Los “mentecatos” y “marginados” somos más

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Mentecatos y chiflados.

En el 2019, pasaremos factura al gobierno del “pueblo primero”.

Por Franklin Ledezma Candanedo
Periodista y Escritor

Un personero del gobierno auto definido “el pueblo primero”, en un arrebato de ira propio de quienes no tienen argumentos para defender lo indefendible, calificó de mentecatos a los panameños que descalificaron noticia oficial, sobre la gran riqueza del país, mientras las grandes mayorías sufren de miseria y miseria extrema, ausencia de seguridad, salud y demás servicios básicos eficientes.

Según el diccionario la palabra mentecato se aplica a la persona que es tonta, estúpida o escasa de entendimiento ¡Cuánto irrespeto en una sola palabra dirigida a quienes depositaron su confianza, mediante el voto, en los que le prometieron el cielo y la tierra, cuyas promesas se quedaron en el olvido o, peor aún, en el tinaco de la basura que jamás recogen!

Pueden ser ciertas las altísimas cifras económicas publicadas en la comentada noticia, pero es una gran mentira que las mismas beneficien a la población mayoritaria del país, mientras que los menos, cualquiera que sea su actividad en el sector público y privado, se llevan, vía actos corruptos, lo mejor del pastel económico-financiero.

La ausencia de políticas económicas de Estado juiciosas, que irradien sus beneficios a la colectividad en general, los marginados, (sin quitarle nada a los ricos para dar migajas a los pobres), se concretan y se observan en los monumentales subsidios que se otorgan a todos, todos los sectores, sin periódicas evaluaciones precisas y que los mismos sean por tiempo definido.

En otra oportunidad, analizaremos las cifras extraordinarias que anualmente reciben diversos sectores de la economía panameña, que significan un monumental sacrificio fiscal, vía exoneraciones, concesiones, subsidios y más, que también reciben los sectores populares, pero en una monumental desproporción entre éstas y las que benefician a los económicamente poderosos. Cabe destacar que no es única ni extraña esta distorsión, porque desde épocas tempranas de la república, existió el llamado “club de exonerados”, que benefició a empresas hoy consolidadas.

Recientemente, otro personero del gobierno del “pueblo primero”, se mofó de los “marginados”, que tienen piscinas en sus hogares, no para desperdiciar el agua potable que jamás reciben (pero si las facturas correspondientes), con el fin de recoger el agua de lluvia, para satisfacer sus necesidades vitales.  

Nada justifica la práctica institucionalizada, que significa falta absoluta de política de Estado, racionales y juiciosas, dirigidas a evitar astronómicos subsidios, sin término fijo, que conducen a unos y otros sectores, a buscar, los primeros, prebendas en detrimento del fisco y, los segundos, a esperar dádivas improductivas y no una educación técnico-científico, que habilite a todos a ser competitivos en un mundo globalizado. Incentivan así prácticas aberrantes, como el clientelismo, el dame y te doy el voto y a esperar sentados a que le resuelvan el diario vivir sin trabajar y a permanecer en áreas vulnerables o en cuartos inmundos, donde el sol continúa siendo aristocrático.

Entre estos últimos, citamos algunos ejemplos, entre otros, “becas universales”, que se les da, inclusive, a los permanentes estudiantes fracasados anuales (que en un corto lapso ¿aprenden? lo que no asimilaron durante el año regular), y  el programa “barrio seguro”, que ofrece incentivos económicos e indiscriminados, a quienes, en vez de rehabilitarse, incrementan su carrera delictiva.

Cabe recordar que desde hace 40 años, no existen programas técnico-científico-humanistas, que habilite a los educando para competir adecuadamente, con las herramientas tecnológicas existentes. Y es que una dirigencia educativa obtusa (como la que hoy sólo busca incrementos salariales, sin aceptar evaluaciones periódicas), logró la derogatoria de la Reforma Educativa, con la banal excusa de que era comunista, en vez de eliminar lo negativo que pudiese tener y rescatar todo lo positivo incluido en la misma.  

Destacamos que, según informaciones recabadas, salvo error u omisiones, se calcula, en el período 2014-2016, el gobierno otorgó subsidios a los sectores de bajos ingreso (los “marginados” del IDAAN), por un monto de 500 millones de balboas, mientras que en subsidios, concesiones, exoneraciones y demás beneficios que se otorgan a los más ricos del país (sectores financiero, inmobiliario, industrial, casinos y  minería, entre otros), suman cerca de 5.000 millones de balboas. Son infinitamente inferiores los beneficios que recibieron los “mentecatos” y “marginados” del país.

Los “mentecatos” y “marginados” de la Panamá, retamos al gobierno del “pueblo primero”, que informe a todos los ciudadanos, las cifras exactas de los subsidios que sigue dando a los sectores económicamente poderosos y a los humildes de la república. De hacerlo, se conocería la verdad exacta de un escandaloso sacrificio fiscal improductivo en esta Patria nuestra inmensamente rica, con falencias que afectan a las grandes mayorías, que se sigue promocionando turísticamente, a nivel mundial, “como un país en fiesta permanente”.

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