Carta al Hermano Francisco

La Alianza Estratégica Nacional informa al papa sobre abusos y el despojo cometidos en Panamá contra los pueblos originarios, los productores nacionales, las comunidades afrodescendientes, la destrucción de los ecosistemas y la instauración de un modelo económico injusto que produce pobreza extrema y descarte de la población joven.

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Víctor Jordán Anria Coordinador General de la Alianza Estratégica Nacional

Redacción de Bayano digital

La Alianza Estratégica Nacional (AEN) entregó una carta en la Nunciatura Apostólica, en la Ciudad de Panamá, dirigida al Papa Francisco, con motivo de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se realiza en Panamá del 22 al 27 de enero, para hacer de su conocimiento los problemas sociales y ambientales que enfrenta este paìs.

La carta denuncia el abuso contra las comunidades campesinas y pueblos originarios, el extractivismo de las minerias que afecta los ecosistema y pone en riesgo la vida y el futuro de las pròximas generaciones, el despojo del techo y la tierra a miles de panameños del campo y la ciudad. «Muchos panameños se sienten desprotegidos de sus derechos humanos y ciudadanos  a la vivienda, al trabajo, y a la tierra», dice la nota.

Debido a la importancia del contenido de esa nota, ofrecemos a los lectores de Bayano digital el texto completo de la misiva cuyo destinatario es el sumo pontífice.

CARTA AL HERMANO FRANCISCO

Panamá, 15 de enero de 2019
AEN/001-2019

Hermano Francisco:

Nosotros, comunidades campesinas e indígenas, trabajadoras y descartadas de Panamá, unidas en la Alianza Estratégica Nacional, nos dirigimos a usted, como movimiento social preocupado por las urgencias que tiene nuestro país que consideramos están en su agenda y en sus oraciones. Queremos, de esta manera, aue usted pueda conocer mejor el sufrimiento del pueblo panameño.

En Panamá, los atropellos están vinculados a un enfoque distorsionado del progreso y desarrollo sostenible, especialmente abusos a las comunidades campesinas y pueblos originarios, que amenazan y actualmente empeoran sus modos de vivir. Algunos proyectos, enfocados a la energía hidroeléctrica y otros a la minería extractiva, aplican modelos que afectan y destruyen los ecosistemas, poniendo en riesgo la vida y el futuro de las próximas generaciones, tal como usted lo ha dicho en su encíclica Laudato si’.

Hay un voraz apropiamiento, desde los puestos de gobierno, de tierras, playas e islas sin importar el atropello a las comunidades. Ejemplos concretos son los proyectos en desarrollo de la Hidroeléctrica Barro Blanco, la reactivación bananera en el Distrito de Barú, el proyecto de Minera Panamá y las desmedidas importaciones de productos agropecuarios.

Todos estos proyectos han dejado sin techo a miles de panameños. El despojo de tierra y viviendas no cesa y han causado enormes daños a nuestro medio ambiente. Nos tomará decenas de años recuperarnos de los destrozos ambientales que se han producido desde hace catorce años, profundizados éstos por el actual gobierno del presidente Juan Carlos Varela, que no tiene en cuenta la doctrina social de la Iglesia.

Cabe destacar que la desigualdad y la pobreza están relacionadas con las Comarcas. Se mantenienen los índices más altos de desnutrición, morbilidad, bajo nivel educativo, y los recursos naturales poco a poco serán absorbidos por el desarrollismo voraz.

La soberanía alimentaria está cada vez más lejos de alcanzarse, ya que somos altamente dependientes de la importación de alimentos, en desmedro de la escasa producción nacional y con tendencia a agudizarse, por medio de los permisos del gobierno a un pequeño grupo de comerciantes especuladores. Ello pone en riesgo nuestra soberanía. Un país que no produce sus alimentos, está en riesgo de perder su identidad.

En Panamá, el tema del techo para la población de escasos recursos, como usted menciona en  Laudato si’, requiere un nuevo enfoque de economía circular y modelos urbanísticos sostenibles, que no estén basados en la especulación económico-financiera, ni en el lucro exacerbado. En este sentido, la banca panameña también debería revisar sus criterios,  de modo que promuevan una banca ética.

La Alianza Estratégica Nacional tiene muy en cuenta su propuesta expresada en la Laudato si’, que se refiere a cambio sistémico, cambios en los modos de producción hacia una economía circular, cambios de los modos de comercialización donde lo fundamental es un comercio justo y un consumo ético, y cambio del sistema económico que no se fundamenta en lo dineral, sino la conservación de la naturaleza y cuidar la Creación de Dios Padre para que pase de generación en generación, pues la creación que Dios nos ha regalado no es un bien a consumir. Es una herencia a cuidar.

Haremos el recuerdo de las tres “tes”: tierra, trabajo y techo, a las que usted hizo referencia con los Movimientos Sociales de América Latina en Bolivia.

En el  interior del país, muchos panameños se sienten desprotegidos de sus derechos humanos y ciudadanos  a la vivienda, al trabajo, y a la tierra.

Las soluciones a las poblaciones sin techo, son inalcanzables para los panameños trabajadores de a pie, campesinos e indígenas.

En el atlántico, en la ciudad de Colón, se produce un despojo de las viviendas históricas de los afrodescendientes, para que queden en manos de las economías transnacionales y al  servicio de un sistema injusto que produce pobreza extrema y descarte de la población joven. Política que inició con el Casco Antiguo de la Ciudad, donde el sector inmobiliario se apropió de todos los espacios, quedando solo, en ese sitio histórico, restaurantes exclusivos y apartamentos de lujo.

Los proyectos hidroeléctricos, eólicos, mineros, aprobados por el gobierno y con plena vigencia, pretenden expulsar a miles de comunidades de sus tierras y hábitat, donde por muchas generaciones han establecido  un vínculo de su vida con las tierras, aguas, aire y montañas.

Mientras el gobierno se enorgullece de sus logros económicos, hay un pueblo que vive angustiado, enfermo, con un futuro incierto. Nuestro hombre del campo es cada vez más acosado por estas políticas neoliberales, obligándole a salir del campo y abandonar sus casitas, ríos, montañas y deje sus puertas abiertas para que entre el capital.

Pese a las múltiples manifestaciones, movilizaciones, marchas, protestas y participación ciudadana, tenemos un gobierno ciego y sordo a los legítimos derechos de los panameños.

Panamá tiene unos índices de economía muy altos. Pero de injusta distribución. Una de las más desiguales del mundo. Hay que recordar que en nuestro país existe una economía informal que alcanza el 40.8% de la Ciudad. Pero que en el mundo rural está en las mismas circunstancias. Esa realidad pone en riesgo el Seguro Social y el derecho a disfrutar una vejez con salud y con el disfrute de la vida familiar. Todo eso está en riesgo y el Estado no cumple con el deber de asegurar la dignidad de la ancianidad.

Finalmente, le expresamos la aflicción, desde los oprimidos, que se ven impotentes para frenar unas políticas multinacionales que expolian a nuestro pequeño país con la colaboración del Gobierno y las leyes que son impuestas por las súper potencias que juegan con nuestras riquezas.

Hermano Francisco, nuestro mayor dolor es que la Iglesia Jerárquica, fuera de comunicaditos poco proféticos, está ausente de nuestras luchas por la justicia. Es más, a veces aparece más cercana al poder dominante y lejano al proyecto que usted diseña en la Casa Común.

Con muestras de nuestra más alta consideración y respeto, nos despedimos atentamente,

Por las Alianza Estratégica Nacional,

Víctor Jordán Anria                                         Rafael García
Coordinador General                                       Secretario Auxiliar

 Adj. Organizaciones Miembros

1 COMENTARIO

  1. Reciban un fraternal y revolucionario saludo de paz y bendiciones desde Jalisco, Mëxico. Es significativo este mensaje al hermano Jorge Bergoglio, más conocido como Papa Francisco, en vísperas del Encuentro Mundial de Juventudes que se realizará en la patria de Omar Torrijos Herrera y del gran poeta Rogelio Sinán. Debemos recordar que Dios nos creó para vivir como Hermanos y que es un pecado grave aceptar o practicar la Opresión. Hay que continuar la tarea para que tanto en Panamá como en el resto de la Patria Grande y el Mundo no se sobreviva más ni en calidad de Opresores ni en calidad de Oprimidos. Es una lucha permanente que tiene grandes referentes, como el colombiano, sacerdote, sociólogo e insurgente, padre Camilo Torres Restrepo. ¡Vivan la Juventud y el Pueblo de Panamá!, ¡Hasta la Victoria Siempre!, Fernando Acosta Riveros

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