El futuro de América Latina pasa por la soberanía de Venezuela

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Apoyo popular al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Por Toracio Iturralde
Redacción de Bayano digital
Docente

América Latina se enfrenta a comentos cruciales, determinados por una ofensiva del complejo económico y militar de Estados Unidos para ejercer el dominio sobre los recursos naturales de los países de la región y tratar de provocar el colapso de los proyectos democráticos. Esa situación responde a diversas causas, pero fundamentalmente nace del fracaso del modelo neoliberal y la pérdida gradual del poder hegemónico de Estados Unidos y sus aliados europeos, ante el evidente fortalecimiento de las economías emergentes en el ámbito mundial.

Un análisis miinucioso de ese escenario repleto de riesgos para la estabilidad regional, permite reconocer elementos certeros de una escalada bélica para ahogar los esfuerzos de paz, la soberanía y el principio de la autodeterminación de los pueblos que buscan en la integración el camino para el desarrollo. En esa ofensiva, se percibe la seria amenaza intervencionista de Washington contra Nicaragua y Venezuela, así como la aplicación de mecanismos dirigidos a someter a esos países al bloqueo económico, político y diplomático.

En ese panorama descrito, es posible reconocer dos aspectos interrelacionados que ayudan a explicar y entender las causas del conflicto vigente:

a. La necesidad de las potencias mundiales de apropiarse de elementos naturales energéticos para asegurar su crecimiento;

 b. La búsqueda intensiva de elementos minerales para el desarrollo tecnológico, a expensas de los legítimos dueños de esos recursos.

En ese contexto, Venezuela se convierte en el epicentro de la lucha por el control de fuente de riqueza, lo que se refleja políticamente en la actual crisis.

Como país soberano y dueño de recursos esenciales y valiosos, Venezuela realiza negociaciones comerciales y financieras con China y Rusia, pero Estados Unidos persiste en los intentos de asfixiar financieramente a Venezuela y promover la desestabilización interna a través del desabastecimiento y la congelación de cuentas bancarias oficiales.

El gobierno de Washington no ha ocultado su interés de administrar y explotar los recursos naturales de Venezuela, ya que se considera dueño y señor de este hemisferio. Prueba de ello, son las declaraciones de John Bolton, asesor del presidente estadounidense Donald Trump, quien se pronunció a favor del intervencionismo, en una especie de reinstauración de la vieja doctrina Monroe. Ello explica una respuesta en sentido contrario: la alianza económica y la firme postura de los gobiernos de China y Rusia en solidaridad con Venezuela, frente a la arremetida estadounidense.

  • En segundo término, se resalta el aspecto político. Para concretar sus objetivos, Estados Unidos pretende forzar la salida del legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, así como destruir la institucionalidad en ese país. Para ello, Washington utiliza a organismos multilaterales con el objetivo de presionar y aislar diplomática y políticamente a Venezuela.

Es necesario aclarar que la oposición venezolana no tiene la capacidad de convocatoria y de maniobra política suficienten para generar una crisis política que derive en un golpe de Estado o en fraccionamiento de las fuerzas armadas.

Desde el punto de vista jurídico, la maniobra de provocación realizada a través del presidente ilegítimo Juan Guaidó, a quien únicamente reconoce un puñado de 13 países, no puede sostenerse. Esa es una figura impresentable, sin autoridad moral, arraigo. Además, carece de la formal juramentación ante instituciones legalmente constituidas en Venezuela.

Las amenazas de guerra e invasión son opciones que se barajan en el contexto de la realidad y la guerra psicológica, No obstante, dependen de las condiciones e intereses de los ejércitos en Latinoamérica.

Venezuela ofrece una síntesis de las contradicciones que en el ámbito económico tienen los polos de poder, unos para mantener la hegemonía y la guerra, otros, apostando por la paz y el multilateralismo. El futuro está de lado del multilateralismo y de la paz, de la legalidad y la autodeterminación de los pueblos. Sin duda, el presente y el futuro de la integración regional pasan a través de Venezuela.

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