Difícil cierre de campaña electoral. Editorial del martes 23 de abril

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A menos de dos semanas de los comicios generales del 5 de mayo, del que emergerán las principales figuras del próximo gobierno electo, los aspirantes a la Presidencia de la república cierran sus campañas políticas con la ausencia de debates enriquecedores sobre temas de cardinal importancia, como las metas de desarrollo, y dejan al electorado con dudas sobre el futuro de la nación.

En diálogos y entrevistas transmitidos a través de las televisoras locales, los candidatos de partidos políticos y de libre postulación excluyeron del examen de la realidad del país el diagnóstico de la realidad canalera y las áreas revertidas, así como la redefinición de la política exterior panameña y la necesaria recuperación de la diplomacia encaminada a la efectiva integración regional.

Las propuestas de todos los candidatos presidenciales fueron limitadas por una suerte de mecanismos simplistas y hasta baladíes que impusieron los organizadores mediáticos, pero fundamentalmente por la ausencia de verdaderos programas de gobierno orientados a la conducción de un Estado justo, equitativo, soberano y solidario, para detener el despojo del patrimonio de los panameños.

Absurdas prohibiciones incorporadas en las reformas electorales aprobadas por la Asamblea Nacional de Diputados, contribuyeron a minimizar el impacto del discurso de los aspirantes a cargos de elección popular. Ello redujo el efecto de la propaganda visual y la posibilidad del electorado de conocer en profundidad las ofertas y planteamientos estructurados de aspirantes presidenciales.

Ningún candidato detalló el modelo perverso que ha convertido a Panamá en un país de acuerdos internacionales ocultos al más alto nivel que ponen en riesgo la neutralidad de la vía interoceánica. Pese a esa omisión, es posible advertir la acelerada perdida de la institucionalidad y gobernanza, lo que se convierte en un talón de Aquiles para el próximo gobierno en materia de soberanía.

Los electores disponen de escasos elementos comparativos para distinguir en forma serena las ideas más claras, en medio de un caudal de desinformación y propaganda negativa vertida a través de las redes sociales. Por ello, deben buscar en el espectro que envuelve al solio presidencial la figura que proyecte estabilidad y mejor represente el ideal de la recuperación soberana.

Más allá de los aspectos superfluos que dominaron los debates, la elección presidencial expuso la pugna entre elites económicas y el alto grado de clientelismo. La contienda mostró, además, el reducido margen de maniobra de fuerzas sociales obligadas a articular proyectos unitarios y novedosas formas de activismo para derrotar a las corrientes antidemocráticas aferradas al poder.

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