Fue hasta el siglo XX que Óscar Wilde dijo al fin lo que tenía que decir

Un texto de 1982.

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Óscar Wilde.

Por José Emilio Pacheco

El 26 de mayo de 1896 un juez “arrebatado por la más grande indignación ante aquel ultraje a la moralidad y a la decencia”, impuso a Oscar Wilde la pena más severa que admitía la ley. Desde el banquillo de los acusados Wilde musitó: “¿Y yo?, ¿no puedo decir nada, señor?” El juez no respondió. Hizo una señal a los guardias que se llevaron al prisionero y lo confinaron en la cárcel de Reading. La severidad del castigo quebrantó al escritor: cuatro años después murió en París de una enfermedad contraída en prisión. Sin embargo, en el siglo XX Oscar Wilde ha dicho al fin lo que tenía que decir.

Para que lo consideraran más original André Gide fingió no interesarse en la obra de Wilde y le atribuyó la frase: “He puesto en mi vida todo mi genio y únicamente mi talento en mis obras.” En años recientes ha cambiado por completo la visión acerca de Wilde (1856-1900). Hoy lo vemos como autor de la más brillante comedia inglesa, ‘The Importance of Being Earnest’, un gran ensayista, precursor de la nueva crítica; uno de los primeros que habló de dar “un rostro humano” al socialismo; un defensor de los derechos de la mujer, mártir de la liberación homosexual y muchas cosas más.

Se ha investigado que se le condenó menos por sus relaciones con lord Alfred Douglas que como escarmiento contra el “esteticismo” que amenazaba las necesidades imperiales de Gran Bretaña, y por el odio acumulado gracias a los ataques contra la clase dominante que aparecen en sus comedias y en sus cuentos, denuncias de los males causados por el imperialismo y el capitalismo.

Wilde nació en Dublín. El patriotismo irlandés fue herencia de sus padres: la poetisa Speranza y el Dr. Wilde, el mayor especialista de su época en males de la vista y el oído e inventor de la operación para las cataratas. Sobresalió en Oxford como especialista en griego y latín. Recibió la influencia estetizante de Pater y Ruskin. Recorrió triunfalmente los Estados Unidos en una gira de conferencias. Destacó en la crítica literaria, el cuento —“El príncipe feliz”, “El crimen de lord Arthur Saville”, “Casa de granadas”— y en particular el teatro —‘El abanico de lady Windermer’, ‘Una mujer sin importancia’, ‘La importancia de ser formal´— y la conversación. Fue uno de los más grandes conversadores de que se tiene memoria. Winston Churchill dijo que le gustaría escucharlo por toda la eternidad.

En 1895, en el apogeo de su fama, Wilde fue llevado a los tribunales por el padre de lord Douglas, el marqués de Queensberry, quien estableció las leyes que rigen el boxeo. Inglaterra entera se lanzó contra el hombre que hasta ayer había adorado. Wilde no se repuso jamás aunque logró escribir aún dos obras importantes: la inmensa carta a Douglas que conocemos por el nombre de ‘Epístola in Carcele et Vinculis (De profundis)’, no publicada íntegramente hasta 1962, y su mejor poema, “La balada de la cárcel de Reading”.

‘El retrato de Dorian Gray’ (1892) es la única novela de Wilde en que predijo sombríamente algo de su propia historia. Es una variante, escrita en pleno “decadentismo” de la leyenda de Fausto. A pesar de su origen minoritario ha pasado a formar parte de la cultura popular. Es más leída en Francia y en los países de lengua española que en Inglaterra y en los Estados Unidos. Para el lector contemporáneo el máximo interés de ‘Dorian Gray’ se halla en las frases y epigramas que Wilde puso en boca de su alter ego, lord Henry Wotton. Por supuesto, sus contemporáneos lo leyeron de otro modo. Mallarmé lo considero “uno de los pocos libros capaces de emocionar porque está hecho de una esencial ensoñación y de los perfumes más refinados y extraños”. Sea como fuere, ‘El retrato de Dorian Gray’ es la novela más representativa del otro fin de siglo en Inglaterra.

D. R. © Herederos de José Emilio Pacheco.

[Texto de presentación de la novela de Oscar Wilde, ‘El retrato de Dorian Gray’, publicada en: Varios autores: ‘La novela inglesa I’ (Galimard/ Promexa, 1982, 944 pp.) con textos introductorios de José Emilio Pacheco].

1 COMENTARIO

  1. ESE NOMBRE ..OSCAR WILDE COMO QUE ME SUENA—NO RECUERDO SI EN PREMEDIA–MEDIA–O EN LA UNIVERSIDAD—-RECUERDO LEVEMENTE—-ASI COMO LA DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD—–PERO VOY A INVETIGAR–AHORA TODO ES MAS FACIL POR INTERNET—-

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