Hegemonía planetaria o ”The American Way of Life”

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La ciberguerra crea nuevas amenazas a la humanidad.

Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político

La “guerra de ideas” o guerra contra “el enemigo absoluto” en Ucrania, en su día 428 (27 de abril de 2023), identificada por el reduccionismo unilateral de charlatanes o tontos útiles, como la invasión de la Federación de Rusia a la República de Ucrania, es un fenómeno más complejo que tiene su génesis en dos obras que sintetizan la ideología predominante en “the establishment” norteamericano del siglo XXI.

Se trata, por un lado, del libro del académico Francis Fukuyama, “Fin de la historia y el último hombre”, publicado en 1992, que exalta el triunfo global de la democracia liberal y la economía de mercado (neoliberalismo o “capitalismo salvaje”) luego del colapso del socialismo real en Europa o desmembramiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) (1989-1991).

Pero, el fin de la historia en términos del idealismo Hegel-Kojéve, en oposición al materialismo marxista e “idea” de occidente y liberalismo político y económico como modelo global, esconde en el fondo, el propósito de imponer el modelo del unilateralismo hegemónico estadounidense o “estilo de vida americano”, el cual choca con la realidad de diversidad y multilateralidad cultural de otras regiones del Planeta. No es casual que el propio Fukuyama en la introducción de su obra, agradeciera el auspicio a “Rand Corporation”, a la sazón, una institución académica al servicio intelectual del “Complejo Militar-Industrial” de los Estados Unidos.

Coloquialmente hablando, la “cultura como hábito ético heredado” y la “confianza comunitaria”, pregonada por el fin de la historia tuvo una vida efímera, fue “llamarada de capullo”. Porque, igual que la ideología de Fukuyama, elaborada a las órdenes del “Pentágono” y de las más importantes empresas transnacionales de capital norteamericano; también nace el ensayo “Choque de Civilizaciones”, del académico Samuel P. Huntington, director del Instituto John M. Olín, otra corporación académica al servicio del Complejo Militar-Industrial estadounidense, que postula al siglo XXI como la centuria del choque de ocho (8) grandes civilizaciones.

Curiosamente esclarecedoras del panorama global actual, son las denominaciones de dos de estas grandes civilizaciones que alude Huntington, esto es, la “civilización Occidental o Euro-norteamericana” y la “civilización europea-oriental o eslava”. Resulta entonces, evidente reduccionismo o simplismo geopolítico, indicar que lo de Ucrania se comprime a la invasión de un país por otro.

Así como la invasión de Estados Unidos a Panamá, el 20 de diciembre de 1989, fue un ensayo belicista norteamericano para probar modernísimas armas (como el “avión fantasma”) que emplearían luego en la agresión a Irak en búsqueda de las supuestas “armas de destrucción masiva” en poder de Saddam Hussein. También, el conflicto Rusia-Ucrania, desde la perspectiva de la política global de hegemonía y unilateralismo estadounidense, es un “balón de prueba” en la real confrontación global USA-”NUEVO EJE DEL MAL” (China, Corea del Norte e Irán). No es simple casualidad que en una entrevista concedida a medios españoles, Huntington señalara que “la amenaza viene de China” y “el mayor peligro de desestabilización se encuentra en Asia”.

Ahora, se puede comprender por qué, por primera vez en la historia, el ministro de Relaciones Exteriores de la India estuvo de visita en Panamá para platicar con varios de sus homólogos latinoamericanos (Latinoamérica es otra de las “civilizaciones” de Huntington). La India se acaba de convertir en el país más poblado de la Tierra, en tránsito de la quinta a la tercera economía del mundo y está ubicada en Asia. ¡Remenber!

En síntesis, en este complejo mundo actual globalizado, la República de Panamá debe diseñar una clara política —como país pequeño— de neutralidad y paz. De la búsqueda de soluciones de las reales contradicciones, en el marco del diálogo y el consenso, del respeto a la diversidad y multilateralidad y, de rechazo absoluto, al hegemonismo global, a la “monocultura”, al etnocidio de la modernidad y al unilateralismo; promovidos, básicamente, por los norteamericanos, la decrépita monarquía anglosajona y sus “compañeros de viaje”, los 27 países de la Unión Europea.

¡Así de sencilla es la cosa!

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