Irwin Hoffman: patriarca y artífice de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, fallece a los 93 años

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Hoffman fue director titular entre 1987 y el 2001, y se desempeñó por casi treinta años como una de las principales batutas de la Orquesta.
  • Hoffman fue director titular entre 1987 y el 2001, y se desempeñó por casi treinta años como una de las principales batutas de la Orquesta.

Por Ana Beatriz Fernández González y Eber Víquez León
Semanario Universidad (Costa Rica)

El padre de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) de Costa Rica, como es conocida en la actualidad, estricto violinista y apasionado director del repertorio canónico clásico y romántico, Irwin Hoffman, falleció el lunes a los 93 años, según comunicó el Centro Nacional de la Música.

Hace casi tres décadas, en 1987, Hoffman asumió la batuta de la Orquesta Sinfónica Nacional entre jóvenes de veinticinco años y veteranos, para arrancar una etapa clave que ‒según coinciden sus allegados‒, le permitió elevar el nivel técnico de la institución.

“A él le tocó tratar de balancear musical e instrumentalmente y levantar el nivel técnico y orquestal del ensamble ‒que es algo que podemos decir casi al unísono‒, y poner a los músicos en un nivel de responsabilidad cada vez más alto”, comentó el compositor y director Eddie Mora.

Para María Clara Vargas Cullel, ex directora de la Escuela de Artes Musicales y decana de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica (UCR), “él tomó estos músicos jóvenes, de buena educación, y los profesionalizó de alguna manera”.

Hoffman nació en Nueva York en 1924 y a sus seis años comenzó sus estudios musicales de piano y violín. Más adelante realizó estudios de este instrumento y de dirección en el conservatorio de artes Juilliard School of Music, en su misma ciudad natal.

Fue también discípulo del ruso Serguéi Koussevitzky ‒director de la Orquesta Sinfónica de Boston entre 1924 y 1949‒. A sus diecisiete años, debutó como conductor de la Orquesta de Filadelfia y se convirtió en el primer director de la Orquesta de Florida en 1968.  La Universidad de Tampa en Florida le otorgó el título de Doctor de Música Honoris Causa y en 1987 fue nombrado Music Director Laureate.

Su expertiz con las cuerdas y su afinidad por repertorios como el de Brahms, Tchaikovsky o Rachmaninov, impregnaron a la OSN de un sonido identitario que marcó a la institución por casi tres décadas.

“El maestro Hoffman fue violinista, y eso es muy importante para un director. Que tenga dominio de la cuerda, que sepa tocar el violín y que tenga maestría del instrumento, como él, le permite establecer un contacto con una de las secciones más complejas de dirigir de la Orquesta, que es la de las cuerdas: son grupos de personas que tocan al unísono melodías de diferentes capas de la Orquesta. No es una tarea sencilla y ese es un plus que le daba ese sonido tan particular a la Orquesta”, explicó Mora, Director invitado de la institución y violinista.

Impacto en la formación de jóvenes

El estadounidense impulsó el crecimiento de la orquesta desde su llegada en 1983. Para la instrumentista e historiadora Cullel, Hoffman acostumbró a la orquesta a contar con un director de “gran seguridad y un manejo musical importante”.

“La orquesta no puede aceptar hoy un director con cualidades diferentes porque tiende a ese modelo”, dijo Vargas.  

Hoffman tuvo también proyección en el ámbito académico del país, a través de la formación de nuevos músicos, agrega la exdirectora de la Escuela de Artes Musicales.

“Hay muchos profesores que son parte de la Orquesta y la influencia del maestro también llegó a nuestra escuela por esos profesores y muchos estudiantes que tocaron como solistas en la orquesta. Yo personalmente toqué bajo su dirección en dos ocasiones (Brandenburgo Número 5 y el Concierto en Re Menor, ambos de Johann Sebastian Bach)”, detalló Vargas Cullel.

Sylvie Durán, ministra de Cultura y Juventud, coincidió al considerarlo “el gran forjador y maestro que profesionalizó y terminó de apuntalar la actual OSN, formada por costarricenses que, bajo su batuta, se vieron impulsados al rigor, a la disciplina, a la capacidad de, en pocos ensayos, dar cuenta del repertorio más exigente de la música universal”.

El actual concertino de la orquesta, José Aurelio Castillo, fue uno de los principales discípulos de Hoffman. “Mi historia viene desde antes del 78. Yo lo conocí cuando vino como director invitado y me estudié violín con la entonces esposa de él. También toqué en la Orquesta de Florida, bajo la batuta del Maestro Hoffman cuando tenía 18 años”.

Castillo fue una de las personas que le invitó a Costa Rica. “Desde el momento en que llegó impuso una disciplina distinta de orquesta más profesional, de primer mundo”.

El oboísta de la OSN, José Manuel Rojas, critica que, sin embargo, Hoffman no impulsó una escuela para directores orquestales en Costa Rica. “En toda su actividad no hubo una dinámica para fortalecer el ambiente de la música costarricense”.

Su repertorio

Hoffman también es el maestro de muchas interpretaciones canónicas que se siguen tocando en la OSN. Para Eddie Mora, quien fue director invitado de la institución, la visión de Hoffman es hoy un punto de referencia para muchos de los músicos que la conforman.

“Los músicos siempre te decían: “Hoffman lo hacía de esta manera”, lo que revela mucho la comunión entre los músicos y él, como director. En algunos casos, la versión de Hoffman es el punto de partida”, agregó.

“Como todo director hay un tipo de repertorio con el que cada persona se identifica más: el repertorio romántico, en su caso, ese tipo de repertorio lo sentía más profundamente”, agregó José Aurelio Castillo, concertino de la OSN. “Incluso, él me decía que con una sinfonía de Brahms, quedaba siempre exhausto por la profundidad, la densidad y la belleza de la música”.

Justamente ese interés de Hoffman, enfocado en el repertorio clásico y romántico, marcó durante décadas los atriles de la Orquesta, para la que también ‒piensan algunos‒ fungió como epicentro de la institución. Eso le mereció reproches y elogios del sector. Por ejemplo, José Manuel Rojas, oboísta de la Orquesta, critica su visión cultural, al considerarla elitista y desconectada del contexto regional.

“Más que un impacto, lo que representó para mí fue la figura de un papá. Se identificó mucho con el poder, con los medios de comunicación. Tenía una versión de la música con la que no compaginé: repertorios canónicos, poco latinoamericanos. No me parece que esa sea la solución al modelo cultural que necesitamos en Latinoamérica”, opinó.

Punto y aparte

“Siempre me impresionó mucho la energía que él siempre tuvo; a pesar de su edad tenía una enorme energía y capacidad de trabajo. En parte, la motivación de la música lo mantenía con una enorme energía y ganas de vivir”, dijo Castillo sobre su experiencia con el director.

“Hoffman es considerado como uno de los directores más importantes en los 77 años de historia de la OSN. Durante esa época, la agrupación nacional adquirió el lustre interpretativo, la calidad artística y la categoría internacional que la distinguen hoy día”, se consignó en un comunicado el Centro Nacional de la Música.

La Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Sinfónico Nacional harán una presentación en el Foyer del Teatro Nacional, en honor del Maestro Hoffman.

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