- Con apego al evangelio de Cristo, el arzobispo bendijo a los colonenses que se alzan contra la injusticia.
- “Somos una Iglesia que escucha”, manifestó el jerarca de la Iglesia, parafraseando a Santa Teresa de Jesús.
- El arzobispo describió a Colón como “provincia agotada de tanta desidia, que ha tenido que acostumbrarse a vivir entre aguas servidas y caserones cayéndose”.
Por David Carraco
Tras hacer un llamado a combate de la corrupción y la pobreza, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, confirmó el apoyo del clero al golpeado pueblo de la provincia caribeña de Colón, para exigir un “desarrollo integral, solidario y sostenible”.
Ulloa, quien dirigió su homilía de la XLIV Cita Eucarística a miles de jóvenes que participarán en la 2019 a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), reconoció con tristeza que en hay amenazas que desvían a la población juvenil de su objetivo y generan inseguridad en comunidades empobrecidas y abandonadas a su suerte.
Previamente, el Luis Powell, integrante del Comité de Lucha por la Salvación de Colón, declaró a Bayano digital, que la gente en esa provincia exige respuestas a graves problemas de inseguridad y falta de vivienda digna y empleo decoroso. Aclaró que un llamado a huelga para el 19 de abril, surgió luego de que el gobierno abandonó en forma intempestiva y sin justificación una mesa de diálogo creada para ventilar un pliego de demandas sociales.
Juventud en riesgo
“Ser joven es un factor de riesgo”, dijo el líder espiritual de la Iglesia metropolitana en alusión a la violencia estructural de la pobreza y la desigualdad, y la violencia simbólica, como el racismo y la discriminación hacia poblaciones indígenas y afrodescendientes, lo que se refleja en una ola delictiva en los barrios marginales en la segunda provincia en importancia económica en el país.
En ese sentido, fustigó la actitud de sectores sociales que reaccionan con indiferencia y adoptan una actitud de simples espectadores, al ver morir a los jóvenes, sin hacer nada para impedirlo. Destacó que un caso en el que aflora esa realidad impregnada de injusticias, es la provincia de Colón, sumida en una crisis socioeconómica.
“Colón es una muestra palpable de la indiferencia de todos. Tenemos, no sólo los gobiernos, sino todo el resto del país, una deuda histórica con esta provincia que tanto ha dado a nuestro Panamá”, sostuvo el líder pastoral, asegurando que ello no debería depender únicamente de la voluntad de los gobernantes, en alusión a la inequidad que descarta a las muchedumbres, dejándolas sin trabajo, sin horizontes y sin salida adecuadas a sus vidas.
Reseñó que el Papa Francisco ha cuestionado la cultura de falta de equidad que “anestesia” a las conciencias, y hace que la gente común vea como algo “normal” que la riqueza se concentre en una minoría que tiene cada vez más dinero en sus manos, mientas la desigualdad aumenta y golpea a los pobres de la tierra.
Ulloa elogió el tiempo de gozo pascual de los cristianos y salió en defensa de los colonenses injustamente denigrados. Adujo que “es falso que en Colón no hay nada bueno” y que “no se puede reparar el tejido social deteriorado por diversas causas”, ya que es posible emprender políticas oficiales que cambien ese panorama desolador.
“Aquí tenemos una muestra de que sí hay gente buena. Jóvenes, adultos colonenses: levántese con orgullo, porque el destino de su provincia está en sus manos. Lucharán y devolverán la esperanza a una provincia agotada de tanta desidia, que ha tenido que acostumbrarse a vivir entre aguas servidas, caserones cayéndose, con un alto desempleo e inseguridad”.
Por un Panamá digno
Ulloa resaltó que la Iglesia Católica es la red humana más grande del mundo, y recordó que el Papa Francisco, quien asistirá a una vigilia en Panamá el 26 de enero, ha sido un duro crítico de quienes se han enriquecido a costa del patrimonio del pueblo. Al respecto, dijo que es urgente que los casos de corrupción en Panamá sean llevados a juicio para conocer la verdad y ejercer la justicia efectiva.
El arzobispo llamó la atención de dirigentes políticos para que “se empinen sobre sus intereses personales, de partidos o ideologías”, con el objetivo de rescatar la dignidad pisoteada de los sectores populares, ante los escándalos de corrupción y la “ausencia de una sólida institucionalidad y de un desarrollo económico inclusivo”.
