Por DAVID CARRASCO / Director de Bayano digital
El combatiente por la libertad de América Pablo Fernández tomó una última bocanada de aire antes cerrar para siempre los ojos en la patria que le sirvió de cuna y abrigo.
La desaparición física de esta gran figura internacionalista llena de tristeza a quienes lo conocieron y demuestra que en la lucha soberana hay ejemplos perdurables de cofaje que deben ser emulados.
Fernández, quien en la década de 1970 enarboló las banderas de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) en jornadas soberanas, fue uno de los cinco jóvenes panameños que en 1981 marcharon a Colombia para acompañar al Movimiento M-19 en la batalla a favor de la justicia social en territorio colombiano.
El Movimiento 19 de abril, mejor conocido por su acrónimo M-19, se destacó como una organización guerrillera urbana, en respuesta al fraude cometido en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 en Colombia.
Su tenaz lucha se concentró en la democratización y en el combate a las injusticias sociales cometidas por la oligarquía colombiana. Asimismo, apoyó los intentos de convertir a Colombia en un país sin autoritarismo, abusos, drogas y crímenes espantosos.
Fernández libró batallas contra las bien equipadas fuerzas opresora, hasta que su columna fue cercada y atacada por tropas de elite en Ipiales, un municipio colombiano en el departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador. Los enfrentamientos fueron duros e intensos, pero finalmente el ejército se impuso debido a su superioridad militar.
Los cinco panameños fueron capturados y enviados a cárceles paupérrimas, pero Fernández soportó con coraje ese encierro, mientras en Panamá crecía el clamor para su liberación inmediata. Nunca perdió las esperanzas de regresar a su terruño.
Uno de sus leales compañeros de armas confirmó a Bayano digital que el combatiente desaparecido era poseedor de grandes cualidades humanas y de un acendrado sentido latinoanericanista.
Al evocar algunos episodios de los años de juventud, resaltó que “Pablo fue uno de los que se entregaron en su espíritu a luchar por mejores días para nuestro pueblo”, en procura de la plena autodeterminación.
Añadió que “el amigo desaparecido estuvo en muchas jornadas, sumando esfuerzos diarios para integrar una organización política-estudiantil, como la FEP”.
“En este momento de despedida de Pablo, nos causa alegría profunda, repasar esos invaluables aportes, sin siquiera dudar a la hora de poner la vida en riesgo, en pos de los sublimes objetivos dictados por el amor patriótico», indicó en su comentario de despedida uno de los cinco de Ipiales.
La exequias del luchador social Pablo Fernández serán anunciadas oportunamente por sus familiares.