La gran decepción. Editorial del martes 3 de septiembre

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El pueblo panameño ha recibido como un balde de agua fría, casi como una traición, el anuncio del presidente Laurentino Cortizo y sus ministros de Estado que excluyó de la lista de designados en la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) al profesor Luis Navas, postulado por el movimiento social para reivindicar a los mártires de la gesta patriótica del 9, 10 y 11 de enero de 1964.

La polémica y vergonzosa decisión fue adoptada por el Consejo de Gabinete en un acto que genera gran desconfianza en el equipo ministerial y confirma el abandono de la causa nacionalista para privilegiar intereses mezquinos de grupos económicos que desde hace décadas identifican a la vía interoceánica y sus valiosas áreas adyacentes como fuentes de lucro, explotación, especulación y expolio.

En forma deliberada, se ha impuesto en el ámbito canalero el interés de las élites económicas que cercan y ejercen presión sobre el Estado. Con la decisión oficial en la que se anunciaba la designación de dos directivos sacados como ases de una manga de jugadores de póker, las propuestas coincidentes de los sindicatos y el movimiento social han sido arrojadas al cesto de la basura.

Ningún efecto tuvo el elaborado planteamiento de la comunidad académica de la Universidad de Panamá para llevar a la Junta Directiva de la ACP a un luchador social, historiador, docente y minucioso investigador de las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. Pero, ese clamor legitimo resurgirá otra vez para impedir la usurpación y la entrega del este país a manos extranjeras.

En un anterior examen del espectro político nacional, se advertía desde otro punto de enfoque que grupos multinacionales y del capital financiero intentan socavar, por diversas vías, las bases de la herencia nacionalista del general Omar Torrijos, artífice del proceso de liberación nacional panameño, con el objetivo de imponer un modelo fundamentado en la rapacidad, la intriga y el saqueo brutal.

Si el gobierno de Panamá cede a esas presiones foráneas e internas, y desconoce el valor de la herencia patriótica de varias generaciones de luchadores, estará condenado al fracaso y al deterioro de su proyecto debido a la pérdida de respaldo popular. La gestión oficial emprendida en 2019 con los mejores augurios del electorado, podría terminar en una grave, masiva y mayúscula frustración.

Ningún patriota honesto puede ver con buenos ojos que empiece a ser desdibujado el sueño de los mártires que sembraron banderas en la Zona del Canal y de quienes treparon alambradas para recuperar un territorio usurpado, con la esperanza de que algún día ese territorio de 1.432 kilómetros cuadrados tuviese el uso más colectivo posible. En ello, jamás puede haber concesión alguna.

1 COMENTARIO

  1. Debemos estar claro que el PRD y todos sus gobiernos son parte de una democracia de partidos establecida dentro de los parámetros de un concepto neoliberal.
    Los invito a leer un editorial de los años 70 de bayano titulado» no cambiemos vamos blancos por amos chocolates » y entenderán el fenómeno actual.

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