RT ! 1 feb 2019 | 20:24 GMT | El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, dijo este viernes que «este no es el momento para el diálogo» en Venezuela, sino que «es el momento para la acción».
«Ha llegado el momento de poner fin a la dictadura de (presidente venezolano Nicolás) Maduro de una vez por todas», dijo el funcionario estadounidense durante un mitin ante la comunidad venezolana en el Doral, Florida.
«Como el presidente (Donald) Trump dijo la semana pasada, la lucha por la libertad ha comenzado», manifestó Pence ante los asistentes.
Under @POTUS Trump, the US will continue to exert all diplomatic & economic pressure to bring about a peaceful transition to democracy. But know this – All options are on the table. Nicolas Maduro would do well not to test the resolve of the United States. pic.twitter.com/4BbpqFp8QQ
— Vice President Mike Pence (@VP) February 1, 2019
EE.UU. ha ejercido presión, tanto verbal como por medio de sanciones al mandatario venezolano para que deje la Presidencia de Venezuela; luego que Washington reconociera como «presidente encargado» del país suramericano al diputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó para ese cargo el pasado 23 de enero.
La declaración de Pence de este viernes, se conoce justamente después que Guaidó rechazara la propuesta de «un nuevo mecanismo de diálogo» en Venezuela, hecha por México y Uruguay.
Presiones de EE.UU.
Esta semana, el Gobierno estadounidense anunció nuevas sanciones contra la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), a la que se le congelaron unos 7.000 millones de dólares en activos. Además, se entregó el control a Guaidó de los activos del Gobierno venezolano en los bancos de EE.UU., medida tomada por el departamento de Estado estadounidense.
El asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, señaló este viernes, en entrevista con Hugh Hewitt, que la administración de Trump está «considerando una amplia gama de medidas económicas y políticas que aún deben tomarse» contra el país sudamericano.
Reiteró que sobre Venezuela «todas las opciones están sobre la mesa»; sin embargo, descartó una «intervención militar inminente», tanto de parte de EE.UU. como de Colombia y Brasil, aliados de Washington en la región, porque su «objetivo es una transferencia pacífica de poder» en Venezuela.