Memorias de la lucha anticolonialista panameña

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General Omar Torrijos.

Memorias de la lucha anticolonialista panameña

Rómulo Escobar Bethancourt, asesor del general Torrijos, y en esos momentos ministro de Trabajo, señaló los siguientes años, sobre el encuentro del 16 de noviembre de 1969 del jefe militar con los trabajadores de las fincas bananeras en Puerto Armuelles, provincia de Chiriquí:

“Torrijos empezó un trabajo político serio, dirigido a fortalecerse, pero a base de las fuerzas populares; y dentro de las fuerzas populares, fortalecerse, fundamentalmente, con el movimiento obrero. […] Antes de ir a Puerto Armuelles, él se pasó toda la noche allá en David, en el hotel, en una reunión con el embajador de los Estados Unidos, quien trató de impedir la ida de él a Puerto Armuelles. Lo que significa que sí había una participación por parte de los Estados Unidos en impedir ese nuevo lineamiento político que Torrijos estaba ya delineando, y que fue también otra de las causas poderosas del golpe [el frustrado contragolpe del 15 de diciembre de 1969]. Eso no esperó ni siquiera un mes para darle el golpe.” (Véase entrevista concedida por Rómulo Escobar Bethancourt a Dalys Vargas en 1984, publicada en el libro Omar Torrijos Herrera y la Patria Internacional, Fundación Omar Torrijos, 2004, pág. 375).

Discurso del general Omar Torrijos el 16 de noviembre de 1969

La Revolución del 11 de Octubre está dirigida a una transformación nacional, de manera que todos los sectores que forman la República participen de su bienestar y de la riqueza nacional. Por eso, hemos dicho que ésta es una revolución, sobre todo, de los niños, porque son ellos los únicos privilegiados para todos los sectores.

También hemos afirmado que ésta es una revolución de los campesinos, porque ellos, con sus manos hundidas en la tierra, con el sudor que baja de sus frentes, constituyen no solamente la base de la producción nacional, sino también la salvaguarda de nuestra nacionalidad. Y ahora, ante ustedes, afirmamos que la Revolución del 11 de Octubre es la revolución de los trabajadores de toda la República. Porque ya es hora que se diga, que en el progreso de la nación contribuyen por igual la inversión privada que el brazo del hombre que construye.

Lo que sucede, es que en el país ha imperado el falso concepto de que la empresa y el trabajador son enemigos irreconciliables. Esto ha traído por consecuencia una pugna absurda entre los trabajadores y los empresarios, cada uno luchando por lo que creen que es justo para su respectivo sector, pero ambos olvidándose de que esas luchas traen como resultado el despilfarro de energías y la pobreza para toda la República.

Por eso, la Revolución del 11 de Octubre proclama ante ustedes, como base de su política revolucionaria, la organización del sindicalismo obligatorio, de manera que este sector sufrido e incomprendido de la nacionalidad participe en los destinos nacionales, en el planeamiento económico y en el bienestar general. Este sindicalismo obligatorio que implantará la Revolución del 11 de Octubre, permitirá la creación de una poderosa Unión General de Trabajadores, cumpliendo así con el sueño de todos los trabajadores y de todos los dirigentes sindicales que durante muchos años intentaron esta fórmula de salvación nacional, pero que fracasaron ante la incomprensión, la negativa y la persecución de gobiernos corrompidos e inmorales.

Una Unión General de Trabajadores panameños convertirá al sindicalismo, con la cuota sindical obligatoria, en un organismo económicamente fuerte, cívicamente saludable y nacionalmente positivo, porque, gracias a ello, cesarán las persecuciones contra los sindicatos, y cesará la violación constante a las disposiciones que protegen los derechos del obrero panameño.

Además, el sindicalismo panameño estructurado sobre esa base, pasará de la simple lucha por mejores salarios y por el cumplimiento de las normas laborales, a otros aspectos fundamentales de la labor sindical que nunca han sido contemplados en nuestra República.

La Revolución del 11 de Octubre quiere decir que esta Unión General de Trabajadores estará en condiciones de crear casas de recreo y descanso para los trabajadores y sus familias en los distintos puntos del país; el Banco Obrero, para que los trabajadores puedan hacer sus transacciones con la sola presentación de su carnet sindical, a intereses bajos y plazos que estén de acuerdo con sus ingresos. Podrá crear también sus propias clínicas y hospitales, sus propias organizaciones turísticas, sus propias barriadas obreras, y en fin, todo un horizonte de conquistas que se le han negado al trabajador panameño, pero que la Revolución del 11 de Octubre está dispuesta a realizar.

Naturalmente, que en este nuevo campo de poderío sindical se exigirá de los trabajadores una mayor responsabilidad en su trabajo, y de los dirigentes sindicales una mayor calidad en sus motivos.

Requerimos, para la organización de este poderoso instrumento laboral, tanto el concurso de los trabajadores como el de la empresa privada. Ellos están unidos por un vínculo indisoluble, que consiste en la responsabilidad de mejorar el nivel de vida de la nación entera. Y una vez que el funcionamiento de esta nueva política laboral eche raíces en la República, entendemos que tanto trabajadores como empresarios tendrán una deuda permanente con la Revolución del 11 de Octubre, que trata de impulsar el progreso con respeto, el bienestar con seguridad y la revolución con orden.

La batalla de Panamá, páginas 46 a 48. Énfasis suplidos.

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