LO MISMO CHANA QUE JUANA

Si quiere de verdad volver al partido de Omar Torrijos tiene que pelear por él.

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LO MISMO CHANA QUE JUANA

Si quiere de verdad volver al partido de Omar Torrijos tiene que pelear por él… enfrentar la abulia, la tentación facilona, la resignación de no se puede hacer nada, ellos manejan la estructura.

Por Jorge Montalván
Analista político, fundador del quincenario Bayano
montalvanje@gmail.com

Lo mismo da Chana que Juana, me dice Ruperto Salustiano, siempre sabio. Es un perredista de los de antes, de los que participaron en la transformación del país con Omar Torrijos. De los que entendió que la lucha por la recuperación del Canal era prioritaria, pero debía ser solo el inicio de un mar de fondo, del cambio del sistema político para emprender lo más difícil, la revolución social. Está convencido de que por eso lo mataron, para impedir la segunda fase del proceso iniciado con el golpe del 68.

La historia oficial busca desfigurar la naturaleza auténtica de ese régimen de partidos con caudillos propietarios y masas dóciles.

Hay quien quiere hacernos creer que Panamá nació en 1968 y pretende soterrar los 63 años de gobierno oligárquico, elitista, rapaz, racista y antinacional. “Todo por la plata” era su lema. Por eso la historia oficial busca desfigurar la naturaleza auténtica de ese régimen de partidos con caudillos propietarios y masas dóciles. Pareja egoísta, comprometida únicamente con el salpique y la rebusca. Las masas de “del lobo un pelo”, y pan para hoy y hambre para mañana. Los caciques del hoy por mí y mañana por ti, y el gobierno es cosa muy seria para dejársela a los miserables. Así que por eso doran la píldora y exhiben dicho régimen como democrático. Que los muertos de hambre no entran en las estadísticas oficiales de la violencia.

Descentralizar el real poder de decisión desde el club Unión hacia el representante de corregimiento.

Nada menos que transformar esto es lo que se pretendió conseguir con el PRD.. Un proceso morrocotudo que empezó con tratar de descentralizar el real poder de decisión desde el club Unión hacia el representante de corregimiento. Un camino peliagudo hacia la autonomía real de un ciudadano crítico y participativo.

Sin embargo, décadas de práctica social crean rasgos culturales, automatismos simbólicos, reglas de conducta entrelazadas con emociones aglutinadas por un sentido del deber ser bien aprendido. Por ello la mera creación de partidos políticos modernos significó en cualquier sociedad una historia de revoluciones, tensiones sociales llevadas al rojo vivo de la sangre. Pero en Panamá, al revés, el campo feliz de la unión en poco tiempo significó la desaparición de los encontronazos ideológicos entre liberales y conservadores, para sustituirlos por los empellones entre rabiblancos para apoderarse del pastel.

Vuelta a los viejos hábitos de la compra y venta de votos y elecciones.

Así que no fue fácil crear el PRD y tratar de transformar con él la naturaleza de la lucha política. Zancadillas por todas partes, empezando por los militares. El bloque nacionalista por los tratados resquebrajándose a cada intento de enfrentar la miseria que todavía nos afrenta. Resabios de soberbia en unos y rasquiña de resentidos en otros. Y, sobre todo, vuelta a la compulsiva mirada miope sobre los intereses patrimoniales, vuelta a los viejos hábitos de la compra y venta de votos y elecciones.

Estamos en lo mismo. Ahora todos dizque quieren saber cómo fue que llegamos adonde estamos, como si no supieran la parte que les toca. Nadie propone hacia dónde debemos enrumbarnos, excepto, por supuesto, a su postulación en el 19 o a su inclusión en la papa panameñista. Por eso, obsesión por los chantajes, dentelladas por el acceso al presupuesto.

Entonces Rupe ¿nos rendimos? Ni de a vaina, pero hay que tomar las riendas antes de que acaben con todo.

No es cuál CEN dictamina la ruta, sino si las bases quieren algo diferente, que elimine las prácticas de la vieja oligarquía. No es quién es el Mesías, sino si los miembros de a pié escogen gente con autoridad moral para dirigirnos. No es responder a la estúpida pregunta de con quién podemos asegurar vacantes, sino si queremos un partido realmente democrático y realmente revolucionario que salde la deuda social.

La pelota hay que colocarla nítidamente en el regazo de la membrecía.. Si quiere de verdad volver al partido de Omar Torrijos tiene que pelear por él, resistir los cantos de sirena, enfrentar la abulia, la tentación facilona, la resignación de no se puede hacer nada, ellos manejan la estructura. Porque entonces hasta ahí hemos llegado.

Debe ser muy consciente del esfuerzo requerido y no creer en pajaritos preñados. Será un partido de seres humanos con intereses muy válidos y genuinos, pero no un partido en donde todo vale con tal llegar al poder y repartirse las prebendas. Si se consigue, será un partido que fomente la discusión y la crítica, y penalice la corrupción, el seguidismo y la elaboración de listas negras. Si se consigue, no será un partido de discusiones formales, sino foro permanente de propuestas serias a la sociedad para transformar el país. Si no, no vale la pena.

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