LA CORRUPTA REPÚBLICA DE LOS PRIMOS

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Rubiel Cajar, economista y ambientalista

LA CORRUPTA REPÚBLICA DE LOS PRIMOS

Rubiel Cajar
Economista

En los años 70 del siglo pasado, el General Omar Torrijos nos aleccionó que una vez desmantelada la quinta frontera y recuperado el Canal, la tarea central de los torrijistas tenía que ser la de “convertir ésta caricatura de país, en una verdadera nación”.

El mensaje estuvo muy claro desde el principio: para ser un Estado Nacional en toda su extensión y profundidad, además de ser “Un solo territorio, una sola bandera”, era necesario desarticular y desmantelar la “República de los Primos”.

La historia panameña de los últimos 200 años es como un drama teatral dominado por los mismos personajes, escena tras escena, porque los que envejecieron y murieron han sido reemplazados por parientes con nombres idénticos o muy parecidos.

Con la invasión de 1989 estas familias tomaron el control total del poder y se benefician desde esa fecha de contratos multimillonarios con el gobierno. Luego de revertidas las áreas canaleras, han comprado a precios de quemazón múltiples lotes que el gobierno, controlado por ellos mismos, ha subvalorado. Es el grupo panameño más relacionado con la corrupción pública y privada en Panamá. Ellos son los que controlan el sector FINANCIERO y el de servicios en Panamá. La mayor parte de sus fortunas se han hecho con fondos timados al tesoro público.

Sus actuaciones corruptas han llegado a ser la norma y no la excepción. Es común entre ellos el lavado de dinero, las transacciones financieras y el uso masivo de las prácticas clientelares.

Hacia las dos últimas décadas del siglo XX, mientras las generaciones de la época luchaban por garantizar el cumplimiento del Tratado Torrijos- Carter, ellos se concentraron en prepararse para impulsar en el país, la segunda edición de la República de los Primos, esta vez de la mano del proyecto denominado “Singapur de las Américas” y “Panamá, Plataforma logística”.

Recuperaron las viejas estructura de dominación de los últimos 200 años:

Una estructura político-administrativa basada en regimientos, corregimientos, distritos y provincias, que es una reminiscencia de las estructuras feudales con que las monarquías administraban el territorio. El poder se reproduce con las mismas reglas de las prácticas feudales, es decir, los ricos de pueblos se alían a los ricos de distritos y provincias, los cuales a su vez están vinculados a poderes económicos nacionales, todos reforzándose mutuamente y protegiendo sus intereses, a costa de los otros sectores de la sociedad. Esta manera de organizar el poder a través del territorio, constituye la base de un sistema presidencialista que se caracteriza por prácticas y comportamientos monárquicos y feudales. Mientras no se rompa este esquema, la actual hegemonía de poder continuará y el patrimonio del Estado que es de todos los panameños, seguirá siendo usufructuado por unos cuantos.

La “Cultura de la Servidumbre”. Con el apoyo de los medios de comunicación reinstauraron la visión conservadora de una sociedad en la que los blancos ricos nacieron para mandar y los negros, indios y pobres para obedecer.

El Estado visto como “Res pública”. Se tomaron los gobiernos, se repartieron los presupuestos públicos, evadieron los impuestos, legalizaron las prácticas de saqueo y despojo.

La “devastación ambiental”.

Aplicaron modelos productivos altamente depredadores, que acabaron con gran parte de nuestros bosques y manglares, que empobrecieron nuestros suelos y contaminaron nuestras aguas.

La invasión nos propino una derrota que nos obligó a concentrarnos en garantizar el desmantelamiento de las estructuras coloniales visibles. No nos preparamos, no pensamos en el proyecto político nacional que necesitábamos diseñar y ejecutar para construir el verdadero Estado Nacional incluyente, equitativo, democrático y con justicia social.

Hemos derivado en una plutocracia, que apabulla los intereses de las grandes mayorías nacionales que saquea junto con sus aliados extranjeros de manera grosera y descarnada, los recursos y riquezas que pertenecen a todos los panameños y panameñas, hemos vuelto a la República de los Primos, más remozada y sofisticada.

Ha llegado la hora de quienes tenemos claro este panorama y esta misión diseñemos y construyamos el proyecto político que nos lleve a construir el verdadero Estado Nacional que garantizará mejores días para todos en un ambiente de paz y con calidad de vida.

Para ello deberemos:

  • Reorganizar el territorio con una nueva estructura político administrativa.
  • Derrotar la cultura de la servidumbre.
  • Recuperar el presupuesto público y los bienes de la nación para beneficio de todos los panameños.
  • Impulsar un modelo productivo ambientalmente sostenible.
  • Construir un sistema político de representación que lleve al basurero de la historia a la República de los Primos.

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