Panamá, 19 mar (Prensa Latina) – Después de 24 días, Luis Guillermo Matos volvió al hospital Nicolás Solano, en la vecina provincia de Panamá Oeste, para reencontrarse con sus “ángeles guardianes”: los médicos cubanos que le salvaron la vida.
Durante los 18 días que estuvo reportado de crítico en cuidados intensivos a causa de la Covid-19, Diego, Yanelis, Daniris y Daniel fueron los doctores que “me regañaron, cuidaron y suministraron los medicamentos’“, contó el comunicador venezolano en un video publicado en su usuario de Instagram.
“No tengo cómo agradecer, primero a Dios, y después a este pequeño grupo de hermanos cubanos que están aquí día y noche, sin importar absolutamente nada, entregando su vida, profesionalismo y tesón, simplemente para salvarle la vida a personas como yo”, expresó Matos.
Recordó que aunque los trajes de bioseguridad no le permitieron verlos físicamente, siempre sintió la preocupación y dedicación de ellos, “por eso estoy orgulloso de que este grupo de grandes amigos tocara mi mano, mi cuerpo y diera pasos importantes para que yo pudiese estar de nuevo aquí”.
“Ellos son mis hermanos, me salvaron y estoy orgulloso de ellos. Todos tenemos que estar unidos en familia. Aquí no hay nacionalidades, somos uno, es Cuba, Venezuela y Panamá porque América, la Patria, es una sola’“, sentenció.
Pero, las retribuciones también llegaron en la voz del intensivista cubano Diego Suárez, jefe de la brigada médica que labora en el hospital Nicolás Solano, ubicado en La Chorrera, quien resaltó el gesto del paciente de reconocer el trabajo del personal de la salud.
“Nos satisface la iniciativa de usted de venirnos agradecer porque ese es el objetivo de nosotros, que el ser humano tenga la dicha de sentirse vivo y transmitir sus experiencias, en este caso a nosotros, que representamos a los galenos de una isla que vino a brindar su solidaridad’”, dijo.
Explicó que los resultados no sólo dependen de las personas, sino de todo lo que se genera a su alrededor, los recursos materiales y la labor del personal de enfermería, por eso para “nosotros el agradecimiento tiene un valor extraordinario y es lo bonito de nuestra profesión, porque somos médicos por la vida”.
Por lo pronto, Matos sueña con conocer Cuba y visitar La Habana, Matanzas y Pinar del Río, además de bailar, sin olvidar que el uso de la mascarilla nos protege a todos y la sentencia de los médicos: “Lo lograste y lo logramos, regresaste a la vida Luis, ahora, a cuidarse y no bajar la guardia”.