Los espejitos no bastan. Ahora nos venden espejismos

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Negociadores del gobierno panameño y de la empresa minera.

Por Rafael García Denvers
Coordinador de Vanguardia Torrijista (VT)

Los tiempos cambian, pero las herramientas, el menosprecio y la ausencia de moral entre los acumuladores y los depredadores del entorno en Panamá no cambian.

Para no alejarnos del titulo expuesto, recordamos las enseñanzas históricas del pasado colonial. Los invasores europeos se aprovecharon de la buena fe y de la inocencia de los pueblos originarios para cambiar espejos por oro. Hoy día, eso no basta, aunque es la herramienta de engaño para apropiarse, robar recursos y riquezas.

Ahora nos venden ilusiones que se sustentan en la manipulación de la verdad, en corromper la justicia y mentir sobre los compromisos que deben ser cumplidos. Sin embargo, ya no podemos jugar a la inocencia. Son cinco siglos de lo mismo y algo deben enseñarnos los hechos.

Si apostamos a las buenas intenciones del capital financiero internacional, sin valorar los riesgos, el futuro colectivo y los aportes, entonces, estamos hablando otro idioma y ello tiene otro nombre.

Una empresa que consigue violar las leyes nacionales, incluido un fallo de la Corte Suprema de Justicia, con el aval de más de un gobierno con diferentes tendencias políticas, sólo muestra un profundo nivel de corrupción en ella y en sus contrapartes.

No se puede confiar en quien durante años ha estado operando y nos ha robado a plena luz del sol sin ninguna base jurídica que lo ampare. ¿Quién garantiza su acatamiento a las reglas establecidas hacia el futuro? Asimismo, ¿podemos confiar en la institucionalidad y en la fortaleza gubernamental para supervisar este supuesto “nuevo contrato”?

Veamos, además, la esencia del presunto “nuevo contrato” y el compromiso con la defensa del ambiente, la sostenibilidad de la vida y la lucha contra el colapso climático. Hasta la fecha, no hay nada claro en ese terreno. La verdad es que se habla mucho y se dice poco sobre las soluciones duraderas en la defensa de los intereses nacionales.

¿Están debidamente definidos los límites de la afectación minera y la garantía de no obstrucción, o rompimiento del Corredor Biológico Mesoamericano? ¿Se han contabilizado los costos presentes y en el tiempo de la eliminación de las selvas existentes en los territorios de Donoso y Omar Torrijos? O sólo han utilizado la calculadora para proyectar las ganancias en el período de vigencia del supuesto “nuevo contrato”. Y la pregunta del millón: ¿para qué se supone que sirve la consulta popular prevista?

Se informa que la consulta sobre el tema minero no es vinculante, como no lo fue el resultado de la consulta denominada “Pacto del Bicentenario”, en la que se estableció la declaración de una Moratoria Minera, con la cual se comprometió el Órgano Ejecutivo. Entonces, para qué gastamos esfuerzo y dinero en la misma, si no se va a tomar en cuenta. ¿Cuál es la burla?

Podríamos continuar describiendo hechos y situaciones que niegan cualquier confiabilidad en el comportamiento de “nuestros” negociadores y su cuestionable papel en la defensa de los derechos que, como habitantes de esta maravillosa tierra que nos vio nacer, se esfuman en un acto de codicia y despojo. Y sólo estaríamos presentando la utilería de una obra denominada “Espejismos para la nueva colonia”.

Y tienen, incluso, el descaro de avisar que están abriendo las rutas para apoderarse de otros territorios en desmedro de los ríos y acuíferos, por ende, de la vida. Ya es tiempo de que evitemos cambiar las riquezas y recursos del patrimonio nacional por espejitos y papelitos con la foto de presidentes muertos o desaparecidos.

Es necesario dejar atrás el cuento de que los panameños son incapaces y dependen de héroes extranjeros, quienes no son más que piratas, hoy disfrazados con saco y corbata para ocultar el parche en el ojo. El loro que servía de mascota en la cubierta de los barcos de los bucaneros lo guardan en la laptop.

El mañana lo estamos construyendo hoy.

1 COMENTARIO

  1. Totalmente de acuerdo! Debemos ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos, hasta en nuestra constitución por un lado decimos no habrá discriminación y en otro artículo discriminamos… Hoy se promulga una ley y al día siguiente promulgamos otra que va contraria a lo que expusimos como necesaria en la anterior! Pareciera que una parte del equipo estuviera halando la carreta en una dirección y la otra parte sin enterarse hala en la opuesta!!! Como panameños debemos trabajar de forma más congruente, hacer lo que decimos y si somos un equipo trabajar informados de lo que hace todo el equipo en su conjunto.

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