La independencia de Puerto Rico y el derecho a ejercerla

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Rafael Cancel Miranda, único sobreviviente del heroico ataque al Congreso de Estados Unidos, en 1954.

Colaboración de Franklin Ledezma Candanedo
Periodista

El formidable analista geopolítico y escritor progresista, fraternal compañero y amigo oriundo de la Isla del Encanto, Dr. Carlos Pérez Morales, nos envió su último aporte periodístico titulado “LAS RELACIONES COLONIALES ENTRE PUERTO RICO Y ESTADOS UNIDOS”, en el que expresa que “es muy importante que todo el mundo sepa que aún, en pleno siglo XXI, seguimos siendo una colonia”.

Tarea pendiente

Es cierto que los hermanos borinqueños, en un esfuerzo mancomunado, lograron que su gobernador corrupto, prepotente y atrevido, Ricardo Antonio Rosselló Nevares, presentara renuncia del cargo, efectiva a partir del viernes 2 de agosto, 2019.

El éxito alcanzado en esta patriótica lucha, no puede llevarlos a olvidar que la sucesora, Wanda Vásquez Garced, es una abogada puertorriqueña que fue nombrada en 2017, como secretaria de Justicia, precisamente por el gobernador depuesto, Ricardo Roselló. Por lo tanto, deben permanecer atentos a sus actuaciones oficiales, para que no se aparten de las normas vigentes y principios éticos, tan violentados por su antecesor.

Estamos seguros de que, con el mismo entusiasmo y firmeza demostrada en esa acción de limpiar la casa de políticos y aliados corruptos, saben que tienen pendiente la formidable meta de la independencia de ese hermoso territorio sometido a la infame condición de colonia en la segunda década del siglo XXI.

Para alcanzar ese genuino ideal libertario cuentan con una extensa acumulación histórica, escrita con su sangre, coraje y dignidad, por hijos de esa tierra indomable, desde que se convirtió, en 1508, en dominio colonial español, situación denigrante que se mantuvo durante casi 400 años. Después de la guerra entre España y EUA, en 1898 y hasta la fecha actual, es colonia del insaciable imperio genocida.

Esa férrea voluntad de los hermanos de la Isla del Encanto de alcanzar su independencia, se evidencia en las numerosas revueltas que se produjeron durante el siglo XIX en contra de los gobernantes españoles por parte de los nativos o criollos, que incluyeron la conspiración de San Germán (1809), y levantamientos independentistas en Ciales, San Germán y Sabana Grande (1808).

Cabe destacar que la primera mujer puertorriqueña independentista, María de las Mercedes Barbudo y Coronado, unió fuerzas con el gobierno venezolano, bajo el liderazgo de Bolívar, para llevar a cabo una insurrección en contra de las fuerzas colonialistas españolas radicadas en su territorio.

Por su parte, Antonio Vicente Miguel Valero de Bernavé Pacheco, luchó por la independencia de Puerto Rico y se constituyó en figura clave en la independencia de América Latina; creyó en la formación de una gran confederación de las naciones de nuestra Patria Grande, ideal compartido con el caraqueño genial.

“El Grito de Lares”

En 1868, un grupo de patriotas, dirigido por Ramón Emeterio Betances, proclamó la independencia de Puerto Rico en la ciudad de Lares, e inició la lucha armada para liberar a la isla. A pesar que los patriotas fueron derrotados, el “Grito de Lares” marcó el nacimiento de la nación puertorriqueña.

Fue protagonista de múltiples episodios que le condujeron a la presidencia del primer gobierno provisional independiente de Puerto Rico.

El movimiento independentista siguió creciendo. En 1897, los cubanos, dirigidos por el líder patriota José Martí, estaban en pie de guerra contra España, movimiento que se extendió a Puerto Rico. La intervención de Estados Unidos, en 1898, aceleró la derrota de los europeos, pero para Puerto Rico únicamente significó un cambio de amo imperial.

Eugenio María de Hostos, ciudadano de América, se desempeñó como jefe de la comisión encargada de reclamar en Estados Unidos la independencia de Puerto Rico dentro de una confederación de las tres grandes islas antillanas.

Entre las grandes convulsiones sociales de la primera década del siglo XX, la lucha por la independencia de Puerto Rico recobró fuerza.

Juan Mari Brás, en 1943, con sólo 15 años de edad, fundó el Capítulo de Agregados Pro Independencia (CAP). Ese mismo año, fundó y dirigió el programa “Gritos de la Patria”, primera revista radial independentista. En 1944, presidió la Juventud Independentista Puertorriqueña.

Fue defensor permanente de la independencia de su país y fundador del Partido Socialista Puertorriqueño. El 25 de octubre de 2005 se convirtió en la primera persona en recibir la ciudadanía puertorriqueña, documento expedido por el Departamento de Estado de su Patria.

El líder independentista Filiberto Ojeda Ríos murió en setiembre, 2005, en la localidad de Hormigueros (sudeste de Puerto Rico), por disparos de agentes del FBI estadounidense. El periodista Roberto Barreto escribió en el Socialist Worker, edición de noviembre-diciembre de 2005, página 4, lo siguiente:

“El reciente asesinato del dirigente independentista Filiberto Ojeda Ríos a manos del FBI, fue un cruel mensaje de Washington a los puertorriqueños: “Nosotros somos los que mandamos aquí”.

La historia del dominio estadounidense sobre Puerto Rico ha visto varios incidentes similares: En 1935, cuatro jóvenes independentistas fueron masacrados en Río Piedras. En 1937, miembros del Partido Nacionalista fueron masacrados en Ponce. En 1950, independentistas fueron bombardeados en Jayuya y fusilados en Utuado, y en 1978, en el Cerro Maravilla, dos jóvenes universitarios fueron entrampados y emboscados por la policía asesina.

Ojeda Ríos era el principal líder de Los Macheteros, una pequeña organización que lucha por medio de las armas para lograr la independencia de Puerto Rico.

En 1954, un comando nacionalista realizó un heroico ataque al Congreso de Estados Unidos. Destacamos que en este 2019, se cumplieron 65 años de ese acto heroico. En su debida oportunidad, el periodista Juan Manuel Delgado, escribió en Aporrea, el 15 de febrero de 2004, en el 50 Aniversario de esa acción sin parangón en las luchas independentistas:

“Una acción de esa naturaleza amerita un amor profundo a una causa, un compromiso moral que rebase los límites de la vida y la muerte, un desprendimiento individual de todo egoísmo y apego a las cosas menos trascendentales, un convencimiento cabal sobre la necesidad de realizar la acción en el momento preciso, una conciencia plena y profunda sobre los alcances y las consecuencias del acto, un inmenso amor al prójimo individual y colectivo, en definitiva, ese conjunto de elementos que en la tradición nacionalista se ha definido como amar la patria con valor y sacrificio”.

El legado de mártires está formado por una lista de cientos de asesinatos surgidos en el período de la invasión y su posterior dictadura; en los muchos episodios de enfrentamientos en las elecciones de los Cien Días; en el período de las turbas; en las masacres obreras en Vieques, Ponce, Villalba y otros pueblos del país; en la represión contra los nacionalistas; en las masacres de Río Piedras y Ponce; en la represión contra obreros y nacionalistas en la década de 1940; en el entrampamiento y masacre de Utuado en 1950; en el entrampamiento y fusilamiento federal en Monte Maravilla; en las muertes misteriosas de nacionalistas durante tres décadas; y en tantos hechos y acontecimientos de violencia contra independentistas y gente del pueblo incluyendo los mártires de la lucha anti marina en Vieques como la de Ángel Rodríguez Cristóbal, y la tortura y muerte del Mártir Mayor, Pedro Albizu Campos, entre otros.

La exuberante acumulación histórica reseñada, y tantas otras que faltan por exaltar, como el largo encierro en una cárcel imperialista que padeció Oscar López Rivera, nos impulsa a señalar la grandiosa tarea pendiente que tienen los hermanos de esa tierra, de romper el vínculo ofensivo que los ata a la bestia (666) neo fascista, depredadora de recursos estratégicos de países hermanos de la Patria Grande y del mundo entero.

En el 65 Aniversario del valeroso ataque realizado 1954, por un comando nacionalista al Congreso de Estados Unidos, también rendimos merecido tributo a todos los héroes y mártires de la nación puertorriqueña, entre ellos, Irving Flores, Andrés Figueroa Cordero, Dolores Lebrón Sotomayor (Lolita Lebrón) y Rafael Cancel Miranda, único sobreviviente de esa patriótica acción, y de toda una vida dedicada a romper lazos coloniales. Fraternal saludo y adelante, siempre adelante (indoame08).

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