La dulce venganza de un “No voy pa`llá”

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Foto Elias López Palacios "bajo el palo de mango" para Bayano digital

Debajo el Palo de Mango

 

Elias López

Elías López Palacios
Ciudadano del mundo 2.0
Especial para Bayano digital

En mis múltiples viajes por diferentes países del mundo que habitamos, los transportes públicos, tienen todos una idiosincrasia particular. Cuando llegué a Panamá una de las primeras cosas que me extrañó fue que los taxis no estaban identificados, podía ser cualquiera, más o menos como Uber ahora, la segunda que te llevaban o no en función de su ruta y la tercera, si tenían que recoger a alguien en el camino pues lo hacían. Fue cuestión de acostumbrarse.

Pasado un tiempo, la primera de mis extrañezas cambió y se obligó a los taxis a identificarse de color amarillo típico de las famosas ciudades de películas norteamericanas, pero la segunda, ay queridos lectores, la segunda creó un axioma en mi vida, «no voy pa´llá».

Si, reconozco que me enfadaba, por no decir una palabra malsonante típica de españoles y que tanta gracia hacen por estos lares, es más, aun me cabrea cada vez que desesperado bajo un aguacero atroz o un sol demoledor, el taxista de turno me mira tras recibir la indicación y con un gesto como de perdonarte la vida me dice “no voy…”

Viendo estos días pasados las noticias en alguna red social, pude ver con mis propios ojos que los taxistas nos pedían ayuda a los conciudadanos para que combatiéramos el efecto Uber. Si, nos pedían ayuda, a todos los que en algún momento de urgencia debíamos ver pasar uno y otro carro color amarillo libre y que ni siquiera se dignaba a detenerse, incluso estaban los no voy para allá o los que montan a cualquiera siendo esto un peligro para la seguridad de los pasajeros.

Reconozco que llevo unos días saboreando una pequeña venganza, yo pies juntillas en la calle y ese taxi que me toca el claxon o se detiene a mi lado para llevarme, lo miro e indico «no voy pa`llá» mientras vuelvo a chequear cuanto le falta a mi Uber para que me recoja.

Bromas a parte, el hecho de querer ponerles puertas al campo y luchar contra la evolución tecnológica tiene la batalla perdida desde el mismo momento que se plantea. ¿Se imaginan a los carteros haciendo huelga contra el correo electrónico, o a las imprentas para que no se comercialicen libros digitales? Claro que no, estamos evolucionando y la técnica no es luchar contra los nuevos servicios que la 2.0 nos ofrece, sino que debemos ofrecer un valor agregado que nos de alguna opción competitiva con los nuevos servicios que nacen y se desarrollan en la red.

Pero cambiemos de tercio y dediquemos unas líneas a la política. En Francia ha ganado Macron a la extrema derecha, y también a las polillas que reinaban en los partidos tradicionales, y repito, ha ganado sin una estructura de partido, aprovechando las debilidades de un sistema que también evoluciona gracias al poder de las redes sociales, ¿se imaginan que algo así pudiera suceder en Panamá? El tiempo lo dirá.

Señores taxistas, siento el “grubeo” pero la situación lo merecía. La semana que viene, quien sabe si hablaré de República Dominicana y ciertos programas de televisión donde se acusa a cancilleres o expresidentees sin pruebas, o de la edad de Trump y la de Melani ahora que se ha puesto de moda Macron y su esposa, o de cualquier otro acontecer que suceda en mi caminar por este maravilloso país, pero recuerden si no les gusta lo que escribo apliquen el dicho, si saben como soy yo, entonces para que me invitan.

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