La lección de Alan García

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Ex presidente peruano Alan García (Foto: Reuters).

Por Alberto Velásquez
Periodista

El reciente suicidio del dos veces presidente del Perú y líder aprista, Alan García, deja un fuerte legado de dignidad y un ejemplo para los políticos que durante sus gestiones han traicionado los intereses de quienes confiaron una vez en ellos.

Independientemente de que Alan García hubiese sido declarado inocente o culpable en los tribunales, el hecho cierto es que había sido vinculado a la corrupción. Fue digno y con coraje se quitó la vida, antes de verse encarcelado y con un juicio tras sus espaldas.

Otros ex presidentes, no sólo del Perú sino de otras latitudes, o están tras las rejas o continúan huyendo de la Justicia, deshonrando a sus respectivos países, a los cuales representaron alguna vez a través de la jefatura del Estado.

En conclusión, Alan García tuvo el coraje que otros no tienen, al quitarse la vida antes de verse encadenado de pies y manos, como resultado de sus ejecutorias, vinculadas principalmente a empresas como la constructora Odebrecht, que han corrompido a una clase política y a empresarios que todavía se pavonean con sus riquezas e insultan a los pobres en países latinoamericanos.

Panamá no se exceptúa de esa lacra de corrupción. Representantes de Odebrecht confesaron ante los fiscales y, por ello, la compañía fue multada, aunque tibiamente, por las coimas relacionadas con obras públicas en este país. Lamentable, es la empresa extranjera que más licitaciones ganó en los últimos 10 años y tiene el mayor monto en construcciones adjudicadas por el Estado.

El líder aprista, a quien una vez conocimos en su país, se lleva muchos secretos de Estado a la tumba, tras disparar un arma contra sí mismo. Embrujó con su personalidad retórica a toda una nación, pero, una vez muerto, sus corifeos serán castigados. Algunos de ellos ya fueron detenidos por agentes policiales en Perú, por haber contribuido a través de actos de corrupción a agudizar la miseria de sus congéneres.

Mientras, ¿qué esperamos que suceda en Panamá?

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