Foro Social Panamá: Retos de Colón, un proceso constituyente para la refundación de la República

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Participación del economista Raúl Moreira (Foro Social Panamá 17 de octubre de 2020)

PROCESO CONSTITUYENTE Y REFUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA: RETO DE COLÓN

Problemas y retos

Para entender los problemas y retos de Colón hay que preguntarse primero. ¿Cuál ha sido la función geoeconómica, desde su nacimiento?… Colón nace cuando una de las terminales del eje transístmico tradicional Panamá-Portobelo, es traslada a Aspinwall por razones del ferrocarril. Surge así del capitalismo vinculado al comercio internacional, como una ciudad residencial-administrativa de servicios, con el rasgo adicional de ser ocupada por varias olas de emigrantes extranjeros que la hacen una ciudad cosmopolita y multiétnica.

  • El transitismo

Si tenemos pues, una ciudad enraizada en el “transitismo” como modelo de desarrollo en su fase capitalista, esa es Colón; y esto está en el corazón de los problemas de ayer y hoy. Desde su parto está condicionada, no por los asuntos del desarrollo nacional panameño sino por los asuntos internacionales del desarrollo capitalista global.

De esta etapa del canal seco, se pasa a la del canal acuático con el creciente capitalismo imperialista que, bajo el nuevo diseño de la ruta, decide verter las aguas de las operaciones y salida al Caribe por la Bahía de Limón, conservando así el protagonismo colonense.

  • Función geoeconómicas y geopolíticas internacional

Un innovador sistema tecnológico hidráulico cae entonces sobre los hombros de Colón y con este, una mano de obra especializada, gran parte extranjera, junto a nuevas funciones internacionales geoeconómicas y geopolíticas para lo cual no estaba preparada la ciudad.

La cosecha imperial pronto se amplió. Primero fue la infraestructura portuaria, que pasa a manos norteamericanas mediante el despojo y luego, las áreas de seguridad y defensa. Más tarde, con el reordenamiento global que deja la II Guerra Mundial, surge la Zona Libre de Colón.  Todos van siendo parte de un conjunto auxiliar que asiste la función internacional de la Bahía.

Lo cierto es que Colón pasó a tener de 3000 habitantes en 1900, a 31,200 en 1920 y ha tenido sus altas y bajas del desarrollo de acuerdo con los avatares de la economía mundial, al igual que lo tuvo Portobelo con el oro del Continente.

  • Desarrollo de la infraestructura en manos de capitales extranjeros

Visto en esta perspectiva, la gran inversión en infraestructuras de envergadura sea la acuática canalera, la portuaria del lugar, la comercial de Zona Libre, la del complejo militar foráneo, o del transporte ferroviario, toda ha sido resultado de capitales extranjeros, del cual el capital nacional simplemente ha bebido de los factores económicos multiplicativos, satelitales o residuales. Significa esto que, la gran riqueza producida en la región interoceánica provincial se va en su mayoría al extranjero, quedándose en el país solo el circulante de salarios, de las prestaciones e impuestos al fisco que fluyen al poder central, ahora con montos un poco más elevados que antes por la incorporación del canal a la soberanía nacional.

El Contraste: la riqueza en medio de la pobreza

Es con estas premisas en mano como hay que analizar los índices que se observan; por ejemplo, que Colón aportó el 11,4% del PIB nacional entre 2007 y 2014, y no obstante, en ese mismo lapso el proceso de deterioro urbano y pobreza se incrementó exponencialmente… ¡Tamaño contraste! A lo que vale agregar el estancamiento de las obras de infraestructura, porque al problema estructural histórico se le agrega en nuestro tiempo la corrupción institucionalizada.

Un problema adicional y producto del modelo aplicado al país es también el “desequilibrio territorial”, que está ahogando a la ciudad cuya capacidad de carga se reduce a la de una isla coralina, que ha sido transformada artificialmente para cumplir una misión comercial administrativa. De una provincia con una densidad de 49,6 hab/km2, el distrito de Colón, con 1.779 km2 de territorio, de los cuales el 25% ocupado por aguas lacustres, tiene una concentración de 116,1 hab/km2. Pero cuando nos vamos a la escala del Colón histórico, con solo 3,8 km2 de espacio, nos encontramos con la densidad extraordinaria de 30,390 hab/km2. Esta tendencia incongruente, que pesa negativamente también en el corredor interoceánico nacional como consecuencia del modelo de desarrollo “transitista”, en Colón es insostenible y explosiva.

Causas del problema

Por supuesto, estos fenómenos, que apenas están descritos como ejemplos representativos de algunos retos de Colón, cuentan con variadas causas, asumiendo jerarquías diferentes en la conciencia del ciudadano según el ojo político que las observa.

Pero al situarnos en el tema que nos compete, cual es el Estado Nacional –su contenido social, su institucionalidad política y jurídica, el modelo de gestión impuesto a la sociedad en el ejercicio de la función internacional del país, la modalidad neoliberal del “transitismo” en la etapa presente, etc.–, se descubre que existen algunas de estas con raíces más profundas que otras, y que tocan la esencia estructural de la nación en su construcción histórica, desgraciadamente cubiertas de múltiples burbujas difíciles a veces de despejar.

Si vemos hacia el pasado, encontramos a un Panamá cuyo parto de libertad lo hacen comerciantes y terratenientes ubicados en la urbe metropolitana, cuando, no obstante, el primer grito libertario es lanzado por la pequeña burguesía rural progresista junto al campesinado liberal revolucionario; o sea que nacimos de un movimiento singularmente contradictorio en su contenido social.

Luego, unidos a Colombia, no logramos despejar nunca el camino al capitalismo nacional; y se nos introdujo desde el extranjero, sin guerra alguna, sencillamente para consolidar a través de nuestra cintura la soberanía territorial de otro país; todo un injerto en un patrón receptor de baja fibra, que entre otras cosas –ya se dijo– crea la ciudad de Colón.

Por la misma ruta se implanta a inicios del Siglo XX el complejo hidráulico canalero; una obra consecuente con la geopolítica del creciente capital imperialista, pero sin glorias para la integración de la nación panameña y el desarrollo in-extenso de sus fuerzas productivas.

  • Un Estado bicéfalo

Nace entonces no una ciudad más, sino una República del seno de una provincia colombiana. Seguimos pues, con las deformaciones históricas en el proceso constructivo de la nación, en esta ocasión quedando regidos por un Estado bicéfalo, soberano a medias en el territorio y protectorado de la potencia norteamericana. La verdad sea dicha: nuestros próceres fundaron solo una República y por lo demás mediatizada, no una nación.

La organización de la República obedeció inevitablemente a esos condicionantes y en consecuencia, la nueva impronta colonial quedó determinando las políticas internas. De hecho, el modelo transitista, como gestión de la interoceanidad del istmo se fortaleció dominando con creces todo el territorio.

  • Crecimiento y despojo. No hay «ventilador» que lo salve…

Colón, como ciudad terminal de una de las bocas canaleras y como ciudad articulada estrechamente al orden económico internacional surgido de la II Revolución Industrial, queda por la misma razón estructurada para estas tareas, igual que un fragmento aparte del país, todo lo cual es asumido por el Estado Nacional pero dirigido desde afuera.

Ahora bien: ¿Qué sucede con ese Estado de 1903 y modernizado en 1946?… Sucede que, realizado para dar soporte y gestión a la presencia colonial norteamericana, caducó su vigencia con el final de la colonia. Y si ya en 1968 pudimos diagnosticarle su enfermedad terminal, cuando el Golpe Militar, hoy con el COVID-19 no hay “ventilador” que lo salve…

Lo que observamos al presente son inequívocamente las convulsiones de un moribundo, o sea de un ordenamiento estructural que no funciona ya para los nuevos retos de una nación que completa su soberanía en todo el territorio desde el 31 de diciembre de 1999 y que tiene la responsabilidad en sus manos de conectar 1700 puertos de 160 países en el mundo, garantizando el movimiento del 6% del comercio mundial, todo esto con la más alta tecnología y disciplina laboral. Tenemos un ordenamiento que funciona para el simple crecimiento y el despojo, pero no para crear el relacionamiento social que exige la IV Revolución Industrial y el bienestar social, y producir la distribución equitativa de la riqueza

  • Un nuevo orden social, económico, cultural, político y jurídico

Es desde esta perspectiva que debemos comprender las expresiones formuladas por el dirigente Edgardo Voitier, en su llamamiento al Foro, al preguntarse: cómo es que en la provincia de Colón se encuentra instalado el 60% de un emporio acuático que rinde más de 1.500 Millones de Balboas al año al fisco nacional y los colonenses no tienen agua potable y sufren de desnutrición… Cómo es que en Colón están los puertos más grandes del Continente, la Zona Libre comercial más importante de la región, un ferrocarril transístmico, grandes generadoras de electricidad, la mejor conectividad con el mundo virtual y el 71% de los colonenses está sin trabajo o haciendo trabajo informal de subsistencia…

Lo cierto es que la situación ha llegado al punto crítico que, resolver esto, no depende de la buena o mala intención de un gobernante, sino del cambio profundo, sin maquillajes que realice el país, hacia un nuevo orden social, económico, cultural, político y jurídico, capaz de establecer nuevas reglas de convivencia en la sociedad y de relacionamiento entre gobernantes y gobernados.

La propuesta y el sujeto

Es todo esto lo que nos lleva a hacer de este Foro, un espacio para el reencuentro popular y el entendimiento de las fuerzas democráticas de liberación nacional. Se trata en el fondo, de discutir el país que tenemos, para apuntar hacia el país progresista que queremos; una tarea bien compleja en las condiciones heredadas de la lucha nacional, que no la ganará, por cierto, quien alce más la voz en el discurso.

  •  El desafío es culminar la formación de una nación, que nunca llegó a ser.

Si 1903 hizo una Carta Magna para organizar la República soporte de una colonia en su territorio, nos toca ahora organizar la República para consolidar una nación independiente y democrática, con pleno ejercicio de la justicia social y de la soberanía popular.

El desafío nacional no es pues, si la corrupción la resolvemos nombrando o no a un buen pastor en la Corte Suprema de Justicia, o si la educación se resolverá construyendo más escuelas, todas llenas de computadoras; o si cambiamos malos jerarcas por buenos gerentes en la Junta Directiva de la Caja del Seguro Social, o ponemos a un monje sabio como Administrador del Canal. El desafío es culminar la formación de una nación, que nunca llegó a ser.

  • El Foro Social Panamá propone abrir el debate sobre un proceso constituyente

Es en respuesta a esto que el Foro Social Panamá ha propuesto abrir, a partir de estos encuentros, un proceso constituyente dirigido a desarrollar mediante el intercambio amplio de ideas, los consensos sustantivos correspondientes a los ejes que deben ser repensados y reemplazados por nuevos hitos y fundamentos en la República heredada, para alcanzar el Panamá que deseamos como nación.

Y por supuesto, Colón tiene mucho que decir en esta tribuna por sus características de una provincia estrechamente diseñada por el modelo histórico “transitista” de desarrollo nacional, con una crisis estructural agravada por la enfermedad mortal del sistema capitalista global, por la corrupción y la función internacional que le mantienen aún asignada a la ciudad. Los efectos están a la orden del día y se palpan en los elevados niveles de exclusión social, hacinamiento residencial, violencia, escases de oportunidades laborales, precarios servicios básicos, colapso del sistema de salud y educación, corrupción galopante, etc.

Lea aquí Decálogo de un proceso constituyente para la refundación de la República

Para estos fines, el primer Foro Social Panamá organizado los días 14 y 15 de agosto, acordó lanzar una resohttps://bayanodigital.com/foro-social-panama-un-proceso-constituyente-para-la-refundacion-de-la-republica/lución que contiene un decálogo de problemas de fondo, los cuales esperan el consenso de las fuerzas activas del progreso nacional para avanzar hacia el diseño del nuevo país. Esto, sin dudas, con el fin de desembocar en un cambio del contenido social, político, económico, cultural y ambiental de la actual Constitución Nacional, ya obsoleta.

  • Mientras no haya soberanía, no habrá “uso más colectivo” del Canal ni los beneficios esperados por Colón.

La reflexión y diálogo de hoy debe girar así, alrededor de estos ejes, pero vistos desde la perspectiva de la historia y la experiencia local. Como se podrá apreciar, ya la primera página inicia con el problema del carácter irrenunciable del derecho pleno a la autodeterminación de la nación panameña y el pueblo como único garante de su integridad soberana. Y esto toca directamente a Colón, que sigue dominado por el interés foráneo a través de intermediarios criollos, sin escuchar la voz del pueblo. Lo indiscutible es que no habrá autodeterminación nacional mientras no haya soberanía popular; y por lo mismo, mientras no haya esa soberanía, no habrá “uso más colectivo” del Canal ni los beneficios esperados por Colón.

El documento trata entre otros, el tema el hiperpresidencialismo en el gobierno, que ha deformado la gobernanza democrática, la participación ciudadana y el poder de la comuna; el trabajo como derecho, la calidad del capital humano, la economía mixta y el Estado planificador, la familia, la igualdad de género, la defensa nacional y la seguridad pública, asunto que toca de cerca el problema de la convivencia social.

Finalmente aborda también el ámbito ecológico, donde trata aspectos relacionados con los conflictos de esta ciudad, como son las ciudades sostenibles contempladas en los ODS de la ONU, que deben garantizar los espacios urbanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Solo nos queda decir que, no por justas que sean las ideas que se enarbolen, cambiarán por sí solas el mañana de esta pequeña Patria. Las ideas para que sean fuerza hay que hacerlas conciencia social del cambio; es el otro reto de cada uno de nosotros. Sin un sujeto articulado, armado del poder que da la conciencia y de la fuerza de su organización, no habrá cambio. Y no es porque nos despertemos más temprano que amanecerá más temprano. Los ritmos, el momento y la organización son tres variables inequívocas de la acción. La ruta está marcada; la palabra es de ustedes…

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