Café Bayano en las Calles de Colón

A Colón lo están desalojando para entregar los lotes baldíos a los ricos.

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La verdad por delante

Por Cecilio E. Simon E.
Redacción de Bayano digital

Café Bayano realizó un recorrido por las 16 calles de Colón. Cámara en mano, no dejó de sorprender al camarógrafo Martín el estado de deterioro de toda la ciudad, en medio del caos creado por el programa oficial de Renovación Urbana, publicitado como un milagro a favor de la población colonense.

Rosa, una pequeña empresaria dedicada al reciclaje, se acercó al grupo de Café Bayano para preguntar si éramos los contratistas que tienen cerrada desde hace meses la calle 15,  por lo que ella no puede entrar con su furgón, a su patio de trabajo y el Municipio constantemente amenaza con multarla por estacionarlo en la calle.

El ambiente es desolador: casas de mampostería deshabitadas, ventanas y puertas selladas con bloques de concreto, lotes baldíos, entre ellos uno en el que funcionaba una imprenta y varios establecimientos comerciales, que empleaban a decenas de trabajadores y trabajadoras.

El deliberado deterioro de la ciudad, es una situación extendida que perjudica la calidad de vida, el empleo y la economía familiar de los colonenses.

Las empresas contratistas removieron el concreto y el asfalto de las calles, y ahora el agua corre libre por las zanjas, mientras que los escombros rellenan los desagües, provocando inundaciones, incluso a las puertas de iglesias icónicas de esa importante ciudad.

Nuestro paso por el Malecón, otrora espacio de esparcimiento de la familia colonense, ahora concentra equipos de las empresas que desarrollan la llamada Renovación Urbana de Colón. Frente a él, fue desconcertante ver más de una decena de pequeños establecimientos comerciales cerrados y las calles destrozadas.

La degustación del almuerzo en un lugar cálido y hospitalario de esa antigua ciudad, fue placentero, en medio de tanta desolación, similar a la que provocó el huracán María en Puerto Rico.

Quise volver a la barbería a la que iba cuando visitaba Colón, la tierra de mi abuela Iris y mi padre Eduardo. Después de 30 años, aún conserva su nombre original: La verdad por delante.

Todos los vecinos fueron desalojados del caserón «condenado» (apelativo a las casas de inquilinato deterioradas  por la falta de mantenimiento), pero para don Miguel no hay respuesta, porque el MIVIOT solamente atiende viviendas. En tanto él, como pequeño empresario, sigue pagando sus impuestos y espera que algún día se le indemnice por los perjuicios que producen las constructoras frente a su local, como en algún momento le prometieron.

Allí, en la barbería, pude participar en un animado coloquio popular, en el que se recoge de viva voz la frustración de los colonenses y colonesas. «Esta es una porquería» decía Marta, en tanto que Rubén,  expresó que a Colón lo están desalojando para construir edificios para los ricos. Al parecer ese es el sentimiento generalizado.

Los colegios emblemáticos de la ciudad, están en total abandono. La construcción del Hospital Amador Guerrero permanece paralizada y el aeropuerto sirve para atender algunas oficinas públicas.

Quisimos finalizar nuestro reportaje en el Residencial Altos de Los Lagos, fuera de la ciudad de Colón, donde pretenden trasladar a la población que desalojan de las casas «condenadas», pero no se nos permitió entrar. Había que gestionar un permiso especial en el Ministerio de Vivienda.

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