Marco Gandásegui se despidió exigiendo el derecho a la Salud

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Marco A. Gandásegui, hijo. (Foto: Bayano).

Por David Carrasco

La noticia del fallecimiento del amigo, colaborador y defensor de los sectores desposeídos Marco A. Gandásegui causó una gran aflicción colectiva. El 4 de abril de 2020, recibí su último artículo de opinión. La nota, que reproduzco debajo de estas líneas, reveló la preocupación del ilustre intelectual por la vida de millones de panameños y panameñas ante la amenaza de la pandemia provocada por la propagación del Coronavirus (Covid-19).

Sus inquietudes eran legítimas y válidas. Gandásegui sobresalió como investigador de las ciencias sociales y su pensamiento innovador y propositivo trascendió en el ámbito hemisférico. Desde su cátedra universitaria, en la que sirvió con disciplina y dedicación rigurosa, tuvo la virtud de inspirar a jóvenes talentosos deseosos de servir a la patria y generar modelos de equidad y participación a favor del desarrollo humano y social. Alumnos de varias generaciones refrendan hoy ese señalamiento inequívoco.

Fue notorio su compromiso inclaudicable con la soberanía de Panamá sobre su territorio y la solidaridad con países como Cuba, Nicaragua y Venezuela. De hecho, mantuvo en alto la bandera del pensamiento crítico y prosiguió en forma ininterrumpida la titánica labor emprendida por el profesor Ricaurte Soler para la publicación de la revista nacional TAREAS, que es reconocida en todo el mundo como un reflejo del debate constructivo y foro de opiniones para demostrar que otro mundo más humano y justo es posible.

Desde el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA), Gandásegui rescató el valor de la Cultura y la lucha antimperialista. Sus investigaciones en el campo de la Sociología son un referente para entender las disparidades en la sociedad panameña en el escenario hemisférico. Sin lugar a dudas, este país ha perdido a una de sus más preclaras figuras. Bayano digital se honra al haberlo tenido entre sus columnistas destacados y expresa su consternación por la prematura partida del amigo sincero, honrado y valiente, quien deja un legado de luchas antioligárquicas y ejemplos de gran verticalidad personal.

Hay que masificar las pruebas contra un virus clasista

Por Marco A. Gandásegui, hijo
Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.

El coronavirus ha alterado todos los parámetros sobre los cuales descansan los supuestos de la vida que conocemos. Especialmente en lo que se refiere al trabajo, al estudio o al ocio. Cada clase social tiene sus propias particularidades.

Los dueños del país (uno por ciento de los panameños) siguen recibiendo informes sobre como suben y bajan sus inversiones. A la vez, presionan a los gobiernos para que aumenten sus subvenciones. Por otro lado, muchos empresarios, profesionales y afines (15 por ciento) siguen trabajando, pero desde el encierro de sus casas. No tienen mucha suerte los trabajadores asalariados (35 por ciento) que perdieron sus pagos semanales o quincenales. En algunos casos –muy pocos– reciben un bono u otros pagos en especie. El 50 por ciento de los trabajadores, que son informales, se encuentran en la calle (correteados por la Policía), en cuartos hacinados o en chozas insalubres. El panorama se ve cada vez peor para ese 85 por ciento de la población que se encuentra en la “base de la pirámide” social.

A escala mundial, el país más golpeado es EEUU, especialmente sus áreas metropolitanas. La mayoría de los muertos son trabajadores (informales) de las etnias reprimidas (negros y “latinos”). Sigue en importancia Europa occidental, cuyas grandes capitales han sucumbido al virus como fichas de dominó.

En el caso de América latina y Panamá, en particular, no se tiene muy claro cuál ha sido la evolución del coronavirus o cuál será su futuro. Para medir el lugar que ocupa un país con relación a la epidemia, se utilizan varios indicadores. El más terrible es el número de muertos que ha causado el virus. Otro indicador son los casos de pruebas positivas. También se puede medir el número de hospitalizaciones y la cantidad de casos que son dados de alta. La mortalidad es el indicador más contundente pero no es necesariamente el mejor para saber cómo avanza o retrocede la epidemia en un momento dado. El número de hospitalizaciones es muy importante porque indica como la epidemia hace presión sobre los recursos que tiene un país –o los hospitales– para atender a los enfermos.

El mundo está centrado en la política de contención. Algunos países dicen que han alcanzado la etapa de mitigación. La pregunta que todos se hacen es ¿cuándo terminarán las medidas que incluyen el uso de mascarillas, lavados de manos y cuarentena que ya parecen eternas? La respuesta es sencilla: Cuando aparezca la vacuna y se pueda aislar el “nuevo” coronavirus. Según los especialistas, la vacuna estará disponible a partir de principios de 2021 (entre enero y junio). ¿Quiénes serán los primeros en ser vacunados? La pregunta ya tiene su respuesta.

Los infectólogos dicen, sin embargo, que la humanidad puede avanzar este año poco a poco hacia la normalización de la vida. En la actualidad, todos los países o ciudades en el mundo están organizados para permitir que se realicen lo que llaman actividades esenciales. En el caso de Panamá, se incluye el Canal de Panamá y los puertos. La Minera Panamá (que extrae principalmente cobre para la exportación) fue cerrada por el Ministerio de Salud por no cumplir con las medidas de seguridad.

Panamá centra sus esfuerzos en la contención de la epidemia. Cuenta con los hospitales, las camas, equipos y, lo más importante, los trabajadores de la salud que han dado muestras heroicas de entrega. Cuando se dieron los primeros casos, hace poco más de un mes, eran personas provenientes del extranjero.

El Centro Conmemorativo Gorgas identificó los primeros 8 enfermos y sus países de procedencia. De EEUU venían 4, de Europa 3 y de China venía una persona. Estas personas contagiaron a otras que vivían o trabajaban con ellas. A pesar de las medidas de contención, el virus se extendió y los casos positivos superan, actualmente, los 3.500 casos y las muertes se están acercando al centenar.

El Ministerio de Salud aún no da información socio-económica de las personas que dan positivo, que son hospitalizados o que fallecen. Por la distribución geográfica de los casos todo indica que la gran mayoría son de sectores humildes de la capital y que provienen de barrios con densidades altas de población.

El doctor Jorge Prosperi, salubrista, asegura que la única manera de “mitigar efectivamente el virus, es mediante la masificación de las pruebas de laboratorio para identificar a las personas positivas y el rastreo de los contactos”.

2 COMENTARIOS

  1. Tremenda consistencia, la del amigo Marcos Gandásegui,ejemplo de alguien progresista que nunca transó en sus posturas de apoyo a los sectores populares, no cedió ni una pulgada en lo filosófico, en lo político ni en lo ideológico. Conocí al eminente sociólogo,en comento,en una de las trincheras de lucha poco conocidas, el combate por el derecho a la salud en mi rol de presidente del Comité de Salud de El Chorrillo.
    En aquel entonces,ya en la Universidad me había incorporado al movimiento estudiantil universitario dentro del Frente de Reforma Universitario en su capítulo de la facultad de Ciencias ,es decir, luchábamos
    Por mejores condiciones de vida en el barrio,como herederos del combativo movimiento inquilinario de 1925 . Solía ver a Marcos con frecuencia porque el fungía como colaborador del,ya fallecido,Dr.José Renán Esquivel en la aplicación de la ley 401 que le daba a los sectores populares otra estructura en la lucha por mejores días.
    Hasta siempre,compañero Dr.Marcos Gandásegui.

    Dr.Carlos A.Smith F.
    . Trabajador de Salud mental

    • Hola Carlos SmitH:

      Sus palabras nos llenan de orgullo. El amigo y compañero Gandásegui era uno de los columnistas más destacados en Bayano digital. Sus artículos, incluidos en varias ediciones, pueden ser hallados a través del motor de búsqueda de este medio informativo y orientador. Sin duda, sus notas y profundos análisis de fácil lectura son un referente para la juventud estudiosa y los defensores de la soberanía y autodeterminación de los pueblos.

      Atentamente,

      David Carrasco
      Director de Bayano digital

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