Clase institutora de 1970 rememora luchas para preservar al Instituto Nacional de Panamá

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Fachada del Instituto Nacional de Panamá. (Foto: Didier Magallón / El Siglo).

Por David Carrasco

Integrantes de la generación del Instituto Nacional recordaron en un encuentro fraterno realizado en la Ciudad del Saber, en áreas revertidas del Canal de Panamá, su participación en las jornadas de luchas por la soberanía panameña, el respaldo solidario a las causas populares, la democratización y desarrollo humano.

La Licenciada Mireya Peart, egresada del “Nido de Águilas” y oradora en el evento, destacó que fue precisamente la generación de 1970 la que inició el diálogo con el general Omar Torrijos, jefe de Gobierno, para declarar al Instituto Nacional Monumento Histórico Nacional, lo que elevó el prestigio del principal plantel de enseñanza pública y ayudó a preservarlo de sus detractores.

En el acto fueron recordados los institutores desaparecidos, entre ellos Conrado Gutiérrez, quien fue uno de los dirigentes más preclaros y participó en el proceso de liberación de los presos políticos, como un paso a favor del entendimiento nacional.

Profesionales pertenecientes a la clase institutora de 1970.

Peart rememoró que el Decreto que declaró a la sede del Instituto Nacional Monumento Histórico fue emitido el 28 de enero de 1971, pero la clase institutora de 1970 asumió con tesón ese compromiso, hasta verlo plenamente materializado. La Comisión de Monumento Histórico fue integrada, además de Peart, por el entonces rector Eric Ramírez y la Dra. Reina Torres de Arauz.

Asimismo, formaron parte de esa Comisión, los profesores Ricardo Jaén, Jr., Fernando Ríos y Euclides Cerrud, y los alumnos Candelario Santana Vásquez, Euribíades Muñoz Sánchez, Diomedes Leiva González y Melvin Jamieson. Todos ellos fueron inspirados por las palabras de la Dra. Torres de Arauz: “quienes han sido institutores, han tenido una vivencia que jamás termina y, por eso, somos aguiluchos para toda la vida”.

Peart dijo que al tomar esa decisión trascendental, los comisionados se remitieron al papel histórico y patriótico del Instituto Nacional, y a su especial diseño arquitectónico en el que trabajaron antiguos arquitectos italianos. Sostuvo que la declaración de Monumento Histórico contribuyó a restaurar en la década de 1970 al plantel, cuyo frontispicio está custodiado por dos imponentes esfinges mitológicas, esculpidas en bronce por el escultor Gaetano Chiaremonte, en Italia.

El Instituto Nacional fue fundado en 1909 y trasladado en 1911 a su actual ubicación, a un costado de la Avenida de los Mártires. Es conocido por la participación de sus estudiantes en los hechos del 9 de enero de 1964, que reclamaban el fin de la ocupación estadounidense en la Zona del Canal de Panamá y que dejó 22 panameños muertos y centenares de heridos de bala.

Los planos de su edificio fueron diseñados por el arquitecto italiano Genaro Ruggieri, quien realizó los planos. Su constructor fue el ingeniero Florencio Arosemena. El diseño del Instituto Nacional es de arquitectura neoclásica, que marcó su posterior desarrollo estético y estilístico en los inicios de la república.

En 2016, la Asamblea Nacional de Diputados aprobó un Decreto para que el Conjunto Monumental Histórico del Instituto Nacional quedase bajo la custodia y responsabilidad de la Comisión Nacional de Arqueología y Monumentos Históricos y de la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (INAC), bajo la administración del Patronato del Conjunto Monumental Histórico del Instituto Nacional.

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