Por Carlos González Q.
Docente universitario
Es triste lo que ocurre hoy en día dentro del Partido Revolucionario Democrático (PRD), el partido de Omar, de la Federación de Estudiantes (FEP) y del Frente de Reforma Universitaria (FRU). Juntos, inscribimos un sólido partido político de nuevo tipo, anti oligárquico y anti imperialista.
Los dirigentes que olvidan su historia, repiten las prácticas del pasado. Ya lo decía Manuel Antonio Noriega: “los que vienen detrás de mí, son peores que yo”. Tenía razón. La cúpula actual, llámese Secretaría General, Presidencia y demás hierbas, lo han convertido en un partido más de la política criolla.
La semana que transcurre con marchas y manifestaciones a lo largo y ancho del país, así lo demuestra. Hay un Gobierno a la deriva, que no ha sabido interpretar la Constitución, al señalar que el vicepresidente no se podía encargar de la Presidencia, en ausencia del presidente, porque presumiblemente ese procedimiento eliminaría en forma automática su opción de ser candidato en los comicios generales en el 2024.
Señores del Gobierno: ustedes están equivocados. La Carta Magna lo dice claramente: en ausencia total del presidente, se encargaría el vicepresidente hasta terminar el mandato constitucional. El vicepresidente puede ocupar interinamente el solio presidencial, sin que se le prive de participar en la próxima contienda política.
Los adláteres, los oportunistas y los fariseos se tomaron al PRD y lo volvieron de derecha. En una actitud cómplice, dejaron el Gobierno sin rumbo y quienes actuaron en esta crisis política fueron algunos ministros que desconocen la realidad íntima de los pueblos.
¡Qué lástima que se haya dejado de lado la militancia, a cambio de muy buenas pesetas, el conformismo y el status social. Los que están en la cúpula ya no son los mismos militantes que pasaban tiempos difíciles en sus días juveniles.
Tampoco esos personajes aludidos pagaban sus propios pasajes para recoger en un solo día 100.000 firmas e inscribir al partido. En aquellos días de inscripción masiva, el general Omar Torrijos pidió mesura a los activos militantes en los barrios populares y dijo: ¡basta muchachos. No dejemos a la oposición sin adherentes!
¡Cómo ha cambiado el PRD! Pasó de ser un partido político orientador, creado con el objetivo de enfrentar los problemas más acuciantes del pueblo, a transformarse en un partido de derecha, sin ideología y sin principios éticos y morales. ¡Qué lejos estamos del PRD fundado en 1979!