Les Diablerets crea su propia moneda para sobrevivir

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Un Iseanua equivale a un billete de 10 francos suizos. La moneda local está en circulación desde diciembre de 2016. (Foto: swissinfo.ch).

Por Simon Bradley

El pueblo alpino de Les Diablerets ha puesto en circulación la moneda local “Isenau”, como parte de una estrategia para preservar su estación de esquí. Su desaparición pondría en riesgo el futuro del pueblo entero. El fenómeno de las monedas sociales crece en Suiza como medio para recaudar fondos y para animar a la población al consumo local.

“Este corre por mi cuenta”, dice Jean-Marie Schlaubitz, miembro de la Fundación de Defensa de los Intereses del Isenau mientras estira el brazo por encima de la mesa para pagar mi café.

En su mano brilla una enorme moneda plata y gris. En una de sus caras lleva grabado en relieve de telecabina y, en la otra, un Diablotin, una pequeña figura mitológica que toca la flauta y es el símbolo de Les Diablerets.

El pasado 1 de diciembre, un total de 50.000 monedas de Isenau -con un valor de 10 francos suizos cada una de ellas – comenzaron a circular en esta pequeña localidad junto con los francos tradicionales.

La fundación a la que pertenece Schlaubitz lanzó esta divisa para cofinanciar la sustitución del antiguo sistema de telesquíes burbuja de cuatro plazas que está en la zona esquiable de Isenau. Este fue construido en 1953 y requiere ser cambiado.

Pero la fundación persigue un objetivo aún más amplio: concienciar a la gente sobre el futuro de esa soleada zona de esquí, con pistas aptas para principiantes y familias en invierno, y un sinfín de senderos para excursionistas y ciclistas de montaña en verano.

La nueva divisa permite que residentes y turistas apoyen la iniciativa simplemente pagando los productos y servicios locales con Isenau y no con francos.

Uno de los primeros conversos al nuevo sistema es Lucien Morerod, a quien podemos ver detrás de un gran montículo de quesos en la Laiterie du Petit Diable, la quesería del pueblo.

“Funciona muy bien. Algunas personas compran queso por 10 francos suizos y si nos pagan con un billete de 20 francos, les preguntamos si quieren recibir la vuelta en monedas de Isenau o en un billete de 10 francos”, explica. El sistema avanza, pero por ahora “las personas tienden más a guardar los billetes en su bolsillo sin reutilizarlos en otras compras. En los restaurantes hay un poco más de movimiento y esperamos que en el futuro los Isenau circulen más”, agrega.

Reemplazar el emblemático sistema de telecabina se ha convertido en una batalla que tiene además un alto valor simbólico y emocional para un pueblo cuya población aumenta de 1.400 a 10.000 habitantes durante el invierno, con la llegada de turistas suizos, pero también británicos, franceses y escandinavos.

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