(Redacción de Bayano digital)
Panamá requiere afianzar los esfuerzos emprendidos para la capacitación de profesionales que puedan atender las demandas de trabajadores en diversas ramas que este país requiere. En esas tareas sobresale el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (INADEH), que cuenta con autonomía legal.
El Instituto para la Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos (IFARHU) fue la institución del Estado que dio los primeros pasos en la formación de técnicos y obreros, cuando fue fundado el Centro de Formación Acelerada de Obreros en Tocumen, que hoy es finalmente el INADEH.
Después de haber sido bautizado con otros nombres, ese centro tuvo desde el principio especial interés en formar la mano de obra que a largo plazo necesitaría Panamá para encarar empleos en la industria y los servicios.
Para ello, esa institución obtuvo el apoyo de varias organizaciones internacionales, como la colaboración técnica del gobierno de España. En República Dominicana, se había establecido hace décadas un programa de formación de obreros, bajo la jefatura de un organismo llamado CAMER, que sirvió de punto de partida para materializar la asesoría al IFARHU en cumplimiento de objetivos.
El centro denominado INADEH fue inaugurado a finales de la gestión administrativa del presidente Marco Aurelio Robles, tras un largo proceso para el uso de terrenos en la vía hacia el aeropuerto de Tocumen. Allí fueron construidos los primeros pabellones que albergarían las salas de instrucción laboral.
El gobierno revolucionario, bajo el liderazgo del general Omar Torrijos, dio un fuerte impulso a centro de formación de obreros, considerando con mucha visión, que debía preparar mano de obra para manejar el Canal de Panamá. Mientras comandaba la lucha por su recuperación, Torrijos visualizó la formación del relevo para el control panameño de la vía acuática y sus áreas ribereñas.
A causa de los efectos de la pandemia de Coronavirus (Covid-19), el INADHE tiene ahora una mayor responsabilidad frente a la formación de personal con calidad y nuevas destrezas, que demanda el crecimiento industrial y económico. Nuevas capacidades y conocimientos son necesarios para levantar la economía que venía en declive antes del inicio de la emergencia sanitaria mundial.