La poesía de Antonio Isaza

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Aroma a clavel.

(Tomado de Panamápoesía.com)

Antonio Isaza nació en Antón, provincia de Coclé, en 1910. Hizo sus estudios secundarios en el Instituto Nacional de Panamá, donde pronto destacó en las clases de castellano y en la revista Preludios, del Instituto, por sus artículos y poemas, de gran decisión por las últimas vías de la poesía. Se desempeñó como maestro de Primera Enseñanza. Ejerció el periodismo de reportaje. Por varios años, sirvió en el consulado de Panamá en Hamburgo y fue luego secretario privado del presidente de la República. Después, se dedicó a actividades comerciales.

Sus versos, que comenzó a escribir estando todavía en el colegio, constituyen uno de los primeros brotes de la nueva sensibilidad y muestran una insatisfacción y un cansancio de la vida impropios en un hombre de su edad. Fiel a su manera esencial, su producción última, casi toda inédita, ofrece una nota nueva en sus poemas humorísticos.

La gringa que olía a clavel

Con los cabellos de espiga,
y los ojos de turquesa,
con la risa igual que un coro
de marinos, y en inglés;
brindaba la gringa aquella
un suave olor a clavel.
Clavel es olor de España,
y es un aroma fiel.
Solo hace nido en las curvas
de muy contada mujer.
¡Cómo encontrarlo de pronto
a ras del mármol aquel!
Cosas del afán de un beso…
Gringa… ¡y olor a clavel!
No mascaba intermitente,
ni eran muy grandes sus pies.
Me habló muy bien del Quijote,
y entonces volví a entender
que todas las Dulcineas
pueden oler a clavel.
¡Más clavel… olor de España!
¡Vamos, por Dios, que lo es!
Cascabel era la gringa
y tenía mucho que ver.
Algo entendí de un pariente
catalán o portugués.
No fue en aquellos momentos,
pero medité después:
que no había razón de peso
para que oliese a clavel.

 

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