Guerra contra “comida chatarra” ayuda a frenar epidemia de gordos y gordas
(Redacción de Bayano)
La guerra contra la “comida chatarra” repleta de sales, grasas y azúcares debe ser una prioridad en el ámbito educativo panameño, donde una epidemia silenciosa de gordos y gordas se hace más visible, estima Pedro Acosta, dirigente de la Unión Nacional de Consumidores y Usuarios de la República de Panamá (Uncurepa).
Acosta recordó que México ya dio ese paso en las escuelas y sostuvo que “ahora le toca el turno a Panamá para seguir ese camino”.
Desde hace años, se sabe que los productos fritos y bebidas gaseosas ofrecidos en cadenas de restaurantes de comida rápida o en kioscos en las escuelas, son fuente de ingestas de grasas saturadas y de edulcorantes, que predisponen a los niños a sufrir de diabetes. Además, aumentan los riegos en paciente con problemas coronarios cuyos niveles de triglicéridos son elevados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) propusieron que en los colegios en Latinoamérica se restringa la venta de toda la “comida chatarra”, y no sólo de los alimentos industriales (procesados).
Hay que generar hábitos saludables de consumo
Una de las voces más reconocidas en el campo médico en Panamá, la doctora Ella Ferguson, recomendó en 2004 la prohibición de la venta de gaseosas y “snacks” en las escuelas. Propuso que la merienda de alumnos incluya frutas frescas, pero su planteamiento fue desoído y el gobierno de entonces dio un “espaldarazo” a las franquicias de comida rápida, para abrir nuevos locales.
Estudios del Ministerio de Salud (MINSA) y datos suministrados por la Encuesta de Niveles de Vida, muestran que en la población hay un aumento del consumo de productos industrializados, panificados, gaseosas, embutidos, y golosinas.
El estudio reveló que el consumo promedio de frutas, legumbres y verduras en Panamá es inferior al mínimo necesario para la protección de la Salud. A ello se debe que más del 35 por ciento de la población adulta tenga sobrepeso y 22 por ciento es gorda y obesa. El problema es el reflejo de hábitos de consumo.
Papel de consumidores es vital
Una de las formas de enfrentar el problema, es convencer y dotar a los consumidores del poder de veto, al que no han tenido acceso. Un ejemplo útil, es el estilo de la campaña realizada en redes sociales en Estados Unidos, para obligar a las cadenas de comida rápida a que sus productos provengan de granjas sin animales enjaulados.
En internet, varios sitios webs están dedicados a denunciar las prácticas de corporativas de abuso a animales de granja. En algunos videos de usuarios se expone el abuso a los animales y el contenido documental, de uso libre, masivo y didáctico, ayuda a la reflexión y al debate en el campo de la Salud humana.
Las redes sociales pueden ayudar a prevenir y demostrar que la “comida chatarra” causa daño y no debería ser consumida, sin que los ciudadanos estén debidamente advertidos de los riesgos, asegura Acosta en respuesta a una pregunta formulada por Bayano sobre el modelo de consumo que impera en Latinoamérica.
Indicó que empoderarse significa que los consumidores exijan el derecho a que los productos de venta en los mercados no superen los límites de sal, azúcar y grasas, según las recomendaciones de la OMS y la OPS, para poner fin a la epidemia de gordos y gordas.