en los hogares.

Según gráficas de investigaciones suministradas por Golcher, el 45 por ciento de los niños de 4 a 5 años de edad no lee nada y esa realidad plasmada en gráficas refuerza el planteamiento de López, quien opina que la cultura del lector panameño es mala.

La biblioteca arroja verdades

Mujeres jóvenes buscando libros. (Foto: Revista Mujer).

En la Biblioteca Nacional, la mayoría de los visitantes realiza trabajos, tareas o investigaciones académicas. Pocos son lectores que acuden allí por el placer de leer un buen libro y sumergirse en sus páginas. La institución proporcionan las facilidades posibles para aumentar la demanda, pero no ha tenido mucho éxito.

Según informes oficiales, hasta el 2015 solamente habían sido registrados en la Biblioteca Nacional unos 975 libros panameños. Para la escritora Golcher, ello revela un “hecho preocupante” y prevé que “los escritores nacionales se van a extinguir”.

López reconoce que en Panamá hay excelentes escritores, algunos de ellos galardonados internacionalmente, pero enfrentan dificultades para colocar sus obras en librerías. En cierta forma, López y Golcher se han convertido en audaces “buhoneras intelectuales”, teniendo siempre en sus manos libros para poder venderlos a potenciales compradores.

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