Por Roberto González V. / Docente universitario
Esta semana, Cuba llamó la atención las manifestaciones en las calles de una fracción de la facción más recalcitrante del pueblo cubano, que busca crear condiciones internas en la isla de Martí, Maceo y Fidel, para que el gobierno de Estados Unidos realice, de una vez por todas, una intervención militar “humanitaria” y aniquile a la revolución cubana que tiene 62 años.
Desde 1960, los sucesivos gobiernos de Estados Unidos realizan toda clase de acciones y medidas para radicalizar el bloqueo económico, comercial, financiero, y hasta de medicamentos y equipos médicos a la isla caribeña.
Los organismos internacionales, tienen conocimiento de que un bloqueo económico, comercial y financiero es parte de una acción de guerra, contra una nación soberana.
Desde 1948, Cuba es miembro del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). A partir del 1 de enero de 1995, la Organización Mundial del Comercio (OMC) sustituyo oficialmente al GATT.
En ese sentido, es necesario aclarar que, entre los principios de la OMC, figura el comercio sin discriminaciones. Ello significa que un país no debe hacer discriminaciones entre sus interlocutores comerciales. Asimismo, manifiesta el principio de Nación más favorecida, que tiene su base en el trato igualitario para todos y cuando un país concede una ventaja especial, ya sea arancelaria o no arancelaria, debe hacer lo mismo con los demás miembros de la OMC. Otro principio, es el Comercio más libre, el cual conlleva la disminución de las barreras comerciales.
No queda ninguna duda de la violación del derecho internacional por parte de Estados Unidos, en lo relativo a la imposición arbitraria del bloqueo a Cuba, por el hecho de que el pueblo cubano ha decidido, definido y diseñado otro modelo económico distinto al modelo capitalista neoliberal, que aumenta la riqueza de las elites dominantes y empobrece a las masas populares.
Cada pueblo, nación o país tiene el derecho a disponer del sistema político que prefiera. Ello corresponde a su autodeterminación, a la libertad de decidir el desarrollo económico, social y cultural que quiera, sin someterse a injerencias extranjeras y de acuerdo al principio vigente de equidad social.
Los países, los gobiernos y los pueblos del mundo son conscientes de que un bloqueo a Cuba es violatorio del derecho internacional que tiene todo país a comerciar con cualquier empresa o Estado, en el momento y las condiciones que quiera.
Es claro, para todos, que la pandemia del Covid-19 ha afectado a las economías de todos los países. Cuba no escapa a esa realidad agravada por el bloqueo unilateral de Estados Unidos y sanciones, que impiden a los cubanos comprar y vender productos en el mercado internacional o recibir transferencias de dinero.
Esas medidas que el gobierno norteamericano aplica en tiempo de pandemia, exacerbaron los ánimos y causan un gran enfado del pueblo cubano, debido a la falta de alimentos, medicamentos e insumos.
Las insatisfacciones ante las necesidades de la población cubana son la excusa de Estados Unidos para tratar de aislar a Cuba. El Partido dirigente y el Gobierno, junto al pueblo heroico de Cuba, han sostenido con mucho esfuerzo y sacrificio su revolución ante las sanciones aplicadas a lo largo de la historia.
Por ese mismo motivo, es un deber para la mujer y el hombre revolucionario, y para el hombre y la mujer con decencia, rechazar rotundamente el embargo económico inhumano e injusto, que viola el derecho internacional.
Durante 62 años de revolución, la revolución cubana ha prevalecido. Vale la pena imaginar, al menos por un momento, que la economía de Cuba no sufriese el bloqueo que impide su reconversión industrial y pleno desarrollo. Si ello fuese así, se hubiese demostrado cuál es el mejor sistema: el de la isla caribeña o el de Estados Unidos. No se puede juzgar y comparar a las dos economías por igual, ya que Estados Unidos es una potencia que no enfrenta ningún bloqueo.
A lo largo del tiempo, Estados Unidos ha pretendido ser el policía del mundo. Pero, como Cuba demostró tener dignidad y no plegarse a sus mandatos, ha sido imposible doblegar a los cubanos a través del injusto bloqueo económico, comercial y financiero ordenado desde Washington.
Saludos revolucionarios de paz y bendiciones desde México. La Revolución Cubana ha logrado la dignificación de la población durante seis décadas. Inspirada en las ideas y ejemplos de José Martí, este proceso tomó el camino hacia el Socialismo, con medidas y pensamientos cubanos que también abrieron su puerta a pensamientos de otros países y continentes. Sin dogmatismo, como sabiamente lo explicaron Fidel Castro Ruz y Vilma Espín, los dos combatientes en el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953, la Revolución Martiana y Socialista se ha enfrentado a un Bloqueo Criminal que realizan las autoridades de Estados Unidos, especializadas en injerencias a diferentes países de la Tierra. Cuba y su Revolución Socialista vencerán. El imperialismo guerrerista y mafioso caerá. Atentamente, Fernando Acosta Riveros, Colombiano-Mexicano, lector de Bayano Digital (Panamá), Semanario Voz (Colombia) y diario La Jornada (México)