Por Sergio Sánchez Silvera / Fundación Toabré / Periodista
En la industria minera, uno de los contaminantes más peligrosos son las colas o gangas (residuos que quedan después de sacar el componente mineral que se busca producir).
Si Panamá se convierte en importador de minerales procedentes de otros países, para refinar, no se podrá devolver las colas al lugar de donde provienen.
Recientemente, el ministro de Comercio e Industrias, Ramón Martínez, anunció el incremento masivo de la industria minera como la actividad que presumiblemente salvaría y aseguraría el futuro económico de la nación.
En realidad, con el Código de Recursos Minerales existente, este propósito es totalmente imposible e inalcanzable. Ese Xódigo fue diseñado en 1953 para que al Estado no le quede un centavo. Tras ser moldeado a punta de modificaciones, ese instrumento jurídico permite que el Estado ceda a través de concesiones antinacionales los recursos de este país a consorcios extranjeros.
Es necesario mencionar que en el artículo 1 del Código, relativo a los “Objetivos”, no se prevé que la explotación minera debe beneficiar a Panamá.
El ministro que pronostica una bonanza del sector, ha señalado, además, que la empresa minera Broadway Minerals otorgará el gran beneficio de regalarle a Panamá un 50% de las acciones de la Empresa Minera.
Esa afirmación no toma en cuenta lo que ha significado para el país la tenencia del 49% de las acciones de las compañías eléctricas y telefónicas, más otras empresas en las que el Estado tiene porcentajes de acciones. Si a ese 49% se suma el 2% de los trabajadores, entonces menos significado tiene el 50% de acciones que generosamente regalaría la empresa minera.
Es necesario exigir que se respete la soberanía del país y que no se concreten más concesiones mineras. En cuanto a las regalías, ¡Qué dadivoso es el consorcio canadiense Broadway Minerals, el cual ofrece un 6% de regalías cuando en otros países latinoamericanos las regalías andan entre un 40 y un 55%!
El ministro Martínez no ha aclarado aún cuánto ofrece la minera por las ganancias de esta actividad ¿Habrá que interpretar que sólo cobraremos por la extracción de minerales? Tampoco hay información sobre lo que se va a refinar en esa planta.
Es válido suponer que allí se refinará sólo aquello que produzca la mayor ganancia posible, el mayor lucro. De sea forma, se puede colegir que en esas instalaciones se refinará lo más peligroso y ecológicamente deleznable.
Cabe mencionar, por ejemplo, el refinado de “tierras raras”, el que se paga muy bien, porque este refinado produce la más brutal de las contaminaciones. Tanto es así, que potencias como EE. UU., con una enorme capacidad tecnológica, se da el lujo de prohibirlo en su territorio, aún teniendo cantidades explotables de minerales.
Otra línea de refinado que podría ser implementada, es el tratamiento de colas que aún tienen minerales que rendirían beneficios económicos considerables. Sin embargo, los países donde se refinaba y producía ese residuo no lo han seguido permitiendo, debido a las colas de esas gangas contaminantes.
De hecho, el tratamiento de los minerales radiactivos dejaría colas que no se degradarían completamente cuando hayan pasado millones de años. Ante la falta de regulaciones precisas, podrían ser traídos para refinar minerales procedentes de explosiones de reactores nucleares, como el de Fukushima, en Japón.
Ese tipo de negocios sería rentable para la empresa y una estupidez inaceptable para los panameños. Cualquier refinamiento que se haga en cualquier país, deja gangas que a la larga resultan peligrosas para el medio ambiente.
Panamá ha sido invitado a ser el peor y más peligroso basurero del planeta. Simplemente, ello no se debe permitir. Ya en el pasado algunos propusieron convertir la isla Escudo de Veraguas en el basurero de las grandes ciudades de Estados Unidos. Al igual que en aquella ocasión, hay que evitar que la ambición de unos cuantos transforme a este país en el vertedero de la contaminación del planeta.
Claro que Panamá no tienen normativas finiquitas de cierre y poscierre dé Mina .mucho menos de pacibos ambientales, no pueden con las patas y quieren cargar con el mondongo
Tenemos que seguir muy de cerca no sólo los efectos ambientales de estas transacciones sino también a quienes la proponen. Son vendepatrias que sólo les interesa la riqueza persona.