La solidaridad de Cuba afianza lucha contra la pandemia

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El arribo a Panamá de la brigada de médicos cubanos Henry Reeve, un día antes de la Navidad, es, sin duda, una muestra de solidaridad internacional efectiva y una sólida cooperación entre dos naciones hermanas para afianzar las respuestas sanitarias ante la pandemia de Coronavirus (Covid-19) que azota a la humanidad. Esa ayuda incondicional da sentido al principio humanitario de salvar vidas.

La brigada, que ha asistido a países europeos en crisis, empezó a trabajar de inmediato, dando esperanza y aliento a los enfermos. Es necesario aclarar que Cuba no ha comerciado con las naciones en desgracia, sino que ofrece una colaboración desinteresada a favor de la normalización de los agotados servicios de Salud Pública y del cansancio del valeroso y sacrificado personal médico panameño.

No es casual que ese grupo internacionalista lleve el nombre Henry Reeve, un brigadier de origen estadounidense quien se unió a las filas del ejército libertador de Cuba bajo el mando del mayor general Ignacio Agramonte. Participó en más de 400 combates y cabalgó, pese a estar herido, hasta caer en batalla. Sus hazañas ante la adversidad han inspirado al heroico, digno y noble pueblo cubano.

Los especialistas en Salud de Cuba tienen experiencia efectiva en la lucha contra diversas pandemias, amor a su profesión y ganas de servir. Al llegar a Panamá, no han preguntado por el negocio de la consulta privada, sino por los pacientes que reclaman cuidados urgentes. El concepto de la medicina socialista privilegia la asistencia a los enfermos, y jamás interfiere en disputas gremiales.

Tal vez, el gobierno panameño debió haber solicitado la presencia de los médicos cubanos hace varios meses, en vez de esperar un aumento exponencial de casos de Covid-19. De cualquier forma, la decisión ha sido correcta. Ese es un ejemplo de que la cooperación latinoamericana y caribeña pueden coadyuvar al diseño de un modelo de desarrollo científico alejado de infundios y sesgos ideológicos.

A comienzos del siglo XX, las investigaciones del sabio cubano Carlos J. Finlay, ayudaron a Estados Unidos y Panamá a sanear las áreas canaleras infestadas de mosquitos transmisores de la fiebre amarilla. Sin esa contribución en el conocimiento epidemiológico, la vía interoceánica se habría convertido en una tumba universal. Hoy, hay motivos para ponderar la solidaridad de Cuba.

Recibamos con alegría y sin reservas a la brigada Henry Reeve, como hicieron los pueblos de España, Italia, Guatemala y Nepal. Es el momento preciso para asumir con responsabilidad las medidas de protección ante los contagios. Si Cuba ayudó a África a contener la fiebre del Ébola, puede contribuir a que en Panamá la pandemia de Covid-19 retroceda. Justa es la apuesta por la vida y la Salud.

1 COMENTARIO

  1. Saludos revolucionarios de paz y bendiciones desde México. Felicito a los panameños por recibir a las y los integrantes de las Brigadas Henry Reeve. Cuba y su Revolución demuestran el Amor por la Humanidad con esta participación de apoyo a la Salud y a la Vida. Escogieron el nombre de un estadounidense, porque las y los cubanos aman y respetan a Todos los Pueblos del Mundo, sin excepción. Es la lección aprendida de dos grandes héroes, que aunque vivieron en épocas diferentes, representan la Esencia Política y Humanista de la República de Cuba: José Martí y Fidel Castro Ruz. Abrazo enorme, ¡Hasta la Victoria Siempre!, Fernando Acosta Riveros

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