Por Alberto Velásquez
Periodista y relacionista público
Independientemente de la representación religiosa que ostentan, nos solidarizamos con la Conferencia Episcopal Panameña (CEP), que manifestó, en un comunicado, que Panamá atraviesa por un período político electoral con prácticas clientelistas, denuncias de corrupción, despilfarro de fondos públicos y el mal uso de los recursos del Estado, favoreciendo a quienes sólo se preocupan por sus propios intereses.
Los obispos de la iglesia católica se pronunciaron, tras una semana de deliberaciones, para señalar que a la hora de elegir a los aspirantes a puestos de elección popular, los panameños deben descartar a los candidatos corruptos, como parte de un llamado angustioso a la ciudadanía. Agobiados por el clientelismo, los electores pueden apoyar a personas que incursionan en la política y calificadas internacionalmente de cometer actos de corrupción.
Sobre esos hechos, escenificados con marcada repetición en muchos sectores, cuando se aclama la frase “robó, pero hizo”, los obispos recomiendan, frente a las próxima elecciones de 2024, promover la adopción de criterios y compromisos éticos, así como la maduración de principios y valores.
Hay un proceso electoral en ciernes, con la participación de figuras que arrastran casos de corrupción, juicios sobre ”lavado de dinero” y acusaciones de coimas, junto a sus testaferros. Siguiendo el criterio de los jerarcas religiosos, esos elementos no merecen ser tomados en cuenta para ser candidatos elegibles. Las estadísticas, aún amañadas, demuestran que a muchos ciudadanos les importa un bledo vender su voto a cambio de un jamón o un saco de cemento. No tienen el menor criterio a favor de su futuro ni el de sus hijos.
No solamente los católicos y todos los religiosos en general, en especial toda la ciudadanía, deben atender el llamado de los obispos que participaron en la Conferencia Episcopal. Son ellos quienes confirman el ambiente clientelista, tan dañino para la sociedad y la democracia, que caracteriza la próxima contienda electoral de 2024.
Además de los obispos, organizaciones como la FENASEP, que reúne a los trabajadores del sector público, son necesarias en la suscripción del Pacto Ético Electoral, para exigirle al Tribunal Electoral que en este documento se incluya la temática del combate al clientelismo, como una primera herramienta para luchar contra ese flagelo pernicioso en la sociedad panameña. El Pacto Ético Electoral no se refiere, en ningún momento, al clientelismo electoral.
En su comunicado, los obispos también denuncian otros grandes problemas que pesan sobre Panamá, como la posibilidad de aprobar un contrato minero, oprobioso y hasta lesivo a la dignidad panameña, sobre el cual se recomienda su lectora con el propósito de emprender acciones para que este país no se convierta en un Estado fallido.
La iglesia también es corrupta.
NO TODA LA IGLESIA ES CORRUPTA. TU ERES UN ACUSADOR QUE DEBES SER CORRUPTO Y SIN NINGUN VALOR EN LA VIDA. RECUERDO A UN POETA PANAMEÑO DEL PSADO SIGLO: PAISANO MIO PANAMEÑO TU SIEMPRE TU DIEMPRE DICES QUE SI………TE LA SABES? YO ME LA APRENDI EN PRIMER AÑO EN EL INSTITUTO NACIONSL DE PANAMA