Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público
Consejo editorial de Bayano digital
Un selecto grupo de ciudadanos, que ha estado pendientes de los asuntos de la Caja de Seguro Social (CSS), suscribieron un manifiesto en el cual, aunque inicialmente señalan que no tiene rasgos políticos ni ideológicos, expresan una serie de verdades a medias y ocultan otras sobre la realidad de esa institución.
El sistema de pensiones de beneficio definido ha sobrepasado los cálculos por razones naturales, como el aumento de la esperanza de vida. Y aunque esta expectativa haya aumentado desproporcionadamente, de diez a casi veinte años, quienes han dirigido esta institución han tenido suficiente tiempo para preverla y hacer los cálculos actuariales correspondientes. Los que suscriben el manifestó han estado vinculados directamente a esa institución, y cerca de quienes pudieron hacer los análisis de riesgo o predecir matemáticamente los hechos.
En su razonamiento, no han tomado en cuenta si el crecimiento de la población está acorde con el número de cotizantes. Omiten las razones por las que no hay más cotizantes en la Caja de Seguro Social y np examinan la posibilidad de que la población ocupada haya aumentado en los últimos años. Y, aunque los jubilados continúan cotizando, la base de la pirámide decrece proporcionalmente porque los empleadores evitan inscribir a trabajadores al régimen de seguridad social en Panamá.
Las sucesivas malas administraciones de la CSS, no fortalecieron las disposiciones legales para que los patronos se obliguen a inscribir a los trabajadores. Los despilfarros en la compra de medicinas, dominada por una mafia corrupta, que obliga a la institución a comprar los medicamentos a precios altísimos, una burocracia exagerada y gastos superfluos, unida a la ventana abiertas para la corrupción, constituyen gran parte de lo que hay que sanear en el Seguro para evitar que continúe el consumo de sus reservas.
En ninguna parte del comunicado emitido por esos señores, quienes en ocasiones actúan como voceros del sector empresarial, señalan las deudas millonarias que este sector tiene con la institución. Son millones de dólares que corresponden, en su mayoría, a las cuotas deducidas de los sueldos de los obreros antes de que les paguen, que no han sido asignadas a la seguridad social.
El documento de marras defiende el sistema de ahorros individuales, de una cifra correspondiente a 600.000 jóvenes. Pero el pésimo manejo contable en la caja de seguro social, denunciado públicamente, impide que cada uno de estos jóvenes conozca cuanto es lo que ha ahorrado. Entonces, no son fiables las cifras sobre este programa, que intentan controlar para desarrollar un sistema financiero que le produzca ganancias. Es parte de los intentos de dividir s la institución.
Se espera que cuando llegue el momento,en la mesa del diálogo, sean divulgados los efectos nefastos que han producido las deudas millonarias a la seguridad social, la falta de confianza en las cifras a publicar, y sea revelada la malévola intención de acabar con el programa solidario, llevado a la ruina por los intereses comerciales de las mafias farmacéuticas y de los administradores de la CSS, institución financiada, indudablemente, por los trabajadores de todo el país.