Geopolítica de las vacunas enfrenta al mundo

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Por David Carrasco

Director de Bayano digital

El 28 de enero de 2021, ocurrió un hecho insólito en Panamá: más de veinte organizaciones sociales solicitaron al embajador de la Federación Rusa en este país, Evgueni Boikov, que interpuciera sus “buenos oficios”, ante correspondientes autoridades en Moscú, para el posible acceso a la vacuna Sputnik V. 

La solicitud fue presentada en el contexto de la desesperación mundial, de millones de personas despojadas del derecho a la Salud, en una guerra comercial en la que afloran conflictos por el control de las patentes, la redacción de contratos leoninos y cuantiosos pagos por adelantado para reservar los embarques del fármaco distribuido a cuentagotas, con el objetivo de maximizar ganancias.

De hecho, Israel ha pagado más de 40 dólares por unidad (el doble del precio inicial) por las dosis de vacuna de la marca Pfizer, simplemente para asegurar que será uno de los primeros países en poder inmunizar a la mayoría de su población. Los demás países deben ver cómo se las arreglan con las manos extendidas, en gesto de misericordia y caridad.

Al mismo tiempo, ha surgido un mercado negro que vende vacunas en más de 300 dólares la unidad y las coloca sin demora y sin preguntas en cualquier parte del mundo. Es una especie de servicio a domicilio perverso, en el que se paga una  elevada factura para poder vivir.

El lucrativo negocio de las vacunas ha colocado a países enteros en lista de espera, mientras que poblaciones sin recursos y sin acceso a la inmunización enferman y mueren a causa del nuevo Coronavirus (Covid-19), que pone a prueba las capacidades institucionales.

Con un aumento mundial de la demanda, no es extraño que quienes manejan el negocio de medicamentos hayan entorpecido el suministro directo a los Estados de las vacunas rusas, chinas y cubanas, que ayudarían a salvar a millones de seres humanos expuestos al contagio.

Para tratar de anular a sus competidores, los grandes laboratorios en Occidente incitan a los gobiernos a no adquirir vacunas que carezcan del reconocimiento de agencias europeas y estadounidenses. Por ello, es frecuente escuchar a voceros oficiales, quienes aducen que no disponen de suficiente información sobre la eficacia de las vacunas rusas, chinas y cubanas.

Diplomacia de la probeta

Un artículo suscrito en Página 12, de Argentina, por el periodista Eduardo Febbro, explica algunos detalles sobre el enmarañado negocio de muerte, más que de Salud, que impera en el mundo ávido de vacunas y respuestas sanadoras.

En su escrito, el redactor indica que el tema de la distribución se ha convertido en una auténtica encrucijada política. Así lo advierte la fuente de ese enfoque:: la politóloga Amandine Crespy, quien examina el panorama de confrontación global en la lucha por el mercado.

La analista estima que esa guerra entre laboratorios y Estados por el suministro de las dosis necesarias es una disputa que ya tiene un nombre: ”la diplomacia de la probeta”, que pone al mundo en vilo.

Crespy planteó que los Estados elaboraron una agenda que debía aplicarse en el terreno durante las campañas de vacunación, pero los laboratorios, principalmente Pfizer-BioNTech y AstraZeneca, regulan el abastecimiento según sus intereses, sin respetar los compromisos contraídos.

Un ejemplo de ello, es que Francia había calculado vacunar a cuatro millones de personas a finales de febrero de 2021, pero sólo poco más de dos millones de personas recibirán su dosis.

Pfizer-BioNTech redujo el suministro en un 20 por ciento y AstraZeneca/Oxford lo hizo en una escala muy superior. El laboratorio británico-sueco ya anunció que apenas suministrará una cuarta parte de los 400 millones de dosis destinadas a la Unión Europea, de las cuales 100 millones durante el primer trimestre. El contrato fue firmado en agosto de 2020 entre los británicos y la Comisión de Bruselas e incluía el pago de 365 millones de euros.

La realidad demuestra que se ha producido una gigantesca especulación con las vacunas, cuyos contratos son confidenciales y obligan al silencio. Panamá ha sido uno de los países latinoamericanos sometidos a esas reglas y a la opacidad de las grandes casas farmacéuticas, que retrasaron deliberadamente el envío de dosis.

En cambio, Argentina percibió temprano esa trama . El presidente argentino, Alberto Fernández, fue el primer jefe de Estado de América Latina al que le aplicaron la vacuna rusa Sputnik V, producida por el laboratorio ruso Gamaleya, luego de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó su uso para mayores de 60 años de edad.

No obstante, la aparición de nuevas cepas más contagiosas obligan a considerar diversas opciones en la región para responder al desafío que representaría una nueva ola más letal de la pandemia, que ha tenido, además, un fuerte impacto social y político, y un retrocedo en los indicadores de crecimiento económico.

La respuesta lógica apunta a la urgente colaboración científica para la producción y distribución de medicamentos eficaces de bajo costo, con un fuerte compromiso con la Salud Pública como derecho humano. Inalienable e insustituible.

Diversas organizaciones no gubernamentales exigen desde el principio de la pandemia de Covid–19, que los monopolios farmacéuticos renuncien a los beneficios de las licencias o patentes de la vacuna. La iniciativa la activaron India y África del Sur, cuyas poblaciones han sido duramente castigadas por la pandemia.

El proyecto apunta a que el monopolio que ejercen los laboratorios sobre la propiedad intelectual de las patentes, sea suspendido durante la fase de la pandemia, en procura de masivas inmunizaciones. Pero, la temporalidad de la propuesta y el carácter no vinculante limitan las soluciones al problema de fondo del dominio sobre los medicamentos

Aunque la exigencia tercermundista parezca una quimera, Cuba, un país bloqueado, ha dado un paso gigantesco al poner las vacunas producidas en la isla a disposición de los países más pobres del planeta. Su brigada médica Henry Reeve recorre el mundo para asistir a los enfermos en los hospitales y ofrecer un soplo de vida y esperanza.

En la geopolítica desatada por la guerra de las vacunas, se requiere adoptar medidas heroicas y solidarias a favor del interés colectivo de la humanidad y del rescate de la solidaridad en tiempos de crisis sanitaria y catástrofes climáticas.

A esa observación, se suma el pronóstico atemorizante del Foro de Davos, que reconoce la posibilidad de que la crisis del sistema vigente, agudizada por la inequidad y la pandemia, desemboque en una hecatombe, con explosiones sociales arrasadoras en el ámbito mundial.

1 COMENTARIO

  1. Saludos desde Jalisco, México. Los capitalistas siempre hicieron sucios negocios con la Educación y la Salud. El sistema Neoliberal, versión salvaje de capitalismo, demuestra que no tiene ningún interés por los seres humanos. Durante esta pandemia del Covid-19 el gobierno progresista de México, presidido por el compañero Andrés Manuel López Obrador ha realizado una tarea inmensa en favor de la salud del pueblo. Es difícil porque desde 1983, los gobiernos mexicanos intentaron colapsar el sistema de seguridad social para beneficiar a grupos económicos de la oligarquía. Deseo que en Panamá triunfen las propuestas populares y que las autoridades defiendan al pueblo y la soberanía de la Nación como lo hizo en su tiempo el general Omar Torrijos Herrera. Paz y bendiciones, Fernando Acosta Riveros

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