Fantasma del TISA recorre el Canal de Panamá, denuncian prácticos de la vía interoceánica

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Buque chino es remolcado en el tercer juego de esclusas en el Canal de Panamá.

Las diferencias encienden el debate el Canal de Panamá, mientras que los trabajadores canaleros advierten riesgos de privatización de los servicios esenciales.

Por David Carrasco

El secretario general de la Unión de Prácticos del Canal de Panamá, el capitán Londor Rankin, reconoció la posibilidad de que el fantasma del Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA) recorra la vía interoceánica para la privatización de áreas vitales, de interés público y de importancia en el mundo mercantil.

La organización sindical estudia el contenido del TISA, que busca cubrir todos los sectores de los servicios, con excepción de aquellos suministrados en ejercicio de facultades gubernamentales y los derechos de tráfico aéreo. En esas negociaciones, participa Panamá desde hace años, lo que ha generado protestas de varios sectores.

Rankin señalo que la Unión de Prácticos del Canal de Panamá reconoce la influencia del TISA, luego del contrato suscrito el 9 de marzo de 2017 con la empresa Meyers Tugs, S. A., para que sus remolcadores, ajenos a la vía acuática, brinden por un período de 24 meses con opción a prórroga, el servicio de asistencia a los buques en tránsito que se dirigen hacia las esclusas.

“El propósito oculto de estas decisiones es provocar su tercerización, externalización, privatización o como se le quiera llamar, afectando en el proceso la calidad, la eficiencia, la rentabilidad, pero sobre todo, la seguridad de la vida humana, los buques en tránsito, las infraestructuras del Canal (incluyendo las nuevas esclusas), y el medio ambiente”, puntualizó Rankin.

Capitán Londor Rankin. (Foto Bayano).

Sin embargo, las declaraciones del dirigente sindical fueron rechazadas por el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Jorge Luis Quijano, quien defendió la contratación temporal de remolcadores y sostuvo que no se realiza en el área de las esclusas. Añadió que ello ha permitido al Canal de Panamá el ahorro de miles de dólares y no ha tenido impacto en las áreas que deben cubrir los prácticos panameños que laboran en el Canal.

Quijano defendió la idea de mantener un Canal eficiente, seguro y neutral. Pese a que funcionarios gubernamentales defienden la adhesión de Panamá a una coalición bélica contra el Estado Islámico, el administrador manifestó que no es político, pero sabe que “la mejor defensa del Canal es su neutralidad”. Sobre este punto, Rankin indicó ‒extrañamente‒ que la Unión de prácticos no tiene una posición sobre el tema de la neutralidad de la vía acuática.

Por su parte, la empresa la compañía Meyers Tugs, S.A, aseveró en un comunicado que en 2016 y 2017 licitó junto a otras empresas, en “concursos abiertos y transparentes”, para atender “ciertas necesidades” de la ACP. Advirtió que el 100 por de su personal es panameño y ha sido certificado por la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), para el desarrollo de operaciones.

“Nuestras embarcaciones disponen de la respectiva exención de practicaje emitido por la División de Tránsito del Canal de Panamá, que le permite mantener actividades en aguas canaleras, no sólo por la operación realizada para la ACP, sino para poder atender a nuestros clientes en los demás puertos cuya operación ocurre en aguas del Canal”, planteó Meyers Tugs, S.A.

Sin embargo, Rankin aclaró que para realizar actividades en aguas del Canal, un práctico a bordo de un remolcador de la ACP o de un buque requiere pasar un riguroso entrenamiento previo, y tener experiencia en su trabajo, por el cual recibe una calificación. Adujo que ese principio es el que genera confianza entre los usuarios de la avía acuática, transferida a Panamá el 31 de diciembre de 1999.

Jorge Luis Quijano, administrador de la ACP. (Foto Bayano).

“Consideramos que bajo ninguna circunstancia se puede poner en peligro la operación del Canal, utilizando empresas de intereses privados que hacen los tránsitos inseguros y riesgosos, y más aún hacen peligroso el trabajo del personal del Canal cuando son utilizados. No solamente representan un peligro para la operación segura del Canal, sino que también lo son para ellos mismos”, acotó.

Rankin subrayó que la contratación de la empresa Meyers Tugs, S.A. o de cualquiera otra que provea el servicio de asistencia a los buques en tránsito por el Canal, está fuera del ámbito de aplicación del Título XIV de la Constitución y la Ley Orgánica del Canal, por lo que sus trabajadores pueden hacer huelgas y las embarcaciones están sujetas a embargo. De darse una o ambas acciones, podría ser detenida la actividad en el Canal, cuando el tránsito de buques en esa vía debe ser ininterrumpido, sentenció.

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