La OEA se inhibe de aplicar medidas contra Venezuela
- La organización debate, a instancias de Almagro, la aplicación a Venezuela del Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana, que abre la posibilidad de que un país pueda ser suspendido.
PABLO PARDO | Corresponsal El Mundo | Washington
La ministra de Asuntos Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, hizo este jueves una exhibición de fineza diplomática en Washington. En su intervención en la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodríguez se refirió al secretario general de esa organización -el ex ministro de Exteriores del izquierdista Gobierno de José Mujica, en Uruguay- como «un buen empleado», y «un buen títere» de Estados Unidos, que está preparando un golpe de Estado en Venezuela en coordinación con «fuerzas imperiales», que incluyen a «los que se creen dueños» del organismo, y, como suele ser habitual en esos casos, «con los poderes mediáticos, que han preparado el terreno».
Rodríguez se puso así porque la OEA debatió, a instancias de Almagro, la aplicación a Venezuela del Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana. Ese texto permite a la OEA intervenir «en caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático». La Carta abre la posibilidad de que un país pueda ser suspendido de la Organización, como le pasó a Honduras entre 2009 y 2011.
Sin embargo, en el terreno de las realidad, la OEA decidió no decidir nada. Eso deja al Gobierno de Caracas donde quería: con un proceso negociador con la oposición coordinado por tres mediados internacionales, los ex presidentes de España (José Luis Rodríguez Zapatero), Panamá (Martín Torrijos), y República Dominicana (Leonel Fernández). Los críticos de esa opción afirman que el proceso es ambiguo, y está bajo el control del Gobierno de Nicolás Maduro.
Pero el debate de ayer también fue, en cierto sentido, una derrota para el Gobierno venezolano, lo que acaso podría explicar la furia de Rodríguez, que acusó a la OEA de ser organización, «cuya experticia [sic] es amplia en golpes de Estado e invasiones». Hasta ahora, el Gobierno de Maduro había logrado evitar siempre que hubiera ‘quórum’ para debatir el Artículo 20. En esta ocasión, sin embargo, hubo una mayoría de países-incluyendo a pequeñas repúblicas del Caribe que se benefician del petróleo a precios bajos que le da Caracas-que apoyaron el debate. Como declara Marc Wachtenheim, presidente de la consultora W International, «el que se haya producido un debate es un apoyo político e institucional clave para la oposición venezolana».
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