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Las inundaciones sin precedentes que están afectando el noreste de Estados Unidos han provocado ya 46 víctimas mortales después de que los coletazos del huracán Ida causaran estragos desde el estado de Pensilvania hasta el de Massachusetts. Gran parte de la autopista Vine Street Expressway, en la ciudad de Filadelfia, se inundó por completo, asemejándose a un canal.
En la ciudad de Nueva York, al menos once personas fallecieron ahogadas en los sótanos inundados de sus viviendas. Un número cada vez mayor de personas pobres y de clase trabajadora, muchas de ellas inmigrantes, se han visto obligadas a vivir en sótanos ilegales debido a la escasez de viviendas a precios asequibles.
Mientras tanto, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se unió el jueves a la gobernadora del estado, Kathy Hochul, y al senador Chuck Schumer para exigir que el Congreso de Estados Unidos apruebe un proyecto de ley federal para construir infraestructura que ayude a las ciudades a afrontar adecuadamente los efectos de la crisis del cambio climático.
Alcalde Bill de Blasio: “Ahora las tormentas son repentinas y su impacto es más devastador. Las precipitaciones de los últimos días no tienen precedentes: hace dos semanas se batió un récord, ahora se está registrando otro. Es una gran llamada de atención que estamos recibiendo”.
El número de muertes por el paso del huracán Ida a lo largo de la costa del golfo ha aumentado a 16. Más de 830.000 usuarios continúan sin servicio de electricidad y las autoridades del estado de Luisiana afirman que la escasez crítica de combustible está obstaculizando las labores de ayuda.
Fotos aéreas muestran derrames de petróleo y productos químicos provocados por el huracán Ida
