La lección de China al mundo. Editorial del 5 de marzo

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El Estado chino ha entregado al mundo una lección de dignidad, coraje, entereza y determinación para combatir y frenar, a través de todos los medios posibles, la pandemia neumónica provocada por el nuevo agente patógeno Coronavirus (COVID-19). Esa respuesta decisiva desencadenó una de las mayores movilizaciones en el ámbito de la bioseguridad para ganar la batalla de la Salud.

China no se ha dejado vencer por la adversidad y emprendió con recursos propios y algunos medios externos medidas sanitarias extremas que contribuyeron a reducir los casos infecciosos, mientras el virus se extiende en países del orbe. La desinfección de espacios públicos, el aislamiento de enfermos, el control migratorio y el uso de medicamentos antivirales contribuyeron al resultado.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo que el gobierno de Pekín ha cumplido su compromiso de cooperación internacional en la lucha contra el nuevo Coronavirus “de manera abierta, transparente y responsable”, con la seria determinación de impulsar la cooperación internacional y la visión de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad.

Esa experiencia movilizadora debería inspirar la organización comunitaria y acciones orientadoras en países donde las relaciones cotidianas están permeadas por mensajes desinformadores que encuentran asidero en medios y redes desprovistas de compromiso social. Está plenamente demostrado que las pandemias no se ganan en forma aislada o al margen de la cooperación científica.

Panamá está llamada a obtener fortalezas duraderas a través de la colaboración internacional en la aplicación de protocolos médicos y el aprovechamiento de ensayos epidemiológicos y resultados efectivos en materia de seguridad, incluido el manejo del tráfico marítimo, aéreo, terrestre, y las áreas de almacenamiento y desembarco, y el trasbordo confiable de pasajeros y mercaderías.

La pandemia ha causado un bajón financiero en China, convertido en la locomotora de la economía mundial. En ello, hay, además, una experiencia adicional, porque el tigre asiático ha dado pasos para recuperarse del desplome no previsto. Panamá debe entender ese impacto para adecuar las proyecciones del canal interoceánico, la zona franca y del desacelerado “hub” logístico de las Américas.

Un riesgo global en materia de Salud también debería derivar en los esfuerzos compartidos para entender que economía, medio ambiente, paz, prevención y derechos humanos están fuertemente vinculados. De ese razonamiento, se colige la necesidad de desarrollar un mercado interno latinoamericano para volver a erguir a la región, rechazando la guerra bacteriológica de exterminio masivo.

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