“Podemos prevenir las mutaciones si logramos mantener la cifra de contagios baja”

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La técnico de laboratorio Anna Schenini prepara una muestra de ARN para los test PCR destinados a revelar las mutaciones del coronavirus en el EOLAB de Bellinzona, el 22 de enero de 2021. Keystone / Pablo Gianinazzi.

¿Debemos tener miedo de las variantes del virus? ¿Las vacunas serán realmente eficaces? Hemos entrevistado a Emma Hodcroft, epidemióloga genómica en el Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna.

Sara Ibrahim
Swisinfo.ch

Las variantes de la COVID-19 preocupan a los científicos y a los gobiernos. Con razón, según Emma Hodcroft. La epidemióloga británico-estadounidense explica a swissinfo.ch por qué es fundamental mantener bajos los contagios y contener la propagación de las variantes del virus. Si bien las mutaciones forman parte de la vida del virus, son raros los casos en los que este mecanismo puede generar variantes muy peligrosas. “No tenemos que subestimar la lección que hemos aprendido en estos meses: aunque sea algo improbable, no significa que no vaya a suceder”, advierte la investigadora.

swissinfo.ch: Comencemos por lo básico: ¿Qué sabemos y qué no de estas mutaciones?

Emma Hodcroft: En primer lugar, son tres las principales variantes que centran la atención de los científicos en este momento. Hay una cuarta variante que está acaparando los titulares, pero los científicos no saben aún hasta qué punto es preocupante. Las variantes se encuentran, sobre todo, en el Reino Unido, Sudáfrica y otras dos han aparecido en Brasil. La que circula en el Reino Unido,  denominada a menudo 501Y.V1 o B.1.1.7, es la primera que se anunció y, a partir de los datos que tenemos, se está propagando localmente en la mayoría de los países europeos. Esta variante genera preocupación porque es más contagiosa y, por lo tanto, más difícil de gestionar que, por ejemplo, las variantes del SARS-CoV-2 que circulaban este verano. Aunque no hay una señal clara de que sea más peligrosa o letal, si se contagian más personas y luego caen enfermas, se corre el riesgo de sobrecargar el sistema sanitario, como está ocurriendo en el Reino Unido.

Sobre las otras variantes tenemos menos información. La variante en Sudáfrica comparte una mutación con la variante británica, pero presenta también una mutación adicional a la posición 484 y es esta mutación la que preocupa especialmente a los científicos. También las dos variantes que circulan en Brasil presentan esta mutación. Según algunos estudios, esta variante se transmite con mucha más celeridad, pero no disponemos todavía de datos suficientes para decirlo con certeza. Lo que genera más alarma es que la mutación 484 pueda hacer que el virus sea capaz de reinfectar a las personas que ya han contraído el SARS-CoV-2. Y esto, naturalmente, podría repercutir también en la eficacia de las vacunas. La buena noticia es que los datos recientes que ha publicado Moderna reflejan que la respuesta de la vacuna a la variante 501Y.V1 y a la mutación 484 sigue siendo bastante buena.

¿Esto significa que las mutaciones podrían afectar a las vacunas?

Incluso si las vacunas se volvieran menos eficaces, es improbable que dejaran de funcionar del todo. No nos veremos en una situación en la que la vacuna es esencialmente inútil. La cuestión es que la eficacia podría reducirse, por ejemplo, del 95% al 85-90%. No sería desde luego una buena noticia, pero esto no significa que las vacunas tengan un gran impacto. Tampoco se puede descartar que si las mutaciones influyen en las vacunas, entonces estas no sean eficaces.

La experiencia con otros agentes patógenos ha demostrado que la primera respuesta inmunitaria que se obtiene gracias a las vacunas es mejor que la que se genera naturalmente. Las vacunas enseñan a nuestro cuerpo a defenderse mejor. Si esto vale también para el SARS-CoV-2, entonces podría ser que esta mutación no influya en absoluto – o solo mínimamente – en las vacunas. Según los recientes datos de Moderna, parece que es el caso.

¿Estas variantes le preocupan?

Desde un punto de vista científico, la evolución del virus es completamente normal y no hay nada sorprendente. Pero cada vez que el virus se replica, existe una posibilidad de que se produzca un error y que esto genere la mutación. Cuanto más tiempo juguemos a este juego, con un elevado número de casos y una elevada concentración del virus en circulación, mayor será la posibilidad de que la siguiente mutación sea una que no queremos ver.

Nunca podremos descartarlo o prevenirlo del todo, a menos que eliminemos el virus de la faz de la Tierra, pero podemos ciertamente reducir esta posibilidad, asegurando que el virus tenga menos acceso a situaciones insólitas o a personas que no tienen un buen sistema inmunitario, porque es ahí donde el virus encuentra un terreno de juego favorable. No debemos subestimar la lección que hemos aprendido en estos meses: aunque una cosa sea improbable, no significa que no sucederá. Cuando más tiempo damos espacio al virus, más nos arriesgamos a que la próxima mutación sea una mala noticia. Es importante recordar que el virus está en constante evolución y, aunque la gran mayoría de esta

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