Por Alberto Velásquez
Periodista
Por fin, fueron vistos en televisión el ministro del Canal, el ex ministro de Educación y el ex presidente de la República, Dr. Aristides Royo, en una entrevista sobre su nueva posición y las implicaciones que ello implica, especialmente en momentos en que la administración de la ruta marítima se enfrenta a retos económicos y en materia de transporte en el ámbito global.
Con gran experiencia en asuntos gubernamentales, el Dr. Royo puntualizó una serie de temas de especial importancia, pero quizás uno de los aspectos que abordó con mayor cuidado fue el relacionado con el manejo del agua en el Canal de Panamá.
En la entrevista transmitida, se refirió a los efectos del cambio climático, la deforestación descontrolada y las lluvias de poca frecuencia que tienen impacto en la cuenca canalera que debe ser protegida y fortalecida en los próximos años.
Las declaraciones del ministro apuntan a ventilar el tema de la escasez de agua para el Canal, tomando en cuenta que las mismas reservas garantizan el consumo a casi 2,5 millones de habitantes en las ciudades de Panamá, Colón y áreas marginales. Esa realidad obligó a la adopción de medidas que menguaron las finanzas de la vía interoceánica.
En atención a ese panorama, es prudente emprender campañas de orientación pública que muevan la conciencia nacional sobre la conservación de fuentes del vital líquido, y utilizar técnicas para descubrir acuíferos, y abandonar el proyecto alternativo dirigido a aprovechar las aguas de los ríos Indio y Bayano, debido a las consecuencias ambientales previsibles que son objeto de debate por los ambientalistas.
Recientemente, un grupo investigador descubrió en una región de Estados Unidos una gigantesca reserva hídrica en el subsuelo marino, señalada por los científicos como la más grande que se ha encontrado en el mundo hasta la fecha.
El hallazgo fue realizado a través de la exploración con un sondeo magnetotelúrico. El hecho fue destacado en una prestigiosa revista científica. Se trata de formaciones hídricas que deben estar repartidas por todo el planeta, y cuya explotación podría ayudar a resolver el problema de la escasez de agua en el futuro.
Aun con la metodología aplicada en su nuevo sector ampliado, el Canal de Panamá derrama al mar miles de galones de agua cada vez que atiende el tránsito de una embarcación. Pagan no sólo por la atención marina, sino por el agua que se va al mar.
Es el momento de que el nuevo ministro del Canal y próximo administrador de la vía acuática, ambos con experiencias demostradas, promuevan soluciones al problema hídrico. Ello implica valorar los resultados alentadores en otras latitudes, donde han sido incorporadas tecnologías para el manejo hídrico sostenible y eficiente.
Asimismo, es necesario respetar los derechos de las comunidades que viven en la cuenca canalera y custodian la flora y fauna de ese patrimonio viviente de la Nación.
