Liderazgo político en bancarrota

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Alicia en el País de las Maravillas. Una escena que se repite en la vida política en Panamá.

Por Ing. Carlos Lorenzo

La pandemia, antes, y la campaña electoral, ahora, han desnudado al liderazgo del país, particularmente el liderazgo político, mostrando sus partes pudendas y la absoluta carencia de capacidades tecnopolíticas y, primordialmente, la orfandad de valores ciudadanos, éticos y humanistas. Como sentenció el financista Warren Buffett: ”Cuando baja la marea vemos quiénes se están bañando desnudos”.

Con la ”marea baja”, la batahola política en curso revela la virtual ausencia de líderes con propuestas viables y factibles en torno a los problemas y desafíos fundamentales de la nación; y que tributen a una visión prospectiva del país, en correspondencia con las aspiraciones e intereses de las mayorías populares.

Con las solitarias excepciones de la candidata independiente, economista Maribel Gordón, y del precandidato presidencial del PRD, el ingeniero Pedro Miguel González, bajo cuya dirección se elaboró al interior de este partido político la Visión 2050, los demás candidatos y precandidatos afines al gobierno o a la oposición no formulan propuestas ante la crisis integral actual y menos en torno a la imagen-objetivo del país que promueven. Es evidente que a esos otros candidatos y precandidatos sólo les interesa hacerse del aparato estatal para hacer negocios y controlar el presupuesto que en cinco años de gestión representa la no desdeñable cantidad de 150.000 millones de dólares estadounidenses.

Tal parece que les ocurre lo mismo que a Alicia en el País de las Maravillas, el clásico cuento de Lewis Carroll, quien ante una bifurcación de caminos, angustiada, pregunta al gato Cheshire cuál de ellos debe seguir. El felino le responde: ”Eso depende de a dónde quieres ir”. ”Eso no me importa”, señala Alicia, a lo que el gato riposta: ”Si no sabes a dónde quieres ir, no importa el camino que sigas”. En el mismo sentido, en el siglo I dC, Lucius Annaeus SENECA, filósofo, senador y político romano, sentenció: ”No hay viento favorable sino para aquél que sabe a donde va”.

Atrapados en la miasma de la corrupción, el clientelismo y el curanderismo político, no saben y no saben que no saben a dónde ir. Ello explica, hasta cierto punto, el predominio de una campaña electoral de ”pan y circo” y de la oferta del ”oro y el moro” en sus discursos carentes de contenido, pletóricos de frivolidad, superficialidad e improvisación y ayunos de creatividad e innovación frente a los viejos y nuevos problemas complejos del país y del mundo que reclaman un liderazgo con capacidad para afrontarlos.

La clásica caracterización del líder comprende, esencialmente, la capacidad de movilizar, conducir e inspirar a los pueblos; innovar, abrir nuevas posibilidades para transformar la realidad, construir nuevos caminos ante los ya trillados y que se revelaron obsoletos e ineficientes. El gran poeta y dramaturgo Antonio Machado, combatiente en defensa de la República contra el fascismo y el franquismo, desafía la creatividad y el compromiso social popular de los líderes de hoy en su célebre poema Se hace camino al andar:

”Caminante, son tus huellas/el camino, y nada mas;/caminante, no hay camino,/se hace camino al andar./Al andar se hace el camino/[…]”.

En la Patria Chica, el general Omar Torrijos, apelando a una didáctica sencilla, fundamentada en el conocimiento y en la práctica, usó la parábola de las luces cortas y largas para explicar el uso combinado del arte y la ciencia en la lucha social y política a lo largo del desarrollo del Proyecto Nacional. Esto tampoco lo saben y no saben que no lo saben los líderes mediáticos que nos pretenden seguir gobernando a nombre de una clase política, o más bien de una política de clase, que por más de 40 años se ha venido intercambiando en el gobierno para no cambiar nada, y que se sustenta en el apoyo de los poderes fácticos, transa con el respaldo del capital transnacional y  procura el beneplácito de poderosas embajadas extranjeras. Con las honorables excepciones supra anotadas, a los candidatos y precandidatos que se presentan en el mercado político criollo, no les interesa ni tienen las competencias, la vocación y la ética, para imaginar y construir los nuevos caminos a que alude el poeta y que nuestro pueblo reclama.

¡Están en bancarrota o taburete roto!

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