LX aniversario del 9 de enero de 1964

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Jóvenes entregan al presidente Chiari la bandera rota.

Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político

Dijo el ganador del Premio Nobel de Literatura de 1982, Gabriel García Márquez, en su autobiografía novelada, que “la vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo uno lo recuerda para contarla”.

En efecto, yo recuerdo que las luchas patrióticas -al menos, desde mediados del siglo pasado- por la soberanía nacional, contra el colonialismo norteamericano y por la recuperación del Canal de Panamá, fue obra del movimiento popular. Este destacamento de patriotas estaba compuesto por trabajadores organizados, por las “ligas campesinas”, los profesionales como la Asociación de Profesores y el Magisterio Panameño Unido y, particularmente, la juventud estudiantil encabezada por la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU) y la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP).

De manera que la decisión de izar la bandera panameña, en virtud del “Acuerdo Chiari-Kennedy”, de 1963, en la escuela secundaria de Balboa de la Zona del Canal, aquel aciago 9 de enero de 1964, no fue “una acción espontánea de los estudiantes institutores”, como suele contar la historiografía oficial de la “burgoligarquía” dominante.

La verdad histórica es que fue una iniciativa de la Asociación Federada de Estudiantes del Instituto Nacional (AFIN), una de las tantas asociaciones de alumnos pertenecientes a la FEP, organizadas en los colegios secundarios oficiales de la República de Panamá.

El otro infundio propalado por la prensa al servicio de la oligarquía, es que la ruptura de las relaciones diplomáticas con el gobierno del Estado agresor (EEUU), fue un acto de dignidad personal, del entonces presidente de la República, el señor Roberto Francisco “Nino” Chiari Remón.

Nada más alejado de la verdad. En realidad, cuando los dirigentes de la FEP, fueron recibidos por el mandatario Chiari, entre éstos, al histórico jefe de la juventud del Partido del Pueblo y luego de la denominada “Tendencia del PRD”; lo que había en las calles de Panamá era una insurrección popular. Me contó el compañero Ramiro Vásquez, quien estuvo en el Palacio de Las Garzas, la noche del 9 de enero de 1964, es que fueron ellos (los estudiantes allí presentes), quienes le “exigieron” al presidente Chiari, tomar la medida.

Es decir, que sí algún significado tuvo la acción gubernamental, fue apaciguar los ánimos del pueblo enardecido y el compromiso de los líderes de la insurrección popular, de llamar a la calma. Porque no había Fuerza Pública en las calles, ya que Bolívar Ernesto “Lilo” Vallarino García de Paredes, comandante de la Guardia Nacional, ordenó su “acuartelamiento”.

El doble objetivo fue el de evitar la intervención armada “yankee” en todo el país y sortear la caída del gobierno a manos del movimiento popular revolucionario. Situación que se logró controlar, no por las autoridades formales, sino por el liderazgo popular, luego de cuatro días de combates, durante los cuales el pueblo panameño ofrendó 22 mártires y más de 500 héroes heridos, en el altar de la patria mancillada por el ejército más poderoso de la Tierra.

La prueba irrefutable es la propia historia que demuestra con hechos, que el presidente de la oligarquía “vendepatria” del “ancien régime”, no califica para la designación de “Presidente de la dignidad”. Sencillamente, porque en lugar de cumplir con el mandato de los “mártires del 9 de enero de 1964”; la oligarquía gobernante “negoció” un nuevo tratado del Canal que prorrogaba, no sólo el control de los estadounidenses del Canal, sino la “Zona del Canal” y las 12 bases en las riberas del propio Canal. Tratados rechazados por la mayoría de los panameños, con excepción de la oligarquía antinacional, y bautizados por la gente de a pie como “los tratados tres en uno”.

En síntesis, en mi opinión, también constituye un acto de traición a la patria y al legado de los mártires y héroes del 9 de enero de 1964, la infame tergiversación de la historia, en aras de complacer subalternos intereses.

¡Así de sencilla es la cosa!

1 COMENTARIO

  1. Mi comentario. El 9 de enero, como bien se señala no fue una casualidad. El Partido del Pueblo en su momento comprendió que capas de la clase media, con énfasis en los estudiantes universitarios y del segundo ciclo secundario , por el nivel de desarrollo comparados con otras capas como los obreros, era la que podía llevar adelante la lucha por la soberanía bajo la consigna de un solo territorio. Una sola bandera. Desde ese momento se fortalece la acción de preparar ese destacamento qué da ya uno de sus primeros frutos en mayo del 58. Lo importante es que el 9 de enero se convirtió en el punto de inflexión de esta lucha toda vez que finalmente la consigna de un solo territorio una sola bandera se convirtió en el fin a lograr de parte de nuestro pueblo con la participación activa de la juventud a través de la FEP y la UEU. Desde este momento fue derrotada la posición dominante hasta entonces, la llamada Reformista que había estado apoyando cambios en los tratados sin proponerse su derogacion total.

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