Las elecciones, aplausos y engaños institucionalizados

Los candidatos sin asco, ni vergüenza hablan, ofrecen y prometen sin ninguna intención de cumplir.

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Por Rafael García Denvers
Especial para Bayano digital

La política, en palabras propias, es el arte de poder convivir en una sociedad  multifacética sin convertir este hecho en una guerra de exterminio contra las opiniones discrepantes;  pero sin olvidar las metas establecidas ni la ruta trazada.  Por ello es lógica la existencia de “Políticos defensores de diversos criterios, y de líneas incluso antagónicas.”

Lo inaceptable es el uso de la mentira y del engaño para encubrir los intereses tras fondo con la finalidad de obtener el tiempo y la aceptación para ejecutar el despojo a las grandes mayorías  en beneficio de unos cuantos administradores sociales. Y eso es lo regente en nuestros actuales procesos electorales.

La Democracia siempre ha tenido apellido y dependiendo del mismo es defensora de determinada familia dentro del entramado de la sociedad, acogiendo los amores y desamores de la familia, de aquí que la Democracia del Modelo Neoliberal sea defensora y garantice la obtención de las metas del Capital que lo sustenta.

El Capital Financiero utiliza las elecciones  del actual sistema democrático neoliberal para renovar las caras de los ejecutores y garantes del despojo y no para beneficio de la familia social o colectiva;  es positivo si podemos colar alguna voz honesta que defienda las necesidades colectivas, que promueva nuestra verdad,  siendo nuestra verdad la opción por la humanidad: la supremacía del ser humano sobre la acumulación y el reinado del dinero.

Los representantes del Modelo regente se encuentran en sus estructuras naturales, siendo su expresión más representativa los Partidos Electorales cuyas bases carecen de un compromiso y un norte más allá de la contienda electoral y los beneficios inmediatos que pudiesen obtener.

Por ello  los candidatos sin asco, ni vergüenza hablan, ofrecen y prometen sin ninguna intención de cumplir por cuanto sus acciones a futuro  estarán regidas por los intereses de los poseedores del capital que financia la campaña y les permiten ser dadivosos.

Estas costosas tareas mediáticas cuya inversión no existe modo de recuperar, desde el punto de vista matemático, por sus salarios ni en varios períodos, es muestra de la podredumbre que anida dentro del sistema en forma natural y permanente.

Si el candidato a elección no representa un proyecto debidamente consensuado y representativo de una fuerza que impulse su cumplimiento, terminara sirviendo a los administradores del circo renovador de esperanzas que sólo renovará rostros y no contenido.

Por ello el Movimiento Popular y en especial el movimiento social de base deben tener cuidado y evitar que por la emotividad que conllevan las elecciones se produzcan erosiones, distanciamientos y hasta divisiones entre los compañeros luchadores por un mañana de recuperación humana y colectiva donde el despojo y la acumulación no sean aplaudidas y premiadas.

Requerimos de la construcción de un Proyecto Unificador que ataque las causas reales de la situación actual y eso debe reflejarse en un  programa con metas y rutas a las cuales se comprometan los candidatos que se sometan a la elección colectiva de la población para que se puedan evaluar propuestas, compromisos y tareas específicas y no sólo promesas repetidas en un idioma electorero y arribista del mercenario que compra un espacio para continuar la vigencia y consolidación  del actual sistema.

Solo una candidatura  sustentada y  respaldada  en  el compromiso emanado de un proyecto país  ( proyecto del cual carecemos)  representativo de las necesidades del colectivo humano, donde se tracen rutas para la solución  de las actuales contradicciones principales,  y respuestas a largo plazo para una sociedad equitativa  y de igualdad de derechos y oportunidades se puede merecer el  apoyo de las organizaciones de base.

Cualquier otra oferta electoral debe ser sometida al tamiz de la duda y hemos de cuestionar su verdadera finalidad. No podemos caer en el juego de los regentes del Modelo y perder la poca organización y confianza que hemos logrado en las organizaciones que participamos por apoyar un cambio de rostro y dándole continuidad al mismo contenido.

No permitamos que la contienda electoral de mayo de 2019  que recién inicia, por emoción o confusión, retrase más la unidad de las fuerzas populares en Panamá.

 

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