Por Randy Alonso Falcón, Thalía Fuentes Puebla, María del Carmen Ramón, Angélica Arce Montero
CubaDebate
Desde que la COVID-19 llegó a Cuba, los médicos del país han librado una dura batalla para salvar vidas y lograr que el menor número posible de pacientes pase al estado grave.
¿Cómo los especialistas e instituciones de salud del país han enfrentado tamaño desafío? ¿Cuáles son los protocolos y medicamentos que se usan en Cuba para combatir el nuevo coronavirus? ¿Qué resultados muestra el país en la recuperación de pacientes graves y críticos? Para informar sobre estos temas, reconocidos clínicos, pediatras e intensivistas cubanos comparecieron esta semana en la Mesa Redonda.
Protocolos cubanos de atención a los pacientes
El MSc. Ricardo Pereda González, coordinador del grupo de expertos del MINSAP, se refirió a la atención de los pacientes mediante un protocolo nacional.
Ese protocolo ‒explicó‒ “ha tomado elementos con solidez científica de las experiencias en el país e internacionalmente, partiendo de que es una enfermedad cuyo tratamiento definitivo se desconoce, por lo que el mundo ha utilizado varios esquemas terapéuticos”.
El especialista en medicina intensiva agregó que la primera versión del protocolo en Cuba data del 19 de febrero y ya está establecida la tercera: “Las hemos enriquecido con nuestros propios equipos de trabajo, y también en el intercambio con los integrantes de nuestras brigadas internacionales, sobre todo las que están en Italia y Andorra, quienes han tratado a gran cantidad de pacientes. Hemos compartido las mejores experiencias y reafirmado cuestiones propuestas en los protocolos”.
En el caso de los pacientes asintomáticos, quienes en algún momento pueden expresar síntomas, el experto instó a la vigilancia permanente. “Es preciso actuar con inmediatez ante cualquier manifestación, para establecer la terapéutica como la tenemos definida en cada momento, e inclusive adelantar los tratamientos para poder abordarla”.
De esa manera, en Cuba se han incorporado niveles de vigilancia cada vez más estrechos, pudiendo delimitar el agravamiento, o el no tener expresión de la enfermedad en el caso de algunos contactos, tratando siempre de evitar que aparezca una forma grave.
“Este sistema organizado se traduce en asistencia, prevención, vigilancia y atención al pueblo. Así, poco a poco hemos incorporado productos nuevos a partir de la experiencia de los científicos cubanos y hemos retomado otros. Esto nos da la posibilidad de validar en qué momento utilizarlos”, dijo Pereda González.
Kaletra, Cloroquina y Antivirales en la atención al grave
Al referirse a los medicamentos utilizados en Cuba para combatir la COVID-19, Pereda explicó que el antibiótico tiene su momento de utilización, en dependencia de la evolución clínica del paciente y cuando sea necesario.
“No es un medicamento de primera línea en nuestro protocolo. Hasta el momento, están incluidos la cloroquina, la kaletra y los antivirales, además de la utilización si hay signos de agravamiento de las heparinas de bajo peso molecular, suministradas primero en dosis profiláctica y luego terapéutica, en dependencia de cómo evolucione el paciente”.
El doctor hizo una pausa en la explicación sobre el uso del Interferón.
“Es muy importante preventivamente. Muchos de nuestros pacientes que ahora tienen una evolución estable, utilizaron el interferón como está establecido en nuestro protocolo. En cambio, para una segunda etapa se recomiendan otros fármacos y se combinan las terapias.
Se suman al tratamiento, el CGIB 258 y los antiinflamatorios esteroides, estos últimos empleados tempranamente. Además, anticuerpos monoclonales como el Itolizumab para los pacientes graves, desarrollado en el Centro de Ingeniería Molecular y de vital importancia en la batalla del organismo contra la enfermedad.
Pereda aseguró que cada medicamento ha tenido resultados y cuenta con su validación por la Organización Mundial de Salud (OMS).
“En los cuidados intensivos no se descuida ningún detalle”
El especialista comentó que, durante los ciclos de 14 días en unidades intensivas, se trabaja con rigor durante 24 horas. “Esta tarea se ha asumido con extrema responsabilidad, humildad, sencillez y dando lo mejor de cada uno”.
Precisó que hay un equipo en cuidados intensivos que actúa directamente con los pacientes y otro afuera que revisa, aclara dudas, valora y sugiere.
Con respecto a los pacientes en estado crítico, el especialista apuntó que su tratamiento es extremadamente complejo.
“Nuestros primeros objetivos son mantener la vida y las funciones vitales, mediante la aplicación de los medicamentos que correspondan en cada momento. Además, priorizamos el manejo de las modalidades ventilatorias y la introducción de todo lo que pueda aportar para mantener la vida y para que tenga una evolución satisfactoria. En cuidados intensivos, no se descuida ningún detalle, incluyendo la nutrición del paciente grave, la cual juega un papel importante en la recuperación”.
Se ha comenzado a usar el plasma de pacientes recuperados
Se refuerza el control sanitario internacional y la vigilancia epidemiológica para evitar su propagación. Foto: Radio Reloj.
“Hemos leído la literatura internacional, e inclusive hemos utilizado elementos que ya la medicina intensiva tenía evidencia de su utilidad: la ventilación prono o boca abajo en los pacientes; la utilización temprana de los antibióticos y la flexibilidad, o sea, escalar primero al máximo nivel, y si el paciente no evoluciona bien, cambiar de inmediato”, aseguró en la Mesa Redonda Ricardo Pereda González, coordinador del Grupo de Expertos del MINSAP.
Pereda González informó que se creó una comisión de expertos, en la cual se han compartido las informaciones con los equipos provinciales, y a partir de ahí cada territorio ha decidido un conjunto de expertos que interactúa permanentemente con un gran nivel de trabajo y responsabilidad.
“Las comisiones de expertos, compañeros de la asistencia directa a pacientes y los equipos nacionales, realizan intercambios y discusiones colectivas durante las 24 horas del día”.
Según el doctor, estamos al compás de los tratamientos que se hacen en el mundo. “Se utiliza plasma o suero de paciente recuperado para iniciar la terapia en pacientes que estén graves o con una evolución no favorable”.
Este método forma parte del arsenal terapéutico que existe en Cuba. Varios de los 285 recuperados han donado su plasma para la terapia a los graves, cumpliendo con todas las normas y el rigor que lleva. “Esperamos un tiempo, y una vez recuperado el paciente y verificado que el plasma está en condiciones de dar su propia inmunidad, se lleva a cabo el procedimiento”.
Esto ha influenciado en el flujo de la información. Los médicos también la reciben en algún momento y comentan sobre cuáles serán las mejores decisiones para la atención. “Esto ha posibilitado la evolución de un grupo importante”.
Pereda González dijo que se intercambian conocimientos mediante videoconferencias, donde intervienen expertos internacionales.
En este sentido, aseguró que se han integrado a estos debates especialistas de distintas instituciones y especialidades, como los cirujanos.
El uso de los protocolos adecuados, las acciones preventivas, el intercambio constante entre los equipos de trabajo y el uso de la información actualizada para optimizar los tratamientos ha permitido que en Cuba el índice de los pacientes que pasan a la gravedad sea la mitad del promedio mundial y que se hayan logrado éxitos en la recuperación efectiva de pacientes graves y críticos.