La poesía de Arysteides Turpana
Aristeydes Turpana es una de las voces y plumas más representativas del pueblo Kuna o Guna de Panamá: Nació en Güebdi, Dule Nega (Río Azúcar, Kuna Yala), el 24 de diciembre en 1943 y destacó por gran capacidad literaria.
Se graduó de profesor de Español y Educación Artística, en la Universidad de Panamá. Estudio cine en París, Francia, y tiene un postgrado en Política y Administración Cultural, por la Universidad Federal de Bahía, Brasil. Fue Jefe del Departamento de Letras del Instituto Nacional de Cultura (INAC) y comentarista de películas de antropologías, con la antropóloga Ariane Deleuze, para la TV Suiza,
En 1987, fue jurado del Segundo Festival de Cine de Pueblos Indios, realizado en Río de Janeiro, Brasil. Un año después obtuvo el Tercer Premio del Concurso Internacional de Literatura Infantil, en Guatemala. Entre sus libros publicados figuran Kualuleketi y Lalorkko (1966); Archipiélago (1968); Machiuita/Muchachito (1979); Mi hogar queda entre la infancia y el sueño (Ediciones Formato Dieciséis, Universidad de Panamá, 1983); Narraciones populares del país Dule (Ediciones Literarias de factor, México, 1987); Desdichado corazoncito (INAC, 1991).
A continuación ofrecemos a nuestros lectores una muestra de la obra poética de Arysteides Turpana:
Mi hogar queda entre la infancia y el sueño
En el pueblo donde nací
hombres y mujeres
se alimentan de peces y
mariscos
—dule masi—
en el pueblo donde nací
bajo pulsación de tinieblas
se oyen chirriar las hamacas
En mi pueblo marino
al llegar la pesca de tortugas
brotan flores en el cocal
y trae el Viento del Sur
perfumes de ciruelas:
así llegan las lluvias
allá en mi pueblo
junto al martes
más allá del arrozal devastado
por saínos
Un grito claro, fuerte:
hasta las cañas blancas
de mi casa llega
el viento
Podrá haber mil ojos saturando
la casa
Junto al fogón de leñas verdes
cuando mi sensual corazón
pagano
deje de latir para siempre
Pero apenas dos lágrimas
familiares
correrán sobre la tumba que
espero
Se apagó el farol de mi cayuco
cubierto de sombras, helado,
busco una voz humana
—sólo chapaleteo de remos—
Gitché Manitú se rodeó de violencias
y bajó de nuevo a las praderas fúnebres
fue juntando miembros al cuerpo
y al cuerpo otros cuerpos solidarios
y con señales de humo los despertó:
resurrección de bisontes
La policía colonial
Desembarcaron los bárbaros…compañeros
la sangre entinta el Archipiélago
las pestilencias de estas bestias enlodan de luto los hogares
y mancillan a nuestras mujeres
Mírales
en medio de rifles y cervezas mastican como caballos viscosos
sus voluptuosidades no tienen límite
ni número sus horrendos crímenes
de la Patria nuestra una sola tumba
han llegado los asesinos
desembarcan los bárbaros…compañeros