RT y EuropaPress
El líder indígena explica que renunció el pasado 10 de noviembre «para que no haya más agresiones» a sus compañeros y para «evitar un baño de sangre«. Sin embargo, si bien hasta aquel día hubo enfrentamientos entre civiles, con muertos y heridos, —algo que le «duele mucho» al derrocado mandatario— desde el 11 de noviembre «son ya 23 muertos de bala», denunció Morales, que acusa a las Fuerzas Armadas y la Policía de estar «matando al pueblo».
El presidente dimitido no ve otra alternativa que entablar un «gran diálogo nacional» en Bolivia, del que desearía formar parte. Sobre esta cuestión, Morales enfatiza la importancia de que se involucren en este diálogo partidos que han perdido las elecciones, al tiempo que advierte de las actitudes racistas y fascistas de los grupos golpistas.
Por otro lado, se muestra favorable a que España y otros países participen como mediadores para acabar con la crisis en la nación andina. «Mi gran deseo es que haya diálogo con mediadores», apunta Morales, que señala como posibles candidatos al expresidente español y «experto en mediación» José Luis Rodríguez Zapatero o al uruguayo José Alberto ‘Pepe’ Mujica .
Otros gobiernos también podrían sumarse a la «mediación para la pacificación», al igual que la Unión Europea, la Iglesia católica y las Naciones Unidas, sugiere Morales, no sin lamentar la «posición» que tomaron algunos países europeos, en referencia al Reino Unido, que apoyó el golpe de Estado en Bolivia.
Se instaló una mesa de diálogo en Bolivia auspiciada por la ONU, la UE y la Iglesia
«El Sistema de las Naciones Unidas busca apoyar los esfuerzos por pacificar la situación en Bolivia. Este lunes se anunciaron el comienzo de un diálogo nacional y el despliegue de una misión de derechos humanos que investigará los hechos de violencia registrados recientemente en ese país», ha apuntado la misión de la ONU en Bolivia.