China, el aliado estratégico. Editorial del martes 27 de agosto

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La Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón (AUZLC) ha colocado en primer plano los elementos esenciales para un debate impostergable sobre el futuro de Panamá y el modelo de país que quieren los panameños, en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que tiene impacto en la economía y diversos proyectos logísticos promovidos por este país.

El presidente de la AUZLC, Raúl Rojas, advirtió al presidente Laurentino Cortizo algunos hechos notorios que ofrecen pistas sobre el resultado del enfriamiento de las relaciones diplomáticas y económicas con China, algo que viene facturado por las políticas hostiles asumidas por Washington para frenar el auge del gigante asiático y su apuesta enfocada en una gran red global de comercio.

Tras el inesperado congelamiento de los acuerdos bilaterales, que culminarían en la firma de un Tratado de Promoción Comercial entre ambos países, China paralizó sus operaciones en suelo panameño, que abarcan el proyecto de un nuevo puente sobre el Canal de Panamá. Asimismo, detuvo el desarrollo de la novedosa terminal portuaria en Isla Margarita, en la caribeña ciudad de Colón.

De hecho, durante el acto del lanzamiento del Centro de Estudios Estratégicos Asiáticos de Panamá, el embajador chino, Wei Quiang, se despidió de activistas políticos, investigadores sociales e intelectuales, sin dar explicaciones sobre la finalización de las cortas funciones ejercidas en Panamá. El anuncio oficial fue realizado con gran delicadeza diplomática, pero define un momento trascendente.

China es el segundo usuario del Canal interoceánico y el principal abastecedor de mercaderías en la Zona Libre de Colón, que en los últimos años redujo el volumen de las reexportaciones a países del continente americano a causa de una contracción del mercado regional. El tema acapara el interés de los empresarios que ven en peligro sus inversiones debido a tensiones políticas globales.

El gobierno de Panamá debe evaluar con sumo cuidado la situación planteada, debido a que el incumplimiento de los acuerdos contractuales con China, puede provocar un aislamiento en el contexto internacional. Además, ello puede tener implicaciones sobre el empleo y las inversión directa extranjera en este país, que parece haber privilegiado sus relaciones y nexos políticos con Washington.

En las dos últimas administraciones, Panamá ha cedido ante las exigencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OCDE) y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Ahora debe decidir si continuará cediendo espacios de su economía o eludirá las severas presiones externas a través de una política exterior viril, digna, soberana y consecuente.

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