Por Antonio Saldaña
Abogado y analista político
Hace 55 años, en una fecha como la de hoy, la cúpula de la Guardia Nacional, liderada por el coronel Omar Torrijos y el mayor Boris Martínez, asume de manera directa la conducción del poder político de la República (Estado).
Sin duda, un golpe militar cuartelario, como resultado de circunstancias críticas de la oligarquía liberal gobernante durante 65 años y la confluencia de los ’factores reales de poder”.
Antes del golpe militar del viernes 11 de octubre de 1968, en las primeras horas de la noche, los gobiernos de la oligarquía que se sucedieron durante 65 años, fueron una especie de concubinato escandaloso de la oligarquía, el gobierno norteamericano y los mandos superiores de la Guardia Nacional, desde medidos del siglo pasado.
Este triunvirato antipopular y antinacional, acentuó la contradicción fundamental de la nación panameña: pueblo panameño versus oligarquía panameña, imperialismo estadounidense y Fuerzas Armadas.
En la década del 60 del siglo XX, ese desencuentro se agudizó a tal punto que uno de los factores reales de poder, el pueblo y su vanguardia revolucionaria se convirtió en una alternativa real de poder. Es decir, en 1968 la crisis de oligarquía era irreversible y le impedía continuar conduciendo los destinos de la República.
En consecuencia, la salida que el imperialismo yanqui le encontró para conjurar la ”situación revolucionaria” panameña, fue la darle paso al poder político del Estado a su instrumento histórico de represión del pueblo panameño: los cuarteles.
Desde luego, el golpe militar evolucionó, luego de jurar varios golpes internos y la depuración de sus filas, Omar Torrijos asume el liderazgo y ”matrimonia” la Guardia Nacional en ”nuevas nupcias”, está vez con el pueblo panameño.
A la muerte Torrijos, el 31 de julio de 1981, la cúpula militar se desvió de ”La línea” y, el ”paredismo”, ”norieguismo” e invasión norteamericana es historia.
Hoy, la cúpula del Partido Revolucionario Democrático (PRD), en una clara ”pifia” histórica convierte el golpe militar en proceso político torrijista (”Nuevo Panamá”) que en realidad se inició tres años después, cuando en acto multitudinario el 11 de octubre de 1971, el general Omar Torrijos, declaró el carácter patriótico y popular del proceso revolucionario de liberación nacional.
Paradójicamente, la cúpula de la entelequia política PRD, un día antes de esta fecha, o sea, ayer, ha notificado al hijo del general, que es objeto de un proceso de expulsión, del otrora partido de Omar. Ese error es el último clavo al ataúd político del candidato del gobierno de la plutocracia corrupta y clientelar en el poder.
¡ Así de sencilla es la cosa!